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El salvavidas de un Almagro agónico

Mirilla Indiscreta

¡No cabe duda de que la gente elige su “muerte”, cuando elige como vivir!

La muerte contemporánea no necesariamente significa perder la vida físicamente.

Y en la escala de posiciones económicas, sociales y políticas, siempre habrá quién planifique y ejecute la forma de morir.

Esa relación de causalidad diferenciará a la “Plebe” de todos los tiempos, esa masa que ha existido y existirá siempre, cuya opinión no vale, pero cuenta.

El aplaudidor sin conciencia, se disfraza en la muchedumbre, que reacciona por inercia a la provocación inducida.

Cuatro malandrines, bien entrenados, pueden distorsionar una asamblea actuando por consigna de manera disciplinada, frente a esa “plebe” que obedece mecánicamente la provocación.

Uno de ellos grita en una esquina “Quememos la bandera” y otro de los pillos en otra esquina responde “síii” y, el otro de los confabulados en la otra esquina agarra el pabellón y le prende fuego.

¡Tres vándalos fueron suficientes, para destruir un acto cívico!

En el entreacto, “la muchedumbre” reacciona infectada, sin saber por qué.

Provocan miedo… la ira planificada de sus rostros impone el temor a reaccionar en contrario.

Esas clicas vandálicas, porque no son otra cosa, agreden a la autoridad, pero se acobardan y huyen sí se impone la ley.

Me cuentan de un gobernador aguerrido, que harto de las provocaciones, decidió enfrentar a las “pandillas” de facinerosos

Le amenazaron con una protesta de “jóvenes patriotas” que difundieron la consigna de apedrear el edificio de la gobernación.

Le dio instrucciones a la policía bajo su jurisdicción que al primer insurrecto que lanzara un proyectil, se le capturara para consignarlo.

Así lo hicieron saber los policías a los concurrentes… ninguno de los heroicos “salvadores” de la patria, se atrevió hacer el disparate.

Simultáneamente, previendo las revueltas planificadas, el funcionario solicitó la presencia de un pelotón antimotines.

Cumpliendo con su deber, los agentes se organizaron en formación para reaccionar frente al presunto desorden.

¡Fue suficiente!… ni una sola piedra quebró un ventanal… y los “alzados” desaparecieron como por encanto.

Sin heridos ni “héroes”, la paz retornó al parque…  El “pueblo” nunca se enteró de lo acontecido, no formó parte del escándalo ni fue contaminado por la turba.

Herida de “muerte” por su irrestricta sumisión al imperio, su ubicación física (Washington) y la dependencia económica del tesoro estadunidense la somete y condiciona.

La OEA ha estado en la frontera de ser desconocida como organización representante de todos los estados americanos, para ubicarla como un “Ministerio de Colonias” de los estadunidenses.

Así fue como la inusitada e impropia visita de los Magistrados del TSE, pidiendo la tutela del proceso electoral (seguramente obedeciendo la sugerencia de los interventores) le permitió al gobierno de Guatemala, cursarle una invitación oficial al Secretario General señor Almagro, para evitar una previsible reacción altisonante del funcionario.

Con ese balón de oxígeno, el burócrata internacional encontró una forma expedita de envolverse en un tema de “defensa de la Democracia al estilo imperial”

Pero aquí, la situación no le resultó tan fácil, tuvo que someterse al incómodo ritual, para él, de escuchar planteamientos descarnados de la descarada participación de una organización política cuestionada por ilegítima en un proceso electoral, qué, por la magia del Software tramposo, permitió que un apellido ilustre se comprometiera en un evento corrompido.

No pudo evitar que el Ministerio Público y la Fiscalía Especial contra la Impunidad le expusieran al detalle, la flagrancia y pruebas del fraude del grupo semilla, qué, instrumentando un sometimiento inmoral, se transformaron en servidores implantados de una estratagema imperial.

Pidió de manera expresa, entrevistarse de manera específica con Manuel Conde, seguramente para cumplir con el requisito protocolario de “escuchar a las partes” como inquisidor.

El Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, le dio la sorpresa de no recibirlo como imputado… sino como acusador.

Con un grupo de diputados de la comisión, representantes de todas las zonas geográficas, le trepanaron el oído, exponiéndole que era inadmisible el fraude cometido, y que debía enterarse de las acciones legales de investigación.

Pero como la cabra tira al monte don Almagro, no pudo resistir la cita que Cayalá, de manera ilegal e inesperada, le hiciera cumplir en su sede.

Constituyendo una prueba irrefutable de la intromisión permanente de la embajada estadunidense y las representaciones aliadas, de sus actividades facciosas que descaradamente patrocinan y fomentan, además de la dependencia orgánica de la OEA con los estadunidenses.

¿Qué norma de Derecho Internacional Público, puede invocar el Secretario General para justificar esa visita a la embajada americana?

Igualmente ¿Qué norma de las que regulan los privilegios de las representaciones diplomáticas puede indicar esa misión para convocar a esa reunión?

La Cancillería, bien podría señalar esa violación y plantearle tanto a la embajada, como a las otras representaciones el tamaño de sus despropósitos.

Y de paso, cuestionarle al Secretario General la razón de su asistencia.

O lo peor, si la iniciativa de la reunión fue a su propia solicitud… Sería el colmo.

Con todos esos nebulosos antecedentes, podríamos considerar que el informe de ese señor, a su regreso a la sede, revele de manera impropia, su dependencia a los designios del imperio.

Y presiento, con seguridad qué, rebasando aún el límite de sus propias facultades institucionales, pretenda realizar una declaración sancionadora e intervencionista.

La rapidez de las legítimas acciones procesales del Ministerio Público y la movilización nacional de las fuerzas políticas y organizaciones soberanistas en el menor tiempo posible, en coincidencia con el acuerdo de elección por el Congreso actual de la Corte Suprema de Justicia y magistraturas de salas, será la mejor respuesta frente a los bochincheros “marxistas” de Washington, vende patrias nacionales y oportunistas.

¡Las batallas de esta semana se ganaron!

¡La elección de la segunda vuelta ni verde ni colorada!

¡Seguimos en la guerra!… ¡Pero Armados!

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Danilo Roca (Edmundo Deantés)

Jurista, analista político, luchador por la libertad.

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