Desafíos del mundo actual
Es un año de tormentas, el mundo no termina de salir de todas las crisis acumuladas. En Guatemala, nadie sabe quién participará en la segunda vuelta, ¿sí habrá segunda vuelta? o sí será “electo” Manuel Conde. No importa es un país medieval en donde la vida pasa en forma de fantasía. Carl Sagan, el famoso astrónomo, escribía en agosto de 1985, una defensa apasionada de la ciencia frente a las distintas creencias que aprisionan al ser humano, lo llamó El mundo y sus demonios. Sí hoy, ese científico pudiera volver a escribir la obra, seguramente cambiaría el contenido. Los nuevos demonios son la fractura del mundo en varios bloques de poder dominados por 8 superpotencias; la guerra de Ucrania que puede generalizarse hacia toda Europa y el mundo; la creciente desigualdad, ya infinita entre pobres y ricos; la lucha por el control de las nuevas tecnologías; y, lo peor el acelerado crecimiento de la cantidad de humanos y su enorme capacidad productiva y su poder de destrucción del planeta.
El mundo se mueve, siempre, entre el sueño de construir una sociedad equitativa, protectora del ambiente y pacífica, y la realidad de un Estado que en sus constituciones y reglas proclama la equidad y la igualdad, y la realidad de la sociedad civil, siempre desigual, siempre imperfecta. En ese contexto, el FMI proclama que la economía no está funcionando como se quiere[1]. En julio de este año nos preparan para problemas graves. “La recuperación mundial se está desacelerando en medio de crecientes divergencias entre sectores económicos y regiones.” El viejo indicador de crecimiento del PIB no logra mejorar, y si mejora no logra satisfacer las necesidades de las mayorías y el mundo se fracciona en grupos de poder que pueden llevarnos al holocausto.
Uno de los indicadores más terribles, la inflación sigue presionando las economías del mundo. Con el deterioro en la calidad de vida de la población y la pérdida de credibilidad en los políticos y las instituciones del Estado. Los analistas del FMI no son optimistas, el mundo pasará del 8,7 % en 2022 al 6,8 % en 2023 y las previsiones de inflación en 2024 se han revisado al alza. Como los precios de materias primas, alimentos y demás medios de vida se estarán incrementando. Lo mejor sería un proceso electoral lo más limpio posible, que genere un gobierno electo por la mayoría de los votantes, sin mayores manipulaciones ni violencia. Con el fin de que el gobierno electo tenga un mínimo de credibilidad y pueda maniobrar las políticas financieras y comerciales contando con la apertura mundial.
El FMI menciona que los problemas de Estados Unidos, todavía líder de la economía mundial, son la fuente de la que beberemos todos los ciudadanos del mundo. Este gigante enfrenta graves problemas fiscales, el techo de la deuda ya no da para más, es un enorme monstruo que ya le cuesta moverse, sus gastos se vuelven ineficientes y ya no puede extraer recursos de sus ciudadanos, al final nos puede arrastrar a todos a la crisis; no hay que obviar que las autoridades fiscales y monetarias de EE. UU. han realizado enormes gastos e inducido enormes cargas de tasas de interés sobre el mundo para contener a medias las turbulencias en la banca de EE. UU. y Suiza, pero, los de turbulencia en el sector financiero europeo y gringo están allí, y harán tronar al mundo.
Por eso, los sectores oficiales del país tienen que dar una salida tranquila al actual proceso, y que sean en verdad los electores los que entreguen la presidencia al que quiera la mayoría. Pues se prevén nuevos shocks que arrasarán al mundo. La intensificación y propagación de la guerra ucranio-rusa, con el riesgo de la extinción de Rusia y que su muerte venga acompañada de prolongadas detonaciones nucleares; el auge del cambio climático que amenaza con provocar enormes cataclismos en todo el mundo; el grito de guerra de la política monetaria para contener la economía mundial con largos vaivenes de tasas de interés y tipo de cambio. El sector financiero mundial podría enfrentar un nuevo shock estilo 2007-2008. Los bancos centrales líderes de Estados Unidos y Europa endurecen sus políticas, los de Centroamérica viven en jauja. China, con su ilusión de país de república popular ha llegado al capitalismo desarrollado y enfrenta sus mismos demonios, diferencias de clase, diferencias de ingreso, opresión de la mayoría, maduración de la consciencia nacional de las diferentes etnias hastiadas de la etnia dominante, los cantoneses y el surgimiento de luchas de poder. China se ve ante el espejo de Francia y Alemania. Ya tiene luchas sociales, nacionalismos acompañados de recesiones, crisis, deterioro fiscal, incredulidad en las instituciones y confrontaciones internacionales.
La deuda, esa gran fuente de financiamiento para empresarios y financieros, ya toca fondo. Los intereses y la corrupción ahogan las finanzas de los gobiernos. Estamos ante el fin del ciclo de la economía capitalista y no hay nada que la sustituya. Todos los sistemas son lo mismo.
Que nos aconsejan los economistas expertos (FMI, Banco Mundial, Banco Central de Europa), pues nada, seguir en la carrera de frenar la economía, “centrándose en restaurar la estabilidad de precios y fortalecer la supervisión financiera y el control de riesgos”. Es decir, las políticas que nos lleven a donde estamos.
En el siguiente gráfico observamos las proyecciones más recientes. Las economías avanzadas tienen una desaceleración mayor. En términos de maquillaje se usa el lenguaje de recesión y desaceleración para evitar la palabra terrorífica de crisis. Las economías líderes del sistema crecieron el año pasado un raquítico 2,7%, y se desaceleran este año a un 1,5% y en el mayor optimismo se espera el año entrante un 1,4%, aquí la zona del euro se tambalea sin futuro posible.
Las economías atrasadas (llamadas humorísticamente “en desarrollo” y “emergentes”), sostendrán la economía mundial. No por su buen desempeño, sino por ser marginales al sistema. El único impacto diferente sería la entrada en crisis de los líderes.

El crecimiento de los países de menor desarrollo, en promedio, puede ser engañoso. El tamaño y la competitividad es diferente sí los países producen bienes industriales y de servicios, o si solo producen materias primas, como es la realidad de la mayoría. Estos últimos seguirán siendo lo más pobre y abandonado del planeta. aquí están el triángulo del norte, con sus extensiones del sur de México y Nicaragua.
Riesgos
Con Estados Unidos perdiendo el liderazgo mundial, con Europa en quiebra y China llegando a las crisis normales del sistema de mercado, el mundo no logra tomar impulso.
Con una crisis ambiental que presiona a la baja del crecimiento económico y de cantidad de humanos, o la llegada de terribles catástrofes, el mundo anda ciego en ciencia, y visionario en tecnología de punta.
El endurecimiento obligatorio de la política monetaria en el mundo entramos en un mundo de economías contraídas y sin rumbo. El crédito productivo se ralentiza, aumenta el pago de intereses de familias de clase media y empresas y se ejerce presión sobre los mercados inmobiliarios; los gobiernos ven que su capacidad de endeudamiento, ineficiencia, baja competitividad y la corrupción se reducen.
En el mundo los excedentes para transferencias a grupos de riesgo se agotan.
Los expertos nos muestran que la batalla contra la inflación es aún larga y se está perdiendo. Veamos el siguiente gráfico:

Nos dicen: “La inflación general de salarios ha aumentado, pero permanece por detrás de la inflación de precios en la mayoría de los países.” Y, le tienen un nombre poético la «inflación codiciosa»: los precios se ajustan al alza más rápido que los salarios cuando la demanda nominal supera con creces lo que la economía puede producir.
En síntesis, los salarios reales han disminuido en aproximadamente un 3,8 % entre el primer trimestre de 2022 y 2023 para las economías avanzadas y de mercados emergentes de mayor impacto, veamos:

Conclusión
La economía mundial enfrenta varios riesgos ineludibles. Persistencia de la inflación en las grandes economías, que pueden endurecer sus políticas monetarias y financieras y provocar un caos en las economía de la región. El aumento de las guerras que puedan provocar confrontación de potencias con sus abrasadoras fuerzas nucleares. El agotamiento del endeudamiento del Estado, que obligue a reformas estructurales. La amenaza de una crisis bancaria mundial que nos arrase a todos y el cambio climático que ya llegó y tendremos que soportarlo.
De tal suerte, que para una nación pequeña y débil, lo mejor sería terminar el año con elecciones pacíficas, con respeto al voto de la mayoría y que colaboremos con el próximo gobierno, nos guste o no, pues es la única esperanza de sobrevivir como república en construcción eterna.
[1] https://www.imf.org/en/Blogs/Articles/2023/07/25/global-economy-on-track-but-not-yet-out-of-the-woods
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