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¿Qué puede hacer EUA para evitar la emigración? Convertirse en Nación Socialista

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Miles de guatemaltecos, aunque no sepan qué es o qué no es el capitalismo, emigran o intentan emigrar a Estados Unidos de América, uno de los países del mundo que tiene más propensión capitalista, o propensión a la libertad económica. En ese país tal propensión, y la concurrencia de una confiable administración de justicia y una sensata certidumbre jurídica, ha posibilitado una prosperidad creadora de fantásticas oportunidades de mejorar el estado de vida.

Séame permitido adjudicar, de modo meramente intuitivo, una proporción a la propensión capitalista de Estados Unidos de América, con respecto a aquello que, creo, es pleno capitalismo o capitalismo puro. Le adjudico una propensión de 60%. Es una de las mayores proporciones entre los países del mundo que pretenden ser capitalistas. Esta proporción de propensión capitalista ha soportado 40% de propensión socialista, la cual tiende a aumentar, aunque todavía no suficientemente.

Hay, en Estados Unidos de América, una descomunal desigualdad de riqueza que resulta inevitablemente de la libertad. No importa, a los guatemaltecos pobres que han emigrado o que intentan emigrar a esa nación, tal desigualdad. Son pobres; pero no estúpidos: no quieren igualdad, sino quieren aprovechar las oportunidades de prosperar económicamente, que brinda aquella nación, aunque en el intento de emigrar, se expongan a la persecución policial y militar, o a la prisión, o a la muerte.

Estados Unidos de América ha demostrado la extraordinaria superioridad del capitalismo y la miserable inferioridad del socialismo. Lo ha demostrado en el caso más notable que exhibe la historia: la bendita auto disolución del imperio constituido por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Este imperio comenzó en el año 1922. Parte esencial de ese comienzo fue abolir el capitalismo o suprimir la libertad económica y, por consiguiente, las oportunidades de prosperidad. Se auto disolvió en el año 1991, víctima de su absurda naturaleza demencial. Duró, pues, casi 70 años.  Estados Unidos de América comenzó en el año 1789, con la vigencia de su Constitución Política. Esta unión ha durado 235 años, en el transcurso de los cuales ha sido un paradigma de libertad, de riqueza, oportunidad y desigualdad, propicio para suscitar el ansia emigratoria de miles de seres humanos en el mundo, entre ellos, guatemaltecos.

Con el fin detener la emigración de guatemaltecos y, por supuesto, también de hondureños, salvadoreños y mexicanos, el gobierno de Estados Unidos de América construye intimidantes murallas, o asigna violentas fuerzas policiales y militares en las fronteras, o abusivamente pretende, secretamente, que la autoridad gubernamental de Guatemala, y de Honduras, El Salvador y México, impida la emigración, mediante criminales políticas migratorias.

Creo que es imposible que, con esos medios, la emigración pueda ser detenida. Empero, puede ser detenida con otro medio: el socialismo. Es decir, con el fin de detener la emigración, Estados Unidos de América debe convertirse en una unión de Estados socialistas, precisamente como la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Entonces su riqueza comenzaría a decaer, con tendencia a la extinción. Se reducirían las oportunidades de prosperidad. No habría motivo para emigrar a esa nación; pero habría motivo para abandonarla.

¿Cómo podría Estados Unidos de América convertirse en nación socialista? Karl Marx, en el Manifiesto Comunista, recomendó diez acciones precisamente para convertir a los países más ricos en países socialistas. Estados Unidos de América podría emprender esas acciones. Las expongo, e interpreto, discutiblemente, el propósito de algunas de ellas.

Primera. Eliminación del derecho de propiedad privada o, como afirma Marx, “expropiación de la propiedad de la tierra.” Solo el Estado debe ser propietario de ese bien.

Segunda. Imposición de un “fuerte” tributo progresivo.  Quien sea más rico debe pagar, no la misma proporción de tributos que paga quien es menos rico, sino debe pagar una proporción gradualmente mayor; pero no meramente gradual ni mayor, sino con enorme diferencia entre grados y extraordinariamente mayor.  Por ejemplo, por un incremento de renta anual de 50,000 dólares la proporción del impuesto debe aumentar, no 5%, sino 25%. El propósito no es enriquecer al Estado. Es prohibir el enriquecimiento privado.

Tercera. Prohibición de heredar bienes o, como afirma Marx, “abolición del derecho de herencia.” El Estado debe confiscar los bienes de quienes mueren; o el Estado, y no, por ejemplo, el padre, la madre, el hijo o el nieto, debe ser el único heredero de esos bienes. El propósito tampoco es enriquecer al Estado. Es prohibir la acumulación generacional de bienes, que es causa de un incremento de la riqueza.

Cuarta. “Confiscación de los bienes de los emigrantes y de los rebeldes.” Los bienes de los emigrantes deben ser confiscados con el fin de que no puedan convertirse en nuevos capitalistas. Los bienes de los rebeldes deben ser confiscados con el fin de reducir su poder de oponerse a la socialización.

Quinta. Concesión de crédito financiero por medio de un “banco nacional creado con capital del Estado”, que sea un exclusivo proveedor, o monopolio, de crédito. El Estado debe tener el monopolio del crédito bancario, con el fin de que sean financiadas únicamente actividades económicas que contribuyan a la socialización o sean compatibles con ella.

Sexta. Propiedad exclusiva del Estado, de vías de comunicación y de medios de transporte.  Nadie debe tener sus propias vías de comunicación, ni sus propios medios de transporte, porque servirían para un propósito privado; pero deben servir para un propósito público. Ello es posible si son propiedad del Estado.

Séptima. Incremento de fábricas y de instrumentos de producción que sean propiedad del Estado. Es decir, la actividad económica del Estado debe ser creciente, y la privada, decreciente, hasta extinguirla.  Idealmente solo el Estado debe ser propietario del capital.

Octava. Trabajo igualmente obligatorio de todos; y creación de ejércitos de trabajadores. Nadie debe vivir del beneficio obtenido del dinero ahorrado o invertido, sino del trabajo; y los trabajadores deben estar dispuestos a formar ejércitos destinados a actividades económicas cuyo progreso es conveniente, como la agricultura.

Novena. Combinación de agricultura e industria manufacturera; y abolición gradual de la diferencia entre la ciudad y el campo, mediante una distribución más equitativa de la población en el territorio del país. La agricultura debe producir la materia prima que demanda la industria. Los ciudadanos deben residir en el lugar que asigna el Estado, según su propósito de distribución geográfica de la población.

Diez. Educación gratuita en escuelas públicas; y combinación de educación y producción industrial.  No debe haber educación privada; y los niños deben trabajar en fábricas, con un propósito educativo.

El Congreso de los Estados Unidos de América puede reformar la Constitución Política con el fin de adjudicarse poder para decretar leyes que ordenen ejecutar las acciones que recomendó Marx. Deben ser leyes que, por ejemplo, extingan la propiedad privada de la tierra, expropien la industria alimenticia, automotriz, electrónica, energética, farmacéutica, metalúrgica, náutica y aeronáutica; e incrementen drásticamente el impuesto sobre la renta, y conviertan al Estado en propietario absoluto de los bienes de quienes mueren, y despojen de sus bienes a los emigrantes, y otorguen al gobierno el poder exclusivo de brindar servicios bancarios, e impongan el lugar de residencia de los ciudadanos.

Con leyes semejantes, no sería necesario construir muros para detener a los emigrantes, ni combatir el intento de emigración con fuerzas policiales y militares en las fronteras, ni pretender que el gobierno de Guatemala, y también el de Honduras, El Salvador y México, prohíban la emigración.  Por supuesto, la emigración o el intento de emigrar no se detendría súbitamente. Se detendría según el progreso de la socialización; pero finalmente se detendría.

Estados Unidos de América podría tener un nuevo nombre oficial: Estados Socialistas Unidos de América. Las estatuas, las efigies o los bustos de George Washington, Thomas Jefferson y James Madison, podrían ser sustituidas por estatuas, efigies o bustos de Karl Marx, Vladimir Lenin y José Stalin.

Post scriptum. He querido decir, quizá con frustrada ironía, que es absurdo que el gobierno de una nación que brinda a ciudadanos pobres de Guatemala, y también de Honduras, El Salvador y México, fabulosas oportunidades de mejoramiento económico, pretenda impedir que esos ciudadanos residan en esa nación, y aprovechen esas oportunidades, y con ese aprovechamiento, contribuyan a aumentar la riqueza de esa nación. ¿Pretende ese gobierno que esos ciudadanos emigren a Cuba, Venezuela, Corea del Norte o Vietnam?

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