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Reflexionando sobre estas fechas de fin de año, vienen a la memoria diferentes temas que se pueden tratar. O, mejor dicho, lecciones que podemos sacar en cuanto a lo histórico, sociológico, psicológico y educativo. Todos los 31 de diciembre, al sonar las 12 de la medianoche, independientemente de la latitud y zona horaria que nos encontremos, al menos en el occidente, se celebra la fiesta de fin de año.

Todos nos damos el abrazo deseándonos un feliz año nuevo, y, cada quien tiene una tradición, a saber: algunos, ponen en sus calcetines o medias, monedas para que no falte la prosperidad económica; otros, salen corriendo con maletas para que no falten los viajes; que la ropa interior roja o la amarilla, en fin, un montón de creencias que giran alrededor de dicha celebración.

El año nuevo cosmológico se da en el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, normalmente, ya que era el renacer de la naturaleza, el florecimiento. Pero, en el hemisferio sur sería diferente: el año nuevo iniciaría en septiembre. Históricamente, se instauró el 1 de enero como la fecha del inicio del año, más que todo por el emperador Julio César de donde surge el calendario juliano y, en 1582, el papa Gregorio XIII, instauró el calendario gregoriano dejando el 1 de enero como fecha de inicio del nuevo año.

Jano, que era representado por una cara joven que veía al pasado y una cara mayor o adulta que veía hacia el futuro. Él era el dios de las puertas, a él dedicaban las guerras de conquista, expansión y defensa del imperio. De allí viene el nombre del mes de enero. Mes dedicado al dios Jano.

Todos los años, nos hacemos propósitos, algunos los logran cumplir, otros, no y flaquean en el camino, algunos tienen metas tan inalcanzables que solo se pueden catalogar en utopías sin poner los pies en la tierra. La pregunta será ¿Cuáles son tus propósitos para este año que inicia? Empieza esa dieta que tanto postergas, sana tus heridas, inscríbete en el gimnasio, haz ejercicios en la calle, cámbiate de trabajo, emprende ese negocio, escribe ese libro. No podemos esperar a que el año se acabe para hacer las cosas que nos hemos propuesto.

El mayor propósito de nuestra vida, debe ser construir la mejor versión de nosotros mismos. Nuestra vida es como una catedral, una construcción majestuosa que ladrillo a ladrillo se va levantando, los cimientos deben ser fuertes para soportar el peso de las columnas, los capiteles y el techo de esa bóveda que albergará las vivencias, las experiencias y lo aprendido en el camino. Pero no solo los cimientos deben ser importantes, sino el tipo de terreno donde se va a construir.

Haz un análisis topológico de ti mismo, ¿Cómo está tu suelo interno? ¿está lleno de basura, odios, rencores, remordimientos? ¿está ordenado, con buena luz, limpio? Limpia las heridas, deshazte de odios, celos y rencores, lo que los otros digan de ti, habla más de ellos que de ti mismo, despréndete de tus seres queridos, déjalos vivir sus vidas, ellos tienen su historia que contar y escribir también, suéltalos, pero no los abandones.

Feliz año nuevo, nos deseamos todos. La algarabía, los juegos y el desenfreno a la orden del día. Esperamos que el próximo año sea mejor que el anterior. Pero, nadie sabe lo que nos depara cada período que inicia. Depende de nosotros que cada año sea luminoso, próspero, en abundancia.

Este nuevo año nos trae una oportunidad de seguir avanzando, creciendo y aprendiendo. Cada día trae su afán, sus retos y oportunidades. Cada quien enfrenta esas oportunidades y esos retos de acuerdo a sus experiencias, a su conocimiento y a sus fuerzas.

Feliz año nuevo, y que cada día sea cada vez mejor. Un libro de 365 hojas donde cada uno de nosotros escribe su historia, ¿Cómo será? Depende de cada uno de nosotros lo que escribamos en ellas.

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Claudia Alexandra Figueroa Oberlin

El arte siempre lo llevé de la mano con la literatura, me dediqué al teatro, a la danza por más de quince años, y a las artes marciales, ahora soy miembro de diferentes asociaciones y academias de poesía: Asociación Actuales Voces de la Poesía Latinoamericana, donde participo con crítica literaria, Academia Nacional e Internacional de Poesía de la Benemérita Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, América Madre, Unidos por las Artes, Movimiento Literario de Centroamérica, y locutora de la radio el barco del romance con el programa Una Ventana al Mundo, donde hablo de los viajes, la historia y la cultura, recito poemas y leo cuentos o fragmentos de otros autores y propios.

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