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Guatemala y sus retos

Una Guatemala Diferente es Posible

Guatemala tendrá que enfrentarse a desafíos importantes en los años venideros, la desigualdad económica, la falta de desarrollo, La debilidad del Estado, los cambios climáticos, pero sobre todo la inseguridad y la violencia, lo que está forzando a miles de miles de guatemaltecos a emigrar a otras latitudes, por lo que el fenómeno migratorio cada día se agiganta en nuestro país. De todos los factores que se están sucediendo en Guatemala, ¿Qué debería preocuparnos más? Lo primero que debemos entender es que, hoy en día, prácticamente todas las personas somos, de algún modo, dependientes del flujo constante de dinero, bienes, cultura y gente, lo que conocemos como “globalización”, proceso que ha traído una abundancia económica inimaginable para algunos, pero para muchos otros, muy poco, o nada, por lo tanto, como la globalización redistribuye el trabajo y los ingresos por el mundo, los ciudadanos sin entenderlo en muchos casos, exigen más protección a sus gobiernos.­ (Open Mind)

La desigualdad y la falta de desarrollo mantienen una huella histórica en nuestro país desde hace muchos años, que se manifiesta con altos grados de pobreza y falta de oportunidades, fenómenos que no hemos podido enfrentar claramente, la desigualdad económica desgraciadamente es un fenómeno que se fortalece día a día y que es el producto de múltiples consecuencias políticas, por lo tanto, el mayor reto al que se enfrenta Guatemala, en cuanto a desigualdad y desarrollo, es la capacidad de abrir el acceso de las instituciones políticas a los ciudadanos, a fin de que los menos favorecidos puedan influir en los resultados político económicos.

Por otro lado, existe un reto al que se enfrenta en materia de seguridad nuestro país, la violencia, y la criminalidad organizada, especialmente en áreas vitales para los mercados relacionados con la droga, como lo es la frontera con México, de allí la importancia de señalar que, en el mundo del narcotráfico, hay países que están directamente relacionados con la producción de drogas naturales y sus niveles de violencia y de criminalidad son mínimos, por el contrario hay otros países en los que el consumo de drogas es muy poco, pero su territorio, sirve de ruta de paso, bodega, o de producción tanto de drogas naturales como sintéticas y los niveles de violencia y criminalidad son elevados, la realidad ha demostrado que en algunos  casos los gobiernos no se enfrentan al narcotráfico y de alguna manera son permisivos a este tipo de actividad criminal, lo que al final pasa una factura no al gobierno, sino que, al país.

A esto hay que sumarle que nuestro Estado tiene una institucionalidad sumamente débil y frágil, tanto si se ve desde la perspectiva de las instituciones que deben de ayudar a solucionar los problemas que aquejan a la población, o, a políticas que puedan generar mejoras económicas, políticas y sociales a sus pobladores o si por el contrario esa debilidad y fragilidad se calcula en términos de ingresos públicos, así como de gasto, de igual manera se incumple con las expectativas en materia de infraestructura, lo que se ha convertido en un obstáculo permanente para generar mayor desarrollo económico y social, y, de igual forma, la corrupción que ha servido para debilitar el Estado y en términos generales a la propia sociedad, ya que una gran cantidad de los recursos económicos del Estado van a parar a la bolsa de funcionarios corruptos o personajes oscuros.

Además de los factores mencionados, la poca credibilidad de los partidos políticos en nuestro país y la amenaza constante a la democracia, nos obliga a fortalecerla como sistema político y una forma de vida, estamos viviendo una crisis política profunda, que se manifiesta de una manera fuerte y que nos afecta como país, de allí la necesidad de remarcar la importancia de renovar los partidos políticos y cuadros partidarios, y de igual forma, revalorar el papel fundamental que juegan los partidos políticos en el funcionamiento de la democracia, en un momento coyuntural en que pocos creen en ellos.

Al final, vemos una ciudadanía menos tolerante con sus gobernantes, que ha aprendido a exigir sus derechos, aunque en muchos de los casos desconocen sus obligaciones, por lo que los gobiernos, de igual manera, deben prepararse para dar respuesta a las demandas que exigirá especialmente la clase media en los años venideros, en su lucha por conseguir mayores oportunidades y un nivel de vida más digno.

Esto obliga al fortalecimiento de la democracia y a mejorar la calidad de la política, con el fin de recuperar la confianza ciudadana y afianzar la gobernanza y la gobernabilidad, este es el mecanismo para hacer avanzar la democracia, pero paralelamente hay que fortalecer los vínculos con la ciudadanía, modernizando y reforzando los partidos políticos y el Congreso de la República, para poder superar la crisis política y de representación en la que el país está inmerso, así mismo, hay que fortalecer el Estado de derecho para garantizar seguridad jurídica y luchar eficazmente contra la corrupción y la impunidad, por lo que despolitizar la justicia es imprescindible y desjudicializar la política lo es de igual manera, y, por ultimo recuperar los  niveles adecuados y sostenibles de crecimiento económico, para lo que es necesario incrementar la productividad y la competitividad, así como aumentar la inversión tanto local como extranjera, y sobre todo hay que apostarle a la educación y a la innovación, así como a buscar la mejora del clima de negocios.

AL RESCATE DE GUATEMALA.

GUATEMALA NECESITA DE SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES.

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