La pérdida de lo auténtico
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Recuerdo hace mucho tiempo cuando una compañera de trabajo que ocupaba la responsabilidad de ser asistente de la dirección tecleaba las actas del consejo técnico de la escuela – máquina de escribir alemana, supongo en ese entonces de la República democrática alemana (RDA) o Alemania del Este[1] – cuyo ruido resultaba ensordecedor y que para borrar un error existía como una especie de papelito que al teclear sobre el, “borraba” la letra.
Años después surgió la máquina de escribir eléctrica – menos ruido, más rápido la escritura…, -hasta que sencillamente desapareció, hoy en día deben ser piezas de museo o quién sabe; años después ¿20, 30?,surgen las computadoras con un cajón de fondo, desaparece este último y hoy son por así decirlo un sencillo portafolio.
Por supuesto la tecnología no se detiene, cuya tendencia en general es a que los procesos industriales y la vida en general sea mucho más rápida, vinculado a un factor simultáneo de la necesidad de menos empleados, por ende, más desempleo, lo cual no es nuevo y si desea revise las llamadas revoluciones industriales a lo largo de la historia (actualmente en la cuarta)[2]
Hago un alto para hablar o mencionar al boom de noticias – no puedo dejar de mencionar ya que sino dejaría de estar en la “moda”- alrededor del llamado Chat GPT, lo cual constituye un modelo de lenguaje, cuyo objetivo es generar texto de manera autónoma y coherente, donde basta una “insinuación” de texto a partir del cual se generan oraciones y párrafos coherentes.
Cientos, miles de artículos que repercuten y cuestionan en el campo de la educación, sobre todo en lo negativo: el fraude y los docentes una vez más “desarmados, aplastados” donde la tecnología, lo que se adecúa para el mundo laboral, después les corresponde a los docentes sin dejar de menospreciar la brecha tecnológica.
Mencionaba hace un instante – dos o tres párrafos anteriores – que con la tecnología la vivimos más rápidos, por ejemplo: «… enciende la luz de la cocina; apaga el radio; ¿qué hora es?; revise la llanta de su carro, ya que debe estar ponchado…; y en el peor de los casos, no nos hablamos entre sí, cuya vista se centra en lo que nos muestra y orienta una pantalla» ¡Increíble, pero cierto!
Y para una muestra concreta, ¿por qué dejamos de ser auténticos, creativos?, entiéndase «carácter original y genuino de una cosa, que no es falsa; capacidad de crear nuevas ideas o conceptos, de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos conocidos, que habitualmente producen soluciones originales», una compañera había utilizado la aplicación Chat GPT – la cual en lo personal he utilizado poco – donde me mostraba el resultado de un trabajo conjuntamente con sus estudiantes y que le diera mi opinión.
No se la di – por error o por tratar de no ser poco ético – pero lo que había logrado en pocos segundos, me mostraba un trabajo muy elemental, pero a la vez complejo para estudiantes de apenas 11 – 12 años acompañado de ilustraciones (que el propio programa “acompañaba”), desequilibrio entre textos e imágenes, etc.
¿A quién calificó a los estudiantes o a Chat GPT?; ¿Investigaron los estudiantes, la realidad de la información?; ¿comprendían lo que “alguien” le había escrito?; aprender y aplicar para los estudiantes, no resulta tan sencillo, como cuando orientas «apaga la luz», por suerte y la diferencia está es que somos humanos, pensamos, tenemos sentimientos, reímos y lloramos, amamos a nuestros padres, abuelos inclusive a nuestros propios docentes.
Por favor, no perdamos nuestro raciocinio: «Razón, facultad de la mente que permite aprender, entender, razonar, tomar decisiones y formarse una idea determinada de la realidad»
[1] La cual “desaparece” – realmente una fusión (23 de agosto de 1990) entre las dos Alemanias existentes en ese entonces – quedando la actual República Federal de Alemania
[2] Primera Revolución Industrial (siglos XVIII-XIX); Segunda Revolución Industrial (segunda mitad del siglo XIX-1914); Tercera Revolución Industrial (mediados del siglo XX) y Cuarta Revolución Industrial (siglo XXI)
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