OpiniónColumnas

Las posturas políticas post elecciones

Reflexiones

El pasado domingo 25 de junio se vivió una nueva jornada de elecciones generales en el país. En un sistema democrático como el de Guatemala se cumple con los criterios establecidos en el modelo republicano de gobierno, en el que la soberanía reside en el pueblo, es decir, en el cual la población a través del voto, delega el poder político cada cuatro años en un proceso que debe ser regulado, transparente y participativo.

Siempre se han tenido problemas en algunos lugares del país. Y es porque los ánimos se encienden cuando la población se identifica plenamente con las personas que se postulan para optar a cargos de elección popular. Indubitable es que unos ciudadanos son más carismáticos y despiertan pasiones que en determinado momento pueden desbordarse por comentarios u opiniones vertidas sobre ellos.

Así también, han existido problemas por anomalías en el desarrollo de los comicios. En nuestro país el fantasma del fraude ha estado presente en todas las elecciones, y es porque se grabó en el inconsciente colectivo debido a que antes de iniciar el proceso de transición a la democracia, Guatemala experimento durante muchas décadas jornadas electorales fraudulentas por parte de gobiernos dictatoriales que, de la manera más despreciable, canallesca y sin escrúpulo alguno se imponían ante la voluntad popular.

Luego de pasadas varias elecciones generales donde todo fue tranquilidad democrática salvo algunas excepciones que confirman la regla, se encienden las alarmas por anomalías en este último proceso de elecciones generales, absurdos que pueden atribuirse al desastroso manejo de comunicación del Tribunal Supremo Electoral.

Estos procesos republicanos deben ser transparentes y en el marco de lo que preceptúa la Ley Electoral y de Partidos Políticos. El Tribunal Supremo Electoral no puede proceder por elucubraciones de algunos partidos políticos que su único interés es crear incertidumbre y desconfianza en las elecciones generales.

El Tribunal Supremo Electoral no puede acceder a peticiones que no estén fundamentadas en la ley, así como tolerar presiones de partidos políticos que su único afán es lograr la ingobernabilidad para conseguir sus objetivos, en este caso que se altere el calendario electoral y se vea amenazada la segunda vuelta prevista para el veinte de agosto.

Otro de los efectos de las pasadas elecciones es la postura que asumen determinadas agrupaciones políticas y personas individuales con relación al futuro del país que según sus obtusos análisis está en grave riesgo.

En política se utiliza la táctica del descredito como lo demuestra Antonio Maestre (2023), en su artículo: el descrédito al disidente y el factor Scargill, en el cual describe lo siguiente: «Las dinámicas de los fanáticos en política son claras, concisas, poco disimuladas y reiteradas. Se basan por encima de todo en criminalizar y desacreditar por todos los medios posibles a quien tiene la osadía de poner en cuestión sus políticas y liderazgos».

En Guatemala, amaneció el 26 de junio, con señalamientos de varios de los actores políticos en contra del candidato impensado, que de acuerdo con la tradición política partidista le ganará la carrera a la candidata del populismo clientelar que es conocida como “la que hace presidentes”.

Llama la atención que muchas personas en nuestro país, siguen atrapados en la telaraña de la guerra fría, viendo comunistas por todos lados, demostrando únicamente su escasa cultura política y su craso atraso al desconocer que el mundo ha cambiado desde la caída del muro de Berlín. Hoy debemos aceptar que la confrontación ideológica dio paso al maniqueísmo de estar a favor o en contra de la corrupción, así de sencillo. Cosas veredes, amigo Sancho.

Area de Opinión
Libre emisión de pensamiento.

Le invitamos a leer más del autor:

One thought on “Las posturas políticas post elecciones

Comentarios cerrados.

A %d blogueros les gusta esto: