Necesidades y soluciones
Tanmi Tnam
Son muchas las necesidades que tiene la mayoría de la población guatemalteca. Estas necesidades deben ser la fuente de inspiración de las agendas o planes de posible gobierno de los más de veinte partidos políticos que están presentes en la contienda electoral actual. Las estrategias y acciones de la campaña actual no han variado de otras campañas anteriores, siguen las canciones, siguen los postes recibiendo más propaganda, las piedras pintadas de distintos colores, muchos árboles sosteniendo plásticos y algunos eslóganes con ciertas palabras.
Los posibles votantes ya visitan las sedes de los partidos políticos, algunas han recibido alguna bolsa con víveres, otros han asistido a un almuerzo, algunos han tenido la oportunidad de servirse un par de traguitos y otros han recibido algún refresco de los que cuestan alrededor de diez quetzales cada botella. Estas prácticas han sido así durante muchas elecciones, por muchos años y la ciudadanía está consciente que no son las soluciones a sus necesidades que permanecen año tras año. Alcaldes, diputados y presidentes han pasado y han vivido las mieles del poder y ellos sí han resuelto las respuestas a sus necesidades, pero los ciudadanos siguen en condiciones de pobreza.
En el medio nacional, abundan resultados de estudios acerca de las grandes necesidades que aquejan a la mayoría de la población guatemalteca, por mencionar ejemplos de necesidades como de alimentación, de empleo, de contar con algún dinero para atender oportunidades de formación de las hijas e hijos, atención a la salud, tener algún terreno donde sembrar y cosechar un par de elotes y el fortalecimiento de las relaciones entre las familias y la comunidad. Algunos hechos del ambiente, nos llevan a demandar que se necesita aire limpio, tener una casita, vivir sin peligro y que las autoridades nos tomen en cuenta cuando se traten temas relacionados con la vida de la comunidad.
Tantos años de escuchar la palabra “desarrollo”, mucho tiempo ha pasado y no se logra comprender en qué consiste. Para los candidatos a distintos puestos de elección popular el desarrollo es construir edificios, empedrar unos metros de un camino vecinal, hacer drenajes y tirar las aguas negras al agua de los ríos, mantener muy baja la cobertura de la educación pública y que por eso basta una o dos escuelas públicas por municipio. Esto puede ser una mínima parte y una expresión de desarrollo, pero su atención tampoco mejora las condiciones en que vive la mayoría de guatemaltecos.
Como contenidos de la agenda de los candidatos y sus respectivos partidos políticos, deben figurar programas oficiales cuyos objetivos traten de concretar respuestas a que las familias produzcan más y con calidad productos para el consumo familiar y los excedentes para el mercado local; planes que facilitan abrir fuentes de trabajo en las regiones con altos índices de pobreza, instalar de manera estratégica centros de salud en aldeas y caseríos con servicio de especialistas y suficiente medicina, educación pública de calidad y gratuita en el nivel medio y en la educación superior, programas de vivienda según posibilidades de las familias y oportunidades de orientar y formar a todos para la participación en los espacios que velen por el desarrollo local, regional y nacional.
No más regalos, no más bolsas con algunas libras de frijoles porque disminuyen el análisis crítico de los discursos orales y de la seriedad de las promesas de los candidatos. Ya en el poder, crear políticas públicas que formen a la población con habilidades que provoquen el desarrollo integral.

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