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Voluntad Política

Reflexiones

En el análisis de la crisis política que afecta la cotidianidad de los guatemaltecos en este mes de octubre, es recurrente escuchar en círculos académicos, sociales, políticos y económicos, que la coyuntura actual se resuelve con voluntad política. ¿Eso nos lleva a preguntarnos qué es la voluntad política?

La RAE nos dice que volitivo es aquello relacionado con los actos y fenómenos de la voluntad, en consecuencia, el aspecto volitivo en la persona humana se refiere a la capacidad para actuar en función de lo que comprende, es decir, su capacidad para controlar sus actos; como lo señalo George Mead (1982) en su libro “Espíritu, persona y sociedad”, <somos conscientes cuando lo que vamos a hacer controla lo que estamos haciendo>. Actualmente se conoce como metacognición.

Está asociada al libre albedrio y a la libre determinación de los actos. Involucra a la inteligencia emocional e interpersonal para realizar elecciones, entre aceptar o rechazar una determinada tendencia, estar a favor de la corrupción e impunidad o en contra de ellas. El aspecto volitivo del ser humano es fundamental para nuestra capacidad de tomar decisiones y actuar en consecuencia. Es un componente esencial de nuestra autonomía y libertad personal.

Voluntad política entonces, se refiere a un ejercicio ético de todo aquello que debemos llevar a cabo, ejercer con responsabilidad social y con sumo formalismo, sobre todo en el ejercicio del poder. Rousseau en el “Contrato Social” (1762) señala que la voluntad política es la suma de los intereses que tiene un pueblo en común, es decir su voluntad general y que el Estado debía ser dirigido por la voluntad política general del pueblo.

Es pertinente por lo tanto cuestionar a los actores políticos, económicos y sociales en esta grave crisis institucional que afecta al país. ¿Por qué la fiscal general no renuncia? Si ha carecido de voluntad política para enfrentar los desafíos que representa ejercer el liderazgo en el Ministerio Público. Su conducta profesional se ha visto trastocada por su selectividad en la persecución penal, faltando a todas luces a la ética requerida. ¿Por qué no investigar a todos los partidos políticos previo a las elecciones generales a sabiendas de escandalosas denuncias en contra de funcionarios del Tribunal Supremo Electoral y el Registro de Ciudadanos? ¿Por qué ejercer una persecución penal en contra del ganador de las elecciones presidenciales? ¿Por qué no perseguir a muchos de los alcaldes y diputados electos teniendo indicios de actos de corrupción en su contra?

¿Por qué no investigar a Giammattei por la compra de las vacunas rusas, la alfombra de dólares, la mega mansión en Sacatepéquez valorada en más de 11 millones de dólares, la farsa del hospital del Parque de la Industria y mucho más?

La voluntad política también se considera como la representación del poder al servicio de las causas más nobles que brinden beneficios a toda la población. En este contexto de la lucha contra la corrupción y la impunidad, la voluntad política aparece como un elemento central para asegurar su efectividad. Hoy más que nunca los políticos deben mostrar voluntad política para implementar acciones para combatir ese flagelo que nos ha bloqueado la salud, la educación, el trabajo y la vivienda dignos, en términos generales, el desarrollo social sostenible, tomando en consideración que es una corrupción sistémica, inter e intra institucional.

Ergo, la voluntad política es crucial en cualquier democracia porque es generadora de la ciudadanía activa, el pluralismo político, la toma de decisiones colegiadas, el ejercicio del poder en favor de la mayoría, dándole legitimidad a los gobiernos, provocando el desarrollo social y económico en un contexto de respeto a los derechos humanos. En consecuencia, la voluntad política juega un papel vital en las democracias al influir en las decisiones públicas.

Al existir evidencia de la falta de voluntad política para ejercer sus atribuciones es necesario al tenor del artículo 28 de la Constitución Política de la República, exigir la renuncia de los funcionarios del Ministerio Público y el Organismo Judicial que no han entendido que laboran para la sociedad en su conjunto y no para grupos de interés. Esto deberá ser tomado muy en serio por funcionarios de los Organismos Ejecutivo y Legislativo.

Dice la filosofía popular “pan para tu matate”.

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