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Sobre la cooperación internacional

Evolución

Si los guatemaltecos nos hiciéramos la pregunta sobre cuáles serían las vías y programas por medio de los cuales los países amigos genuinamente interesados en nuestro desarrollo pudieran canalizar su ayuda a nuestro país a efecto de que éstos tuviesen réditos y beneficios tangibles para la población, ¿qué propondríamos o qué les pediríamos?

En mi caso, considero que el tema lo deberíamos enfocar de las formas más prácticas y directas posibles, a modo optimizar resultados en el sentido que dicho apoyo tenga una incidencia inmediata y perceptible para la población y que contribuya sustancialmente a mejorar su nivel de vida.

En términos generales, algunas ideas que se vienen a la mente serían, por ejemplo, programas para enseñar ingles a la población, particularmente desde una temprana edad, para facilitar la asimilación y aprendizaje del lenguaje, ya que el simple hecho de dominar este idioma a su vez abriría un sinfín de oportunidades. Pienso que también se podría apoyar en el sentido de facilitar el acceso a la tecnología. Se podrían invertir esos recursos que generosamente aportan para brindar cobertura de internet y dotar de dispositivos como computadoras o tablets a nuestra niñez. Esto mejoraría sustancialmente su capacidad de educarse, pudiendo acceder a una fuente inagotable de información, que hoy les es inalcanzable a muchos, que abarca desde los conocimientos más básicos hasta otros bastante especializados, la cual tendrían, literalmente, en la palma de sus manos. Las posibilidades de mejorar sus conocimientos, capacidades y habilidades serían, de la noche a la mañana, exponencialmente potencializadas. Lo que hoy castiga a buena parte de nuestra población es que, aunque tengan una excelente voluntad y disposición hacia el trabajo, en un afán admirable de superación, no cuentan con las herramientas necesarias que les permiten mejorar sus niveles de productividad, lo cual es la vía indispensable para que puedan mejorar también su nivel de vida. Basta con ver lo productivo que son nuestros compatriotas en otras latitudes para demostrar que la capacidad les sobra, que lo que les hace falta son las oportunidades. Está también la cuestión sobre la apertura comercial hacia nuestras exportaciones como una forma de patentizar su apoyo e interés por nuestro desarrollo. Claro que han existido avances en este contexto, pero tanto en aspectos arancelarios, como debido a otras restricciones no arancelarias o regulatorias, persisten obstáculos en muchos de esos mercados de nuestros países amigos en los cuales podemos ser altamente competitivos. Podrían, también, facilitar programas de admisión temporal para trabajadores migrantes que perfectamente podrían contribuir, de una forma regularizada, tanto a sus economías como a la nuestra.

Agradecemos siempre el interés genuino de la comunidad internacional y, con base en esas buenas intenciones de apoyarnos, considero que podríamos sugerir y revisar cuáles serían los medios más efectivos para obtener los mejores resultados.

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Alejandro Baldizón

Abogado y Notario, catedrático universitario y analista en las áreas de economía, política y derecho.

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