El gobierno de Giammattei
Teorema
A fines de 2019, los guatemaltecos, con nuestro voto, designamos a Alejando Giammattei para que presidiera el gobierno nacional entre enero 2020 y enero 2024. Lo decidimos así, unos considerando sus propios méritos, otros para resguardar la posibilidad de que llegara a gobernar la señora Torres. Sin importar cuál haya sido el móvil, en los comicios de 2019 Giammattei resultó electo en balotaje, con más de medio millón de votos de diferencia respecto de Sandra Torres. Hubo señalamientos de chanchullo en el recuento de votos y es posible que así haya sido. Empero, la magnitud del supuesto fraude no parecía ser suficiente como para cambiar la escogencia final. Incluso la candidata perdedora aceptó el resultado.
Debido a la enfermedad que se presentó desde muy temprano en su vida y que lo dejó en condición parapléjica permanente, desde muy joven Giammattei hubo de acumular valor y coraje para enfrentar esa gran adversidad, virtudes que habrán templado su espíritu. Además, es un hombre inteligente, su capacidad para argumentar es superior. Con tales atributos ingresó en el oscuro mundo político local desde muy temprana edad. Arturo Herbruger, ciudadano notable, fue su padrino político. Tomado de su mano, en 1985, Giammattei incursionó en esas peligrosas arenas movedizas cuyas puertas se abrían ante Herbruger cuya honradez como funcionario había sido demostrada plenamente, haciendo que mereciera el respeto de todos.
En 1999 y 2003 Giammattei se presentó como candidato a Alcalde de la Capital, siendo derrotado. En 2007, 2011, 2015 y 2019 figuró en las papeletas como candidato presidencial. Antes de resultar electo, pasó por siete partidos políticos, sufriendo cinco derrotas al hilo. Mantuvo mucha privacidad tanto en su vida privada como en la fuente de los ingresos que le permitieron vivir tantos años de costosa actividad política. Su paso por el Sistema Penitenciario en 2006, lo llevó a sufrir prisión injustificada (en 2010 fue declarado inocente). Estando en prisión protestó por su injusto encarcelamiento con una huelga de hambre que pudo costarle la vida.
Su historial como víctima del infortunio, su sufrimiento, tenacidad y perseverancia fueron apreciados por los electores, quienes restaron importancia a su mal carácter. Algunos electores pensaron que la enfermedad terrible habría fortalecido su espíritu, no solo para sacarlo adelante y llevarlo a aspirar, con terquedad, cuatro veces a la presidencia del país sino también para que, una vez alcanzada, poder hacer un gobierno capaz de impactar positivamente el futuro de Guatemala. Además, la alternativa era la señora Torres cuyo pasado, pleno de denuncias criminales conocidas por los electores, la convierte en candidata perdedora. No importa contra quién compita, ella pierde. Sin ella, su rival habría sido Mulet o Thelma Cabrera. En favor de Giammattei también debió operar el recuerdo de la ya lejana influencia de Herbruger. Cuando asumió en el cargo, era el político vivo con mayor experiencia en el país. Un emotivo discurso de toma de posesión causó esperanza.
Sin embargo no fue así, los electores nos equivocamos.
Cuando Morales asumió el cargo en 2016, solo conocía personas de su entorno cercano, más cerca de la farándula que de la academia. Ese no fue el caso de Giammattei, quien pudo acudir a las personas más capaces, a las mentes más brillantes del país para hacer con ellos un gran gobierno y terminar entre aplausos en vez de los abucheos que constantemente ha recibido y que lo harán salir por la puerta trasera.
Posiblemente, haber pasado gran parte de su vida “encerrado dentro de un clóset”, como se dice, siendo un político obligado a llevar una vida pública intensa, le debió resultar traumatizante tener que ocultar sus inclinaciones. Su amargura, su temperamento explosivo, su mal humor, su carácter autoritario… todo eso pudo ser forjado en esas sombras. A esto pudo sumarse que poseyendo un ego más grande que él, odiaba tener cerca a quien pudiera superarlo. Así que, solo tres meses después, funcionarios valiosos como el ministro Óscar Bonilla, ya se habían ido. Giammattei terminó rodeado de gente gris, de individuos con mediocridad desbordada. Gente de tan poca valía intelectual como su pareja sentimental.
Su innegable experiencia política, se expresó de forma negativa al comprar diputados y políticos para reducir la oposición. Adquirió mayor injerencia en el Estado de la que la Constitución otorga. Si se permite la contradicción, su gobierno fue una dictadura democrática. Declinó buscar apoyo en los ciudadanos (actuó en contrario con Bukele). Su ansia de poder y de dinero estimulada y apoyada por iguales expectativas en la mayoría de quienes lo rodeaban, sellaron nuestro destino como país. El planeta nos percibe, no como un país que sufre por tener un gobierno corrupto, sino como un país corrupto.
Ha gobernado coqueteando con la ONU, la OMS, el gobierno de EU, los gobiernos europeos y de Canadá. Enfrentó el covid con todos los desatinos de la OMS, incluyendo crear un “zar del covid”. Viajó a la lejana Ucrania para hacerse la foto con Zelenski, y así merecer una sonrisa de Biden. Consiguió desprecio. Nadie quiere estar cerca de quien se arrastra. Hoy nos ven como parias en la sociedad humana.
Guatemala ha enfrentado momentos difíciles en su historia, como los vividos durante la época de la guerrilla. Tuvimos problemas limítrofes con México por la pesca marítima. Inglaterra llevó aviones Harrier a Belice varias veces, buscando intimidar. Enfrentamos un terremoto y otros desastres naturales que muchas veces fueron cruentos, la URNG estuvo cerca de tomar la Capital… El actual bloqueo de carreteras se suma a esos desastres. Es un escenario que se complica con la posibilidad de que USAID los esté financiando porque involucra al gobierno de EU en el conflicto y la reacción de los ciudadanos de ese país sería negativa en un período de elecciones. Brian Nichols del DoS gringo critica la actuación de la CC ¿pretenderá que Guatemala actúe fuera del marco constitucional para satisfacer su intrusiva arrogancia? ¡Que vaya a comer hamburguesas!
Aún en ese escenario extremo, pedir a la OEA, el organismo de menor prestigio internacional, intervenir en Guatemala representó un inútil sacrificio de soberanía nacional. Antes de llegar a Guatemala el señor Almagro ya había expresado su apoyo a Arévalo y los argumentos que esgrimía. Algunos tan absurdos como un golpe de estado en contra suya –sin ser presidente— o al afirmar que una indagación judicial formal constituye un atentado contra la democracia. Ahora Almagro se atreve a criticar las sentencias de la CC ¿Pretende conocer más que ese alto tribunal sobre la Constitución nuestra?
Nunca antes, como esta vez, la Corte de Constitucionalidad, investida con toda su majestuosa autoridad, había tenido que ordenar al presidente y sus ministros, cumplir las obligaciones que ordena la Constitución. Bien por la CC al llenar el vacío de poder dejado por el comprometido presidente. Mal por un Giammattei desbordado por los acontecimientos.
Este es el gobierno que tenemos, con el que hemos debido vivir cuatro años. El gobierno que dirige el presidente Giammattei, podrá ser todo lo malo, inoperante y principalmente corrupto que se quiera, empero, ha sido constituido dentro de la legalidad. La Ley contiene los medios para deducir responsabilidad en los crímenes que el gobernante y demás funcionarios pudieron haber cometido. Portillo, Colom, Pérez y Baldetti lo saben. Hoy, tiene un derecho de antejuicio “duro” pero el que le otorgará el PARLACEN el año entrante lo es menos. Me pregunto si quienes ahora bloquean carreteras pidiéndole renunciar o los políticos cuyo “Plan de gobierno” consistía en mentarle la madre y prometer que lo iban a pudrir en la cárcel, son capaces de seguir el debido proceso. Ojalá que sí.
A la población en general, harta de la corrupción, me permito recordar aquel viejo refrán chino que dice:
“Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo”

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