Los medios de vida, la supervivencia y el desarrollo
Tanmi Tnam
Es por todos conocido que una gran parte de la población guatemalteca depende únicamente de los medios de vida que se conservan en el ámbito familiar. Estos medios deben ser la base para la planificación del desarrollo. En muchos casos, intervenciones externas, limitan la continuidad y el fortalecimiento de los medios de vida con que cuentan las familias, especialmente las del área rural. El apoyo con visión fuera de la comunidad, en ocasiones se aprecia como creador de dependencia, no genera alternativas de solución y tampoco cuenta con sostenibilidad.
El caso de la población del área rural, es de admirar que a la fecha conservan, aplican y trasladan a las nuevas generaciones los conocimientos que permiten la supervivencia. Entre los medios de vida a la vista están, por ejemplo, la agricultura, el cultivo de frutales, crianza de animales domésticos, tejidos, alfarería y otras artes. Gracias a estas habilidades, ha sido posible sobrevivir en contextos donde lo común es el abandono, la exclusión y falta de apoyo por parte de las instituciones públicas.
Los medios de vida se mantienen según la capacidad con que cuentan las familias, en muchos casos frente a otro concepto y práctica de desarrollo que lucha en terminar las prácticas que hacen posible la sobrevivencia por algo que no se logra su implementación. En cualquier momento se puede elevar la producción, con calidad, que compita en distintos ámbitos y que tome como base lo que se tiene en las familias y en las comunidades. Muchas familias cuentan con algún terreno, dominio de distintas artes, conocimientos y prácticas que pueden ser complementados con otros esfuerzos.
Un plan de desarrollo debe tomar en cuenta los medios de vida tradicionales con que cuentan las familias y las comunidades. El punto a considerar es el fortalecimiento del uso de los conceptos, prácticas, recursos y protagonistas sin alterar excesivamente el lugar, los procedimientos y las herramientas. Es cuestión de producir más y con calidad de manera que pueda posicionarse bien en los mercados locales, regionales y fuera del país. Para el fomento de la productividad es necesario recuperar en algunos casos y fortalecer la práctica en otros desde el entorno natural que le toca vivir. Es importante identificar y fortalecer los cimientos de cada medio de vida y las formas con que cuenta para conservar la salud de los elementos naturales del entorno. Al momento de lograr el fortalecimiento de los medios de vida tradicionales, es posible planificar e implementar otras alternativas de manera conjunta con los actores de la comunidad local. Las nuevas alternativas para el desarrollo deben ser aquellas que generan algún recurso para las familias, especialmente para la juventud y las mujeres. Son bienvenidos los programas y proyectos que crean fuentes de trabajo, que facilitan oportunidades para el emprendimiento y de formación a nivel de educación superior sin sustituir significados y prácticas tradicionales. Esta formación de la juventud con un perfil de distintas especialidades. Sólidas oportunidades pueden contrarrestar en parte la emigración de la juventud.
Cuando las familias produzcan más con el fortalecimiento del uso de sus medios de vida, es necesaria la organización del esfuerzo individual a uno más colectivo para que entre todos se pueda responder a las demandas locales, municipales, regionales y otros espacios exigentes. Pensar en grande, exige de medidas políticas y económicas viables en contextos donde solo se habla de desarrollo y no se concreta el cómo lograrlo.
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