Cuentos cortos
Preludios Opinionistas
EL PERRO CON RABIA HUMANA O NO
Ramiro le expresaba a su “amigo” Remigio: Quisiera ser perro para tener rabia y ser desagradable o agradar por el mordisco que daré, pero, mejor me degustó en los insondables recovecos de mi mente, porque no te mereces te muerda y te de rabia o no. Remigio le respondió Como tu quieras, es tu razón.
LA RELACION CON EL CAMINO
La Martha pereque, le comentaba a su sobrina la perequita: ¿Qué batallas en esta vida se tienen qué perder para ganar la guerra? La perequita respondió: La conciencia va en busca de la verdad, en el señor y señora camino. Está interesante inquirió la Martha pereque, respondiéndole: Cómo se puede explicar lo inexplicable, la realidad de realidades está inserta en el camino, ahí o te construyes o te destruyen. Hay mamita linda gesticuló la perequita, ni modo, hay que enfrentar de la mejor manera posible esa (s) adversidades.
SABANAS CALIENTES,
CAMA BENDITA
Doña Isabel expresaba a su amiga Leonor, hasta que vio los hechos se convenció, él se aprovechó de su amor de su agonía de eyección y/o de su copulación, de su bondad, fingió quererme, mí dinero lo mantuvo y sostuvo, por eso la relación no funcionó, sólo prosperó el sexo.
Fue una realidad radiante de verdadera mentira enfermiza. El espíritu social y calor humano fingido me permitieron continuar sobreviviendo a la mentira del amor. Todo fue una tufarada «amorosa», camuflada por interés, el amor nunca existió, solo la relación de sexo hipócrita. Sentimientos nunca existió de él, sólo el de ser «AMIGO CON DERECHO O AMANTES SIN DEBERES», ni modo amiga Leonor, así es este mundo protervo. Eso sí, mi sentimiento sigue noble, con esa breve fisura.
LA SOMBRA SE ASUSTÓ
El día estaba desértico, y esa tarde en el cielo inmaculado se avecinaba una inmensa tempestad, y entre truenos y relámpagos apareció un crepúsculo precioso que daba ganas de dormir a su lado. La tierra poco a poco iba quedando noctámbula, y en el filo de su oscuridad, se escuchaban algunos silbidos y aullidos de perros, y uno que otro sonido de un claxon. En ese instante, unos jóvenes se desplazaban por una de las calles de tierra, y visitaban uno que otro bar para degustar unas cervezas. Cuando salieron del último bar, y se enrumbaron con destino del camino, en la sombra de esa noche los sorprendió una enorme figura, que los enmudeció momentáneamente, era similar a un fantasma, eso creyeron ellos, pero simplemente era un inmenso tronco de un árbol viejo, que susto se llevaron, he inmediatamente cavilaron, murmurando en vos bajísima: Está noche está amena para que el tronco nos permita descansar y eyacular «COMO AMIGOS CON DERECHOS, LO TIENEN QUE SABER», al son de la sombra de la noche. Los jóvenes ahí se quedaron toda la noche, hasta que apareció la aurora del nuevo día. Ellos le hicieron una notable reverencia al favor que le había hecho la noche con su sombra y al tronco por haber visto, percibido el nuevo amanecer de la madre naturaleza y el hecho.
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