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Crimen organizado y estado

Vocación de Libertad

La bibliografía especializada suele referirse a las fases depredadoras, parasitaria y simbiótica del crimen organizado. En su fase depredadora, los delincuentes toman ventaja de las fallas y vacíos que presentan las instituciones estatales mientras se mantienen en lucha frontal con ellas. En una etapa parasitaria, las organizaciones criminales logran estabilizar sus actividades delictivas sin que el Estado sea capaz de suprimirlas. Y, en una fase simbiótica, el crimen organizado coexiste con las autoridades. Incorpora de algún modo a miembros en su estructura de negocios logrando incluso de las autoridades una cesión tácita y parcial de soberanía.”

De la manera anterior, refiere Miguel Ángel Martínez Meucci de dialogo político.org en su artículo “Política y crimen organizado en América Latina”, publicación que se suma a la de ya varios columnistas en Guatemala en relación con un tema crucial para la vida presente y futura de quienes buscamos darle vigencia y vigor suficiente a la hermosa idea de una República Democrática y Constitucional como forma de organizar nuestra vida como nación soberana e independiente.

¿Por qué es importante este tema en la actualidad de nuestro país?  En lo personal, estoy convencido que una buena parte de las soluciones a nuestros problemas como nación, se gestan en el mismo seno de donde podemos ubicar su Genesis: la familia que nace, crece y se desarrolla entre nosotros y responde a los cuidados y descuidos que en nuestra calidad de padres de familia ejercemos diariamente. Para nadie es un misterio y menos podemos negar, el proceso de deterioro que hemos venido teniendo al ver con indiferencia la atención de las responsabilidades básicas de nuestra paternidad.

Es el hogar el lugar donde se forma el carácter del bebe que luego se convierte en niño para dar a paso a un joven en el que se van formando valores, criterios, conocimientos y saberes fundamentales para vivir en familia y luego sociedad y nación; saberes fundamentales que conviviendo en comunidades asociativas como al escuela, la iglesia, el club deportivo, la asociación de apoyo a alguna causa común y en su momento los partidos políticos, dan forma a una nación en la que códigos básicos de convivencia son compartidos. Amor, Verdad; Integridad y Respeto; Honorabilidad y Ética; Cooperación y Solidaridad etc. etc., permiten asegurar un ambiente inspirador para quienes vienen creciendo como personas inclinadas al bien.

El instruye al niño en su camino para que nunca se aparte de El – su camino – como guía básica, elemental; simple y sencilla de aplicar como lo hacían los abuelos, fue abandonada progresivamente por corrientes de pensamiento que confundieron la libertad con el libertinaje; la permisibilidad con la tolerancia; el amor al prójimo por el sálvese quien pueda y un largo etcétera que nos ha traído a nuevos arquetipos en torno a los cuales los niños se convierten en jóvenes y los jóvenes en adultos depredadores de los cuales ya podremos haber visto a muchos pasar por el poder que ofrece la palestra publica que el poder desde el Estado ofrece.

Hoy, nuestro mundillo político se rasga las vestiduras por una suerte de reformas a la ley electoral y de partidos políticos que busca reformar el sistema, sin detenerse a pensar con reflexión y responsabilidad sobre las consecuencias del diseño de un Sistema de Partidos Políticos que de verdad pueda producir hombres y mujeres dedicados vocacionalmente al servicio público con pasión y hambre de gestar un país modelo en la postmodernidad. Todo, o casi todo lo que se escucha discurrir en los entes participantes, desde los irresponsables partidos políticos, hasta las ONG que representan intereses sectoriales y el mismo crimen organizado, sin vergüenza alguna, solamente responden al cortísimo plazo,  al momento coyuntural, a la conveniencia de algunos frente a la clara ausencia de capacidades para ver un horizonte de tiempo en que pueda madurar un verdadero y solido sistema de partidos políticos , ya no digamos un ecosistema político que le de sostenibilidad en el tiempo.

Refiere también Miguel Ángel Martínez Meucci de dialogo político.org: “La fase simbiótica ha dado pie a la irrupción de lo que varios especialistas llaman gobernanzas criminales. En esta situación, autoridades estatales y organizaciones criminales actúan de común acuerdo para controlar un territorio y gobernar a la población que lo habita. A esta situación puede llegarse, bien porque el crimen organizado es capaz de corromper y cooptar a determinados funcionarios del Estado, bien porque este no es capaz de controlar a los grupos delictivos y pacta algún tipo de tregua con ellos, o bien porque la entidad gubernamental asume que la cooperación con las organizaciones criminales puede servir de algún modo a su proyecto político.”

Sigamos conversando, porque el futuro de las reformas en el Sistema Político será determinante para las relaciones entre el Crimen Organizado y el diseño del Estado en Guatemala.

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Le invitamos a leer más del autor:

Juan F. Callejas Vargas

Nicaragüense por nacimiento, Guatemalteco por decisión. 72 años de edad, periodista de opinión, casado con una esposa – Ana Lucrecia Aquino de Callejas - con quien ha procreado ocho hijos. Estudios profesionales en Universidad Rafael Landívar, INCAE y post grados en Inglaterra, Brasil y Estados Unidos de América. Amplia experiencia en diseño y ejecución efectiva de programas de comunicación y diseño de Estrategias a nivel comercial para firmas y organizaciones nacionales e internacionales. Estratega de campañas políticas, de gobierno e institucionales en Guatemala y El Salvador, así como mercadeo social.