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Implicaciones de la reelección

Tanmi Tnam

Sin ser experto en la materia y el hecho de ir a pie, permite escuchar reflexiones que cuestionan las decisiones de la ciudadanía cuando se inclinan a reelegir diputados y alcaldes sin límites en el tiempo. Es fácil interpretar que sigan los hechos tal cual están y posiblemente empeorar sin que llegue la oportunidad de vivir en paz y mejor. Está a la visto que la reelección de diputados al Congreso de la República, en realidad, no genera ningún impacto positivo en la mayoría de la población guatemalteca que está acostumbrada a vivir en las peores condiciones de vida. Es lamentable que sigan en dicho poder legislativo personas que solamente piensan y actúan en satisfacer sus necesidades personales y la de sectores que apoyan las oportunidades de continuar con la corrupción, la impunidad, la injusticia y la falta de democracia. Es lamentable tener diputados que no han generado alguna propuesta de ley que solucione los problemas estructurales que viven los pueblos de Guatemala. Mencionemos un par de ejemplos, es vergonzoso que el poder legislativo durante doscientos años no ha generado leyes que sirvan para orientar la construcción de la democracia que tome en cuenta la participación y representación de los pueblos de Guatemala y particularmente de los pueblos originarios o el hecho que los servicios públicos de educación y salud no tengan la cobertura y la calidad que esperan todos los guatemaltecos. Estos hechos reflejan ignorancia, egoísmo, falta de formación política, falta de estrategas que hagan uso de la política para el bienestar de todos, racistas y discriminadores y una ciudadanía que elige sin revisar consecuencias de perpetuar en el poder con su voto a las personas menos indicadas.

Que sigan las mismas personas por muchos años en el Congreso con ideas retrógradas y antidemocráticas nunca se puede alcanzar el país que todos deseamos.

En el caso de las alcaldías municipales, es de reconocer que en muchos municipios, después de reelegir a la figura clave por varios períodos, simplemente está a la vista obras inconclusas, obras de cemento como respuesta de solución al hambre de la población local, sin interés en el fortalecimiento y transformación de la educación local, sin respuestas concretas a la contaminación que aflora a simple vista y el desorden que hay en varias cabeceras municipales que refleja falta de autoridad alguna que vele por la salud y tranquilidad de la población. Es inexistente el esfuerzo por la conservación y salud de los nacimientos de agua, de los ríos y de los bosques. En poco tiempo, la escasez de algunos elementos naturales puede llegar a ser verdadero foco generador de conflictos complejos de solución.

Es preocupante que el voto sea uno de los medios al alcance de la ciudadanía que propicie la continuidad del poder en manos de sectores despreocupados por el desarrollo integral de la población guatemalteca, que hacen mal uso de los recursos públicos y que abren paso a actores que empeoran las condiciones de paz y alejan posibilidades de desarrollo para todos.

Ante esta cruda realidad, queda en manos de la ciudadanía y de quienes aman a nuestro país, orientar a todos para asumir el ejercicio de los deberes y derechos cívicos y políticos con la idea de tener claridad acerca de cómo se integran los poderes del Estado, cómo debería ser el funcionamiento ideal y cuáles son las responsabilidades para la construcción de una organización cuyo fundamento sea la democracia, la justicia y la equidad que haga posible alcanzar las condiciones de vida aceptables para todos los guatemaltecos.

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