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La perversión del populismo

Una Guatemala Diferente Es Posible

Uno de los fenómenos que estuvo presente en América Latina a mediados del siglo XX y que reaparece fuertemente en el siglo XXI, en Latinoamérica y ahora también en los Estados Unidos y con algunas experiencias en Europa, es precisamente el populismo, por lo que su abordaje, estudio y análisis, como práctica política e ideológica, recupera importancia y, en nuestro continente, su regreso concuerda con la crisis y transformación de la política en América Latina y con las distorsiones y complicaciones que los sistemas electorales y los partidos políticos ocasionan.

Académicos, investigadores y analistas han comprobado en nuestra región, como los políticos han desprestigiado su oficio y, de igual forma, como estos para ganar elecciones han echado mano del populismo como propuesta ideológica y política, haciéndole creer a la población que los pueblos pueden mejorar y desarrollarse con este tipo de propuestas, nada más alejado de la realidad y la verdad, simplemente hay que voltear la mirada a nuestro continente y veremos algunos ejemplos del latrocinio al que los populistas han sometido algunos pueblos que son hoy, gobernados por estos.

Sin excepción, el retorno del populismo en América Latina ocurre en un contexto de crisis económica, social y política que se observa en las alteraciones y confrontaciones que se le somete a una sociedad, populismos emergentes que a la vez reproducen y agravan la crisis por la que llegaron al poder.

Otro factor o elemento esencial que esgrime el populismo, que lo mediatiza y se ha convertido en flagelo político y social para las democracias del mundo libre y que provoca daños inconmensurables es la corrupción, en ese sentido la corrupción, los malos manejos, la ineficiencia, la ineficacia, la falta de oportunidades, el subdesarrollo, no son factores que sean exclusivos de los gobiernos de izquierda, sino que también lo son de los gobiernos de derecha, pero el populismo prospera en la debilidad de los gobiernos y en la fragilidad de sus instituciones y sobre todo, en la fatiga de sus sociedades cuando estas se encuentran en malas condiciones económicas, políticas o sociales, es decir en sociedades que se sostienen en un régimen claramente personalista, militarista o caudillista donde el mal manejo de la economía y de la industria genera estragos, pero los incrementa exponencialmente la corrupción que se convierte en estos países en una constante. (Moreno León; 2018.).

Al final, el populismo es en realidad una forma anti política de hacer política, porque así se le disfraza a la política para destruir la democracia desde su interior, el problema es que no es tan fácil detectar a este tipo de políticos en sus inicios, su fin es el poder absoluto y su medio la polarización, juegan de manera perversa y peligrosa al divide y vencerás, señalan directamente a periodistas, empresarios y rivales políticos, o en algunos casos estos entran en su juego por intereses personales o de grupo. De esto hay muchos ejemplos en Latinoamérica. Por lo que, la ponderación, la moderación, el equilibrio, y los consensos, son hoy las más progresistas de las actitudes, lo que presupone la razón como parte vital de la política.

GUATEMALA AL RESCATE.

GUATEMALA NECESITA A SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES.

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