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A propósito de Navidad

Zoon Politikón

En Latinoamérica, la afiliación cristiana incluye una variedad de denominaciones, siendo el catolicismo y el protestantismo las dos tradiciones cristianas más grandes. En términos generales, se estima que más del 90% de la población en América Latina se identifica como cristiana, con la mayoría siendo católicos.

Para los cristianos, la natividad es la celebración del nacimiento de Jesucristo, nuestro Salvador. La Navidad conmemora este evento, simbolizando la encarnación divina en forma humana. En esta festividad, la trascendencia cobra significado espiritual al destacar la oportunidad divina de superar desafíos terrenales y buscar redención y conexión espiritual.

La temporada navideña promueve valores trascendentes personificados en el Niño Jesús. Su llegada representa la promesa de salvación y un nuevo inicio espiritual. La esperanza trascendental que emana de la Navidad brinda consuelo y recordatorio de la posibilidad de una vida más allá de las preocupaciones diarias, invitando a buscar un propósito más elevado.

La Navidad, al celebrar la Natividad de Jesucristo, fusiona elementos de trascendencia divina y experiencia humana, transmitiendo un mensaje espiritual profundo y significativo.

Entre los aspectos centrales de la filosofía de vida cristiana se encuentra el amor y la compasión, valores derivados de la enseñanza central de Jesucristo de amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. En este sentido, la vida cristiana debería reflejar un compromiso genuino con el amor y la compasión hacia los demás. Además, la fe en Dios desempeña un papel fundamental a través de una relación personal con Él, implicando confiar en la providencia divina, buscar la dirección de Dios en la vida cotidiana y cultivar una vida espiritual mediante la oración y la reflexión. Una vida cristiana basada en principios éticos y morales también es esencial, con el objetivo de buscar la santidad en la vida diaria. Acentúa el enfoque de servicio hacia los demás, reconociendo la importancia de poner las necesidades de estos por encima de las propias, en sintonía con la humildad enseñada por Jesucristo.

La esperanza en la vida eterna y la resiliencia frente a las adversidades constituyen pilares esenciales de la vida cristiana. La confianza en que Dios guía y otorga propósito proporciona una base sólida para afrontar los desafíos con esperanza y fortaleza, demostrando la capacidad de sobreponerse a las dificultades con un sentido perdurable de propósito y significado. La filosofía de vida cristiana, en última instancia, busca reflejar el llamado de Jesucristo a seguirle y vivir conforme a los principios del Reino de Dios.

El concepto de «trascendencia» se refiere a la naturaleza divina de Dios, considerado como trascendente, infinitamente superior a la creación y a la trascendencia humana. A través de la gracia divina, el ser humano tiene la capacidad de buscar la santidad, la conexión espiritual y la alineación con la voluntad divina, capacitándolo para alcanzar la salvación. La búsqueda de esta conexión con lo divino se lleva a cabo a través de la oración, la participación en los sacramentos, la práctica de las virtudes y la respuesta activa a la gracia divina. Estos actos permiten al ser humano avanzar en su camino hacia la unión con Dios. Se destaca que Dios invita a cada persona a participar en su vida divina, aunque también respeta la libertad humana y espera una respuesta libre y amorosa por parte de cada individuo.

La trascendencia humana implica ir más allá de la existencia terrenal, buscando una unión eterna con Dios en el cielo a través del desarrollo personal y espiritual. Involucra crecimiento personal, autorreflexión, empatía, compasión, servicio y la exploración de valores que van más allá de lo material. Además, la trascendencia incluye la exploración intelectual, aprendizaje continuo y la comprensión profunda del mundo y de uno mismo, así como la expresión artística y creativa.

La trascendencia espiritual en la oración y la adoración constituyen no solo la comunicación de las necesidades humanas a Dios, sino también la búsqueda de una conexión más profunda, así como, el abandono a la voluntad divina, la adoración de la presencia real de Cristo en la Eucaristía y la transformación interior a través de la comunión con lo divino.

La trascendencia moral entraña la búsqueda activa de la virtud, la promoción del bien común, y la consideración de realidades últimas como la vida eterna, todo ello a través de acciones éticas informadas. Acarrea cultivar hábitos buenos y acciones rectas que conduzcan a la perfección moral, al tiempo que tiene una dimensión escatológica al orientarse hacia la vida eterna y la salvación. La trascendencia moral requiere colaborar con la gracia divina para contribuir a la restauración y elevación de la humanidad.

El concepto de trascender conlleva superar lo mundano para alcanzar una conexión más profunda con lo divino, a nivel espiritual, ético y a través de la relación con Dios.

En el caso de un político cristiano, esto significa basar sus decisiones en valores que reflejen la moral, abogando por la justicia, la solidaridad y el bien común, en este sentido, también es una responsabilidad más amplia hacia la sociedad y el bienestar de los demás. Un político cristiano se sentiría llamado a trabajar por el bienestar de toda la comunidad, especialmente de aquellos que son más vulnerables o marginados. Reconocer la dignidad intrínseca de cada ser humano, independientemente de su situación o condición, se convierte en una parte central de este compromiso.

Buscar la justicia y la paz de manera activa y comprometida es otro aspecto de la trascendencia en la vida política, promoviendo el bienestar integral de todos, actuando con honestidad, integridad y ética en la gestión pública, evitando la corrupción y actuando en beneficio del bien común. Todas estas acciones requieren que el político considere las repercusiones a largo plazo de sus decisiones y acciones.

En resumen, la trascendencia proporciona un marco ético y espiritual que puede guiar las acciones de un político hacia el servicio público, impulsándolo a trabajar por el bienestar de la sociedad y a actuar de manera coherente con los principios fundamentales de la fe cristiana.

«Que el nacimiento del Niño Jesús llene tu corazón de paz y alegría«

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Edgar Wellmann

Profesional de las Ciencias Militares, de la Informática, de la Administración y de las Ciencias Políticas; Analista, Asesor, Consultor y Catedrático universitario.

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