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La Catedral de Berlín

Editado Para La Historia

Como si de una matrioshka rusa se tratara así debemos ver a Berlín, capital primero del Reino de Prusia, posteriormente del Segundo Imperio Alemán y en la actualidad de la República Federal de Alemania después de la reunificación de los dos estados alemanes. Repito que después de la Segunda Guerra Mundial Berlín fue dividido en cuatro sectores (inglés, francés, norteamericano y soviético) formando los de los países capitalistas el Berlín capitalista y el soviético la capital de la RDA. Berlín todo está rodeado por Brandenburgo, ahora uno de los land que forma la República Federal pero antiguamente origen de la familia Hohenzollern, dinastía que gobernó hasta 1918 cuando Alemania perdió la Primera Guerra Mundial.

Alemania vuelve a ser Imperio proclamado en el Salón de los Espejos de Versalles, en Francia, en 1871 con motivo de la derrota de los ejércitos de Napoleón III, Segundo Emperador de Francia, ante las tropas de Guillermo I en la batalla de Sedán que selló uno de los periodos más tristes de la historia de Francia y que la despojó de sus territorios de Alsacia y Lorena. En aquella ocasión los alemanes se quedaron a las puertas de París, que no llegaron a ocupar. Este Segundo Imperio Alemán sólo duró 24 años.

Pero volvamos a la catedral de Berlín. La elegante Avenida Unter den Linden, hoy casi totalmente reconstruida y rebosante de tiendas de todo tipo, recibe a miles de turistas que vienen a esta ciudad en busca de cultura, historia pero también de fiesta, discotecas y buena cerveza. Es en Unter den Linden que se encuentra la catedral. Fue construida durante el reinado del último Kaizer, Guillermo II, para que sirviera de lugar de reposo a la familia Hohenzollern. En su cripta están las sepulturas de cientos de miembros de esta familia… pero no la de Guillermo II, el último Káiser.

Dato curioso de “Willy”, como le llamaba la Bella Otero: su mano izquierda no era normal, no se movía correctamente y por eso en todos los cuadros y fotos se ve cómo la oculta.

Se construyó en lo que se llama “La Isla de los Museos” (isla en medio del río Spree donde se acumulan palacios, museos y teatros de Berlín) en el espacio que ocupaba una pequeña iglesia barroca de mediados del siglo XVIII. En Unter den Linden también se encuentra la Universidad Humbolt, la más antigua de Berlín. Es curioso ver a la entrada de esta catedral una gran estatua de mármol que representa a Humbolt sentado con la leyenda en español: “Regalo de la Universidad de La Habana al segundo descubridor de Cuba – 1939”. Es cierto, Humbolt trajo mucho conocimiento científico a América y más adelante le dedicaré un artículo por ser un personaje muy interesante.

Como el resto de la ciudad, la catedral fue severamente dañada durante la Segunda Guerra Mundial y estuvo en ruinas hasta 1975, año en que Berlín Occidental pidió a las autoridades de Berlín Oriental (la catedral estaba en el sector comunista) la reconstrucción de tan importante monumento de la historia común. Con financiamiento de Berlín occidental comenzaron los trabajos hasta su culminación en 2002 ya reunificada Alemania.

La característica principal de este hermoso edificio es su cúpula verde a la que se puede llegar a través de 270 escalones hasta la terraza que permite una vista completa de Berlín (que como nuestra Mérida es una ciudad plana) hasta la distancia que el tiempo permita.

Evidentemente se celebran misas del culto calvinista, que es el que predomina aquí, pero también es lugar adecuado para conciertos de música sacra. Por este Domingo de Resurrección del pasado 2016 se interpretó el oratorio El Mesías de Händel, compositor alemán nacido en la ciudad de Halle y que fue llamado a Inglaterra por el rey Jorge I como compositor y director de orquesta de su corte.

Frente al Dom (así llaman los berlineses a su catedral) se encuentra en construcción una copia del que fuera Castillo de Berlín, residencia de los reyes y emperadores, también dramáticamente dañado por los bombardeos de los aliados contra esta ciudad. En 1950 los restos del Castillo de Berlín fueron derribados por los dirigentes de la RDA para más adelante, en los años 70, construir el Palacio de la República, un moderno complejo que sirvió como centro para congresos, teatro, bolera, restaurantes, etc. Después de la reunificación las nuevas autoridades de la ciudad a su vez derribaron este Palacio de la República para reconstruir en su lugar, según los planos antiguos, el viejo Castillo de Berlín de estilo neoclásico.

Si pasa por esta linda ciudad sepa que el cobro por visitar la Catedral o Dom es de 7 € (unos 70 Quetzales) que ayudan al mantenimiento y continua reconstrucción de este hermosísimo edificio. No deje de caminar por la Unter den Linden, sentarse en una de sus terrazas y degustar una rica cerveza.

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Franck Antonio Fernández Estrada

traductor, intérprete, filólogo ([email protected])

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