Un presidente desbocado y otro más
Barataria
Cuando los candidatos a Presidente de la República, se encuentran en campaña electoral, regularmente sus interacciones con la prensa son muy limitadas y por lo general programadas con tiempo. Se les pasa las preguntas y tienen tiempo para que sus asesores les hagan las respuestas que vayan conforme el proyecto político. Sus discursos elaborados de una manera tal que se cuida cualquier detalle que vaya a causar polémica y por ello aparecen tales políticos, candidatos muy mesurados. Posteriormente cuando acceden al poder, resulta una verdadera proeza evitar que, estos políticos tan mesurados cuando eran candidatos, digan una sarta de sandeces, respuestas incoherentes y en muchos casos, literalmente lo que se les viene a la mente para responder en ese momento.
De estos casos abundan, podríamos mencionar muchos, desde aquella famosa frase del Presidente Vinicio Cerezo, cuando dijo que su tía le recomendó que “Hay que robar pero un poquito”, pasando por el señor Serrano Elías, quien luego del autogolpe explicó que él no era un dictador sino “un demócrata que ama la democracia” manteniendo aquella contradicción hasta su salida o las famosas frases de la señora Roxana Baldetti cuando aseguró que es “más barato viajar a Europa que ir a Petén”. En fin, podríamos hacer una antología de las frases y gazapos de los exgobernantes y personajes políticos de la vida nacional, incluyendo aquella famosa frase del actual gobernante afirmando que, cuando llegara a la presidencia no sería “un Hijo de Puta más”.
Lo cierto es que, al enfrentar a los medios de comunicación espontáneamente que abordan a los políticos y gobernantes, siempre o por lo general terminan como se dice coloquialmente “metiendo la pata” y dicen toda clase de tonterías metiendo en problemas no solo a otros funcionarios públicos, sino a sus propios países sin considerar los costos de las declaraciones, por lo general estúpidas que dan.
Así, durante esta semana, suscitaron gazapos del Presidente de Colombia Gustavo Petro y el Presidente de Guatemala Alejandro Giammattei. Ambos gobernantes de Colombia y Guatemala respectivamente se vieron envueltos en un dimes y diretes que surgió con la ocasión del anuncio de una nueva investigación en el sonado caso ODEBRECHT.
Al margen del tema que estoy tratando en esta columna, este caso representa una verdadera vergüenza para el sistema de justicia de este país, de Guatemala porque si Guatemala proyecta la construcción de una carretera de cuatro carriles que va aproximadamente de Rio Bravo Suchitepéquez a Tecún Umán San Marcos, y para ello obtiene un préstamo por 260 millones de dólares del Banco Centroamericano de Integración Económica -BCIE- y este préstamo aprobado por el Congreso, y entregado a la empresa ODEBRECHT y esta NO CONSTRUYE LA CARRETERA naturalmente lo que se debe hacer aquí es la demanda, la devolución del dinero y la cárcel a aquellos que corrompieron el sistema. Pero ni la CICIG, ni Thelma Aldana Fiscal en ese entonces pese a tener de su lado al siempre complaciente y corrupto sistema judicial guatemalteco, solo llegaron a un arreglo que aparentemente devolvió unos pocos millones de dólares, hay un grave caso de corrupción que no permitió a Guatemala recuperar el capital ni tener la carretera. Así es que en este caso, nadie absolutamente nadie puede meter las manos al fuego ni por el Comisionado de la CICIG, ni por los fiscales, ni por los jueces, ni los Diputados que corrieron aprobando de urgencia nacional este proyecto y que ahora se dan baños de pureza, ni por los actores políticos que propiciaron el robo a las claras, todos tienen algo que ver con todo esto.
Sin embargo, el Presidente colombiano, que ya dio muestras de ser una persona apresurada en sus declaraciones especialmente en Twitter y el Presidente guatemalteco ya le conocemos como una persona muy presurosa para hablar. Lo cierto es que Gustavo Petro, Presidente colombiano, se apresura a meter las manos al fuego por el señor Iván Velásquez pese a que en Guatemala la actuación de dicha persona se encuentra muy cuestionada, en especial por este caso en el cual metió las narices no para resolverlo, porque para un país como Guatemala, con la fuga y posterior entrega de los señores Sinibaldi y Baldizón no se recupera todo el dinero robado y perdido y los pactos para indemnización, como en caso de Guatemala fueron pírricos. Por ello, las declaraciones que dice el señor Petro al afirmar que si Guatemala insiste en perseguir al señor Ivan Velásquez, Colombia no tiene nada que hacer con Guatemala, son declaraciones un tanto estúpidas que no ayudan a las relaciones entre estos dos países.
El Presidente guatemalteco, un tanto mas desbocado, llamando guerrillero al Presidente Colombiano e insinuando que ha sido aliado con el narcotráfico, además de criticar al sistema judicial colombiano en donde, asevero “están dejando libres a los “narcotraficantes y personas que asesinaron personas durante el conflicto armado”. Esto no cayó en gracia al señor Petro quien llamo corrupto al presidente guatemalteco, porque indicó “Cordura es lucha contra la Corrupción”. Anteriormente Giammattei ya había dicho que había que tener cordura. En fin estos exabruptos, lo que demuestran es la escasa mesura que rodea a los dos gobernantes quienes expresan lo primero que se les viene a la cabeza.
Lo anterior deberá servir de un ejemplo tal para nosotros, de considerar a quienes se lanzan a la palestra política, aquellos que quieren ocupar cargos públicos y que llaman al voto, para no dejarnos llevar por promesas que no se pueden cumplir, por ofrecimientos que escapan del alcance de los candidatos, porque hay muchas cosas que literalmente no pueden hacerse. Un candidato presidencial no puede ofrecer la aplicación de la pena de muerte, porque para ello hay que seguir procesos y no solo decisiones del presidente. Tampoco pueden ofrecer modificaciones profundas al Estado, porque para ello se requieren de procesos que rebasan el periodo presidencial.
Lo que si pueden ofrecer los candidatos presidenciales es constituir un gobierno de transición hacia una reforma sustancial del Estado en los aspectos que se requiera y, si por suerte se logra un Congreso de la República serio, eso podría avanzar ha constituir la Guatemala de cara el presente siglo con la reforma política necesaria para extirpar el cáncer que esta matando lentamente al país y que ya tenemos en metástasis. Los candidatos a Alcaldes pueden ofrecer una gestión trasparente especialmente, porque los vecinos se merecen información y cuentas claras, que ya no tengamos municipios con atraso en servicios esenciales e infraestructura de calidad y que dejen de aumentar las dietas haciendo hasta cuatro sesiones de concejo a la semana para aumentar los ingresos, esto es vergonzoso. Los candidatos a Diputados, pueden ofrecer libertad de conciencia, libertad de voto y analizar aquellos proyectos que en verdad necesita el país ofreciendo una agenda legislativa en beneficio del pueblo. Cualquier otro ofrecimiento que vaya en otro sentido es demagogia. Aunque creo que estamos soñando con este tipo de candidatos.
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