No les importó, que el pueblo lo tuviera por profeta, sino que les interesaba su estatus y posición y se la jugaron de nacionalistas para aceptar y promover la crucifixión de Jesús para continuar con una nación que, treinta y cinco años más tarde aproximadamente sería reprimida por aquellos romanos y empezaría la diáspora judía que no ha concluido hoy. Pero Jesucristo resucitó y cumplió con el plan perfecto de Dios en la redención de la humanidad.
Copia y pega esta URL en tu sitio WordPress para incrustarlo
Copia y pega este código en tu sitio para incrustarlo