Estado, burocracia e incapacidad
Vocación de Libertad
Sin dudarlo un instante, cuando enunciamos la palabra estado, burocracia e incapacidad, nuestra mente vuela a la velocidad del vértigo hacia la corrupción, trastornando no sin justificación el valor que le damos a los servicios del Estado hacia la población, servicios que con claridad meridiana son pagados en términos salariales y de vidas, por todos y cada uno de los ciudadanos que cumplimos con el pago de impuestos, además del nivel creciente de la deuda pública, que sin importar el monto, también corre por nuestra cuenta y la de las futuras generaciones.
El Barómetro de la Profesionalización del Empleo Público en Centroamérica y República Dominicana con el auspicio de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID y el Sistema de Integración Centroamericana, SICA, se propuso la aplicación de este modelo para Centroamérica. Como resultado se obtuvo el primer Barómetro de la Profesionalización del Empleo Público en Centroamérica y República Dominicana (2009), cuyos informes nacionales han sido actualizados para presentar el Segundo informe del Barómetro Centroamericano en el 2012 del cual tomo prestados algunos párrafos de referencia.
“Este segundo Informe se fundamentó en cinco índices de calidad del sistema de servicio civil, a saber: Eficiencia, Mérito, Consistencia estructural, Capacidad funcional y Capacidad integradora. Estos índices se aplicaron de manera transversal sobre los puntos críticos destacados en ocho subsistemas de gestión: Organización de la función de recursos humanos, Organización del trabajo y gestión de la ocupación, Planificación, Gestión de las relaciones humanas y sociales, Gestión del empleo, Gestión de la compensación, Gestión del rendimiento y Gestión del desarrollo. Al considerar estos elementos desde una perspectiva integradora es que se conforma el Índice de Desarrollo Burocrático, IDB, que se utiliza como referencia descriptiva de la situación en la región.
Según los datos de la primera edición aplicada en Centroamérica para el 2009, el Índice Promedio Regional se sitúo en 29 puntos de 100 posibles. Costa Rica (quien obtuvo 50 puntos de los 100 posibles) marcó una importante superioridad respecto de los demás países evaluados, siendo el único en llegar a la mitad del puntaje total de la medición, lo que de aceptarlo como satisfactorio, solamente puede interpretarse como la aceptación. Conformidad con la mediocridad. Le sigue Nicaragua (34), Panamá (33), República Dominicana (32) y El Salvador (29), quienes constituyeron un grupo intermedio con importantes hallazgos. No obstante, Guatemala (24) y Honduras (8) fueron los únicos países en esta primera evaluación regional, que no lograron superar esta media regional.
La segunda edición del Barómetro presentada en el 2012 mostró leves avances en los países de la región. El tímido crecimiento le permitió a Costa Rica, en términos generales, seguir a la cabeza con un total de 54 puntos de 100 posibles. El rango intermedio en que se ubicaron los cinco países mencionados en la edición anterior, se extendió a casi 15 puntos por debajo del país con mayor puntaje.”
En términos concretos y dado que los resultados anteriores responden al 2012, cuando han pasado 13 años y difícilmente, al menos un servidor, podrían pensar en que han existido mejoras de servicio en las oficinas del Estado de algunos de los países, hemos de concluir en que en honor al costo creciente de la burocracia se hace necesario exigir desde el Presidente de la República, Ministros y viceministros de Estado, secretarios y directores de entes autónomos un compromiso de estándares de servicio para buscar mejorar significativamente los servicios del Estado para quienes pagan sus salarios.
El costo de seguir como vamos es muy alto, puesto que no solamente responde al pago de salarios, sino el efecto negativo de las ineficiencias que se trasladan en falta de desarrollo de capital humano, enfermedad, desnutrición y crisis social en la población con escaso recursos; sin dejar de apuntar la mediocridad en el desarrollo del carácter y valores por la excelencia que necesitamos tener como país que colabora con una humanidad que debe desarrollarse como Dios manda.
Hay tres claras y penosas irresponsabilidades en los servicios que la burocracia guatemalteca le presta a la población:
La primera es la corrupción, tan visible que es sobre la cual se manifiesta el descontento generalizado que la población viene reclamando de quienes han convertido al Estado en una fuente de riqueza personal.
La segunda es impunidad con que sea quien sea, falta a los deberes de la posición que ocupa simplemente porque sus capacidades no le permiten hacer bien el trabajo para el cual fue contratado, incluyendo el cuidado por la vida de quienes en el caso del sector salud, seguridad o educación, por ejemplo, afecta la vida de los ciudadanos.
Y un tercer ámbito, la dolorosa irresponsabilidad que sabiendo que no están capacitados para prestar el servicio para el cual es contratado, ocupa y usurpa la posición de otro ciudadano que ciertamente podría prestar de mejor manera el servicio.
¡NO!, categóricamente no podemos seguir así, no podemos permitir que próximos a tener inquilinos diferentes en las oficinas de gobierno, permitamos y no exijamos, lo que buenamente pagamos. Un buen servicio de todas y cada una de las personas que trabajan en el Estado, empezando por la misma pareja presidencial, sus ministros, secretarios y directores de entes autónomos, semi autónomos y directores. Ánimo, usted es el que paga y por tanto, usted es quien debe exigir.
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