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A 100 días de gobierno

BARATARIA

Es común en nuestro país al tomar posesión un nuevo gobernante se le dé un “compas de espera” un tiempo en el cual se espera que pueda organizar mejor su gobierno, nombrar los funcionarios adecuados y enterarse de primera mano de cómo se encuentran las cosas y qué desastre ha dejado el gobierno anterior.  Ese tiempo de “acomodamiento” del nuevo gobernante va de la mano de la expectativa popular sobre cuáles serán las primeras acciones y cómo se va a encaminar dicho gobernante y sus funcionarios en aras de lograr los objetivos tratados.

En general se espera que durante los primeros cien días el gobierno ya pueda haber realizado acciones tendientes a distanciarse de su antecesor, esta no es una norma escrita, pero se ha enraizado en nuestro quehacer político de tal suerte que los mismos gobernantes dan algún discurso o realizan una acción que los identifique.  En los más de 30 años de la era democrática no habíamos visto cuanto cerca estuvo nuestra débil y endeble democracia de derrumbarse porque el Ministerio Público, el Gobierno del señor Giammattei y sus secuaces y otros actores políticos que regularmente aglutinan al sector privado, tras bambalinas querían de una u otra manera que no tomara posesión el presidente electo para luego crear una crisis democrática sin precedentes con una suspensión en la alternancia del poder.

Pues bien, el Gobierno actual del señor Arévalo, fue apoyado por diversos sectores muchos de los cuales paralizaron al país por más de tres semanas con unos bloqueos de carreteras estúpidos que solo cabe en la mente de aquellos que creen que dañando al país, dañando a la población de a pie van a lograr sus objetivos, me refiero específicamente a los 48 Cantones, organización esta que tuvo en sus manos la posibilidad de salir del ostracismo en el cual se encuentra, pudiendo ser una organización fiable, mediadora que buscara una transición democrática ejemplar. Sin embargo, se fueron por la misma de todos, la de bloquear muchas carreteras, la de impedir el libre tránsito exigiendo que la señora del Ministerio Público renunciara, lo cual no aconteció y después de dañarnos a todos, muchos guatemaltecos tuvieron que madrugar y caminar largas distancias cada día para poder llegar a sus destinos, muchos perdieron sus trabajos, muchas empresas se afectaron ¿Para qué? ¿Qué lograron?  NADA; solamente desesperar a la población que poco a poco empezó a restar el apoyo popular.  En su desesperación el señor Arévalo, cual cobarde se distanció de los 48 Cantones indicando que él no estaba detrás de los bloqueos, pero fue incapaz de descalificarlos y de solicitarles que abandonaran esta actitud.

Al final, con el señor Arévalo llegando a tomar posesión se inició el nuevo gobierno, un gobierno de izquierdas cuya bandera en toda la campaña fue un discurso anticorrupción, así como el discurso de que no son lo mismo, que hay un “pacto de corruptos” que quería impedir su acceso al poder y que eran los que estaban detrás de toda la corrupción en Guatemala.  Pues bien, cien días después nos preguntamos ¿Qué esperamos de Bernardo Arévalo y su equipo de gobierno?  La respuesta es simple:  Esperamos que, así como han señalado a un “pacto de corruptos” no se vuelvan parte de ellos.  Qué además de todo, su gobierno se diferencie de las prácticas del anterior gobierno.  Que su gobierno sea un gobierno de personas honestas en dónde, para nombrar a alguien se premie la meritocracia, que los nombramientos no sean a dedo, o por favores políticos y que, sobre todo el país vaya saliendo del lastre en que lo han metido los anteriores gobernantes que robaron a manos llenas, los primeros muy discretos como Cerezo, Arzú, Portillo, Berger y Colom y los tres últimos descarados como Pérez Molina, Morales y Giammattei.  Pero al final de cuentas todos absolutamente todos transeros, ladrones y delincuentes que saquearon las arcas nacionales haciendo negocios sucios del dinero público y que lograron cuantiosas fortunas ellos y sus amiguetes para salir del gobierno como grandes potentados económicos cuando entraron con una mano adelante y otra atrás con grandes deudas y con muchas necesidades, pero cuatro años en el poder valen la pena.

Al hacer un análisis de esos primeros 100 días del gobierno de Bernardo Arévalo, por mucho que deseo que tenga buenos augurios, en realidad el panorama se presta pesimista si el señor Presidente no endereza el rumbo de él y su equipo incluyendo aquellos diputados al Congreso de la República que fueron electos bajo el partido Semilla.  Bernardo Arévalo, el actual presidente de la República no es una persona aislada del poder, ha estado en las esferas del poder cómo diplomático y como Diputado al Congreso de la República y con ello podemos entender que la cosa pública no le es ajena.  Sin embargo, tanto la bancada de su partido en el Congreso, como él mismo ha tenido, a mi parecer, una mala percepción de lo que es hacer gobierno y con ello ha sufrido un desgaste innecesario merced a que o no escucha a sus asesores y los que tiene son tan neófitos e incapaces.  Desde que el Gobierno de Arevalo inició empezaron los problemas con nombramientos que no se debían haber realizado, así empezó nombrando como Ministra de Comunicaciones a una señora cuestionadisíma ¿Qué no hay filtros para nombrar personas a cargos importantes como Ministros?  Luego tuvo que retroceder y nombrar a alguien más, forzando así la salida de la anteriormente nombrada.  Los gobernadores departamentales fueron objeto de un proceso aparentemente democrático con ayuda y colaboración de la sociedad civil, para luego terminar nombrando casi a dedo a muchos de ellos incluyendo al Gobernador del departamento de Guatemala, a quien no se le critica su juventud, sino su falta de conocimiento de sus propios deberes y de la institución que dirige pareciendo más un favor político que una designación consciente.  Luego el gazapo triste y lamentable de la Ministra de Recursos Naturales tan linda ella preocupada por la seguridad de su hija influencer que le provee con recursos del Estado transporte y seguridad para que ella siga haciendo su contenido en redes. Luego al verse descubierta crea la narrativa de amenazas y otros desmanes para justificar que, en la preocupación se puede usar los recursos públicos para provecho privado, algo que han hecho muchos funcionarios clavándose dinero público en la preocupación por salir de pobres.  Pero lo que es intolerable resultó que el señor Arévalo en lugar de destituir sin más a la corrupta funcionaria, lo que hizo fue “darle un consejo” a la Ministra cual padre de familia a una hija. ¿Qué podemos pensar de un Presidente aconsejando a un funcionario que la próxima vez no use los recursos públicos en provecho propio y de un Comisionado anticorrupción respondiendo un Twitter al presidente diciéndole que incluirá eso en un código de ética, cuando lo que se cometió un delito?

Así las cosas, con dos ejemplos citados ¿Qué podemos esperar?  No lo sabemos, lo cierto es que el Presidente Arévalo deberá de empezar a corregir el rumbo porque a mi manera de ver esta cayendo en los mismos vicios del gobierno anterior y bajo la bandera de la anticorrupción que promovió, todos esperan que, siendo un gobierno de izquierdas, de oposición y férreo crítico de los actos de los dos últimos gobiernos, pueda marcar una diferencia entre sus antecesores y su gobierno y así demostrar que son diferentes, que no son lo mismo ni se suben al mismo barco.  La meritocracia es algo que cacarearon todo el tiempo, pero ya hemos visto que en este gobierno del señor Arevalo al mano hasta ahora eso es una utopía, con nombramientos como la de la señorita Marcela Blanco en el Ministerio de Educación a dedo o de otros muchos que hemos conocido que han sido nombrados porque son parientes, amantes o amigo de funcionarios ¿Qué hará el gobierno de Arévalo ante esto?

Al final, hay tantas cosas en tan pocos días que esperamos que el señor Arévalo cambie el rumbo o sea uno de los demás que han ocupado la presidencia sin hacer un verdadero cambio, seguir las mismas prácticas de los anteriores no es lo ideal y ello puede acabar con la desesperación de la población que lo apoyo. Ya hay indicios de cansancio de muchos de aquellos que le apoyaron y que ahora ya están dándose cuenta de que las cosas no cambiaran y con ello se han decepcionado tempranamente, lo percibimos en el ambiente, lo percibimos en las redes sociales y así lo expresa el común de los ciudadanos. 

Si este gobierno, el señor Arévalo y su equipo, también el partido que ganó las elecciones es decir, el partido Semilla quieren hacer un cambio, no deberán esperar a que pasen cuatro años culpando los desmanes del gobierno de Giammattei porque eso será solamente una excusa. Si se es diferente, se es diferente desde el principio y esto es lo que se espera de un gobernante que así se vendió a la población como una persona honesta y un partido diferente, no de los mismos y por ello la población espera y desea que por sus hechos actúe como tal y que sus funcionarios actúen diferentes y que ya no se vean noticias de corrupción tan cotidianas como las noticias del tiempo, sino que se combata frontalmente la corrupción y se destituya ipso facto a todo funcionario corrupto sin miramientos.   Fuera de ello, recordaremos la frase del señor Giammattei, que quiso pasar a la historia como un buen gobernante y terminó siendo “Un hijo de puta más”.

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Emilio Estrada

El Doctor Emilio Estrada, es abogado egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, obtuvo su PhD en Sociología en la Universidad de Salamanca, España, es abogado litigante.

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