Revolcándose en el excremento
Vocación de Libertad
Hay personas, tristemente, que por su actitud, a pesar de ser igualmente creadas por Dios y potencialmente cuentan con esa dignidad, no dejan de seguir en sus viejas actitudes y de la misma manera que algunos perros y hienas, persisten en querer vivir en la pestilencia. En este caso, la pestilencia de la corrupción.
A pesar de las claras señales de querer vivir en la decencia que millones de guatemaltecos hemos mandado cuando votamos por un futuro en el que hagamos lo correcto, hoy y aun mañana, habrán quienes continuaran queriendo impedir que avancemos en una vida mas digna de los hijos e hijas de Dios y que, ciertamente no queremos seguir revolcándonos en la pestilencia de la corrupción.
Lo anterior no debe sorprendernos puesto que esto ha sido la historia de la humanidad y si no pregunten a Moises, a David, a Nehemias o a José etc. etc., y si de casualidad usted se reconoce cristiano, pregunte al mismo Jesucristo quien fue vendido por treinta denarios. Pero también en esta misma historia llena de tragedias, pestes, guerras y desastres naturales, podemos hoy ver con claridad, como han existido espacios de progreso, avance, paz y gozo que otros hombres y mujeres de diferentes partes del mundo, han podido contribuir con sus dones y capacidades provenientes de ese maravilloso Dios que actuando por la Divina Providencia, genera la capacidad, la influencia y el poder necesario para seguir siendo optimistas con una esperanza cierta de que podemos ir hacia mejor. La Reforma protestante es una evidencia historica.
Aprender a seguir logrando que la creación fructifique por medio de la empresarialidad con mayordomía adecuada, impulsada con fundamentos de valores muy concretos, es vital. Aprender a multiplicarnos sobre la tierra como tantos seres humanos podamos ser a su imagen y semejanza es necesario y aprender a gobernarnos para dominar la creación y con todo esto dar honra y gloria a ese Dios trino que anhela ser reconocido, es una utopia posible.
Los momentos visibles, las especulaciones, elucubraciones y algunas hasta fantasías conspirativas que se levantan en torno al futuro político en el país, no dejan de ser inquietantes, pero sobre todo, negativamente inquietantes para aquellos que aun no construyen sus vidas y toman sus decisiones sobre la roca. Necesitamos fe fundada en una esperanza no en el hombre, sino en Jesus, el Cristo. Animo hermano cristiano, hagamos nosotros lo nuestro que ya Dios hara lo suyo.
En articulo anterior revele que había votado por Semilla, y hoy también puedo decir que no soy semillista y tampoco arevalista, pero si estoy al cien por ciento de acuerdo de ver hacia el futuro, de contribuir con ideas, con criticas y perspectivas de un ciudadano que hoy entre hijos e hijas, nietos y nietas, yernos y nueras, ya sumamos veintiséis personas para los cuales anhelo dejar, al menos iniciado, un país lleno de decencia.
Es por esto que confío en que aquellos a quienes hemos elegido, vayan trabajando desde ahora en forma incansable en dar los pasos necesarios para que desde el día uno de su toma de posesión, den claras muestras de decencia en las decisiones que asuman y permitame decirle desde ya respetable Señor Presidente Arévalo, que no es la rebaja de su sueldo y la de los funcionarios de su gobierno un paso significativo, puesto que además de sonar demagógico, solamente resuelve, si es que resuelve algo, en una minimisima parte la idea de injusticia que prevalece en el drama de la discriminación, el racismo y la exclusion atávica en que vivimos en el país. NO queremos circo, Señor Presidente, queremos verdades y acciones contundentes en favor del futuro del país.
Tengo expectativas bastante altas, como muchos guatemaltecos las tenemos en la propuesta y la ejecución de una transformación del Sistema Educativo en el país, un sistema educativo en el que se comprenda el acto político de liberación de las personas que forman la nación esclava que hemos generado, precisamente enterrando Señor Presidente, los logros de su Señor Padre. Ya aprendimos lo que la confabulación de los capitales foráneos con el poder político que les acompaña, en contubernio con capitales y poderes locales apátridas guatemaltecos, ha sido capaces de lograr y por supuesto, no queremos mas de lo mismo, indiferente si la procedencia de los capitales es gringo, ruso, chino o arabe.
Aprendamos pues de enseñanzas como las del Principe de Maquiavelo: “Un pueblo que acepta pasivamente la corrupción y los corruptos no merece libertad. Merece la esclavitud. Un país cuyas leyes son indulgentes y benefician a los bandidos no tiene vocación de libertad. Su gente es esclava por naturaleza”.

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