La democracia una ilusión de realismo
Sueños…
Al caer el muro de Berlín, en 1989, exactamente 200 años después de la revolución francesa el mundo parecía encaminado a construir unas nuevas relaciones sociales, tanto nacionales como internacionales. La democracia occidental, el paradigma de libre mercado acompañado de gobiernos electos libremente era la nueva era del mundo. Igual que anunciara la revolución francesa empezábamos un nuevo mundo de igualdad, fraternidad y libertad.
La vida es contradictoria, y convierte nuestros sueños en realidades. Pero el mundo que surgió no tiene paradigmas que se enfrenten y nos lleven a luchar por principios de progreso y bienestar. Las utopías liberal y socialista se ahogaron en medio de los festejos por la caída del socialismo soviético y la tristeza por la realidad de un socialismo dictatorial que ahoga el bienestar individual.
Sigue vigente la lucha por construir una cultural en las naciones de bienestar, progreso y protección de la naturaleza. Al caer el muro ya nadie se imaginaba un mundo diferente al capitalismo democrático. El asunto es que se pueden contar con los dedos de las manos los países que lograron avanzar hacia ese paradigma. Al no tener por qué luchar, solo quedaba intentar mejorar el sistema capitalista democrático. Aquí los líderes de las potencias reconocidas se perdieron con todo el poder en sus manos.
El dominio mundial del capital financiero, que pudo inyectar recursos para fortalecer la cultura de convivencia, consensos y dicensos se perdió en la vorágine de acumular riqueza y poder en pocas manos. En el caso de los países del CAPDR no para el endeudamiento y las malas calificaciones en cuanto riesgo y pagos por el uso del capital financiero, esas calificaciones encarecen el financiamiento y prolongan la dependencia. Como vemos a continuación:




Son muchos los factores que facilitan el desarrollo. En algunos de ellos no tenemos fortalezas. Por ejemplo, un país puede avanzar si tiene dirigentes visionarios capaces de diseñar políticas gubernamentales que provean de objetivos de unidad al Estado, objetivos que cumplan los intereses y necesidades de amplias mayorías, y no solo el diseño de políticas, también la efectividad con que se pone en práctica. A no dudar siguen siendo ejemplos Alemania, Estados Unidos, Japón. Muy importante es el entorno cultural dentro del cual los Líderes obtienen sus posiciones, si hay una cultura de consenso en donde se acepte la voluntad de la mayoría o si estamos acostumbrados a que pequeños grupos impongan su punto de vista. Una cultura de disenso, es decir, reconocer que los demás tienen derecho y es positivo que no piensen como yo, que tengan ideas perfectamente contrarias a las mías y que eso se considere positivo. Adicionalmente, un país progresa gracias a las prioridades para crear líneas de política, sí lo que se pretende es proteger privilegios por medio del Estado de derecho o generar grandes logros en la protección de especies animales y vegetales, en la educación de calidad y la salud para la mayoría.
En el documento del BID, macroeconomía para América latina, nos indican lo bajo que está Centroamérica en el tema de educación básica. Como todo hay que medirlo. “Una de las pruebas estandarizadas más utilizadas para comparar puntuaciones internacionalmente es el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), administrada por la OCDE. La prueba PISA se centra en examinar a los alumnos de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias.”
El Gráfico que sigue muestra los resultados de las puntuaciones de las pruebas PISA (promediadas para 2006, 2009, 2012 y 2018) graficadas en relación con los años de escolaridad promedio.

Guatemala muestra el peor resultado, un bajo PIB per cápita que de alguna manera se relaciona con el más bajo nivel de escolaridad de América. Los chapines, en promedio, solo estudian 5 años de su vida. Lo que genera un resultado desastroso en niveles de cultura, economía y protección del ambiente. Panamá que inició un proceso de modernización apenas en el año 2001, ya nos supera ampliamente, le sacó ventaja al que era hasta ahora el líder del istmo, Costa Rica, que gracias a su colchón de reformas sociales de los años 40-50, mantiene un relativo buen nivel en la región.
El BID, nos presenta un estudio de los migrantes de diferentes países en todo el mundo que completaron sus estudios en sus países de origen y que ahora trabajan en Estados Unidos. Dado que estas personas trabajan en el mismo lugar, los salarios más altos sugieren una mejor calidad de la educación. Los resultados de este análisis se presentan en el siguiente gráfico, parte B. “Uruguay muestra un retorno del mercado de 9,3% por un año adicional de educación, mientras que Honduras arroja menos del 2%. Surge una correlación positiva entre la calidad y la cantidad de educación.
Este debiera de ser un objetivo común para los diferentes grupos que se empeñan en la confrontación en lugar de buscar el consenso.
El estudio del BID muestra “la correlación positiva entre los años de escolaridad y cualquier medida de la calidad del capital humano.” Si queremos que los países de la región sean tenidos como socios del mundo y no como colonias, tenemos que elevar la cantidad y calidad de la educación. Ya que “los países con bajo PIB per cápita tienden a tener menos escolaridad y menor calidad de la educación —medido ya sea como resultados de las pruebas PISA o los retornos de la educación.”

Aquí nos enfrentamos con otro problema, para diseñar políticas estamos muy débiles, los gobiernos de la región pierden el consenso y la credibilidad. Y después del diseño hay que implementar las políticas, hay que ponerlas en práctica. Y aquí tenemos otra debilidad. La división interna, los grupos de interés, la corrupción, la presión del narco, y la supervivencia de ideologías que en otros mundos perecieron. La democracia deja de ser del pueblo y se convierte en democracia corporativa, responde a intereses de grupos organizados con privilegios: cámaras empresariales, sindicatos, cooperativas, etc.
Los países se han visto presionados por las elevadas tasas de endeudamiento. Por lo que han tenido que dedicar parte de sus esfuerzos a pagar la deuda en lugar de invertir en áreas de interés, ya sea de la población o de los grupos corporativos. El esfuerzo por el ajuste fiscal ha llevado a que la deuda pública disminuya levemente. Según vemos en el próximo gráfico.
Vemos que Panamá muestra el mejor ingreso del gobierno y el balance primario más alto. Producto de su modernización como república y el control de los ingresos del Canal. Le siguen Belice y Dominicana con superávits primarios positivos. Guatemala no está mal, aunque en el límite, ni superávit ni déficit.








Conclusión
Es una herejía decir que no existe el sistema económico-social perfecto. Ni el socialismo en sus distintas presentaciones ni el liberalismo en su variada forma de ser son perfectos, cada uno tiene virtudes y defectos. Y, el ser humano en su incapacidad de notar estas imperfecciones nos volvemos fanáticos de un modelo y creemos con fe en él. Lo que se puede decir, relativamente, es que el sistema menos malo es el liberalismo democrático, que en lo político pretende que los derechos individuales son esenciales y que el poder tiene que disputarse cada número de años en unas elecciones libres, obligatorias, en que el voto sea individual, igual y secreto.
El futuro se presentaba mejor antes de la caída del muro. Cada grupo de fanáticos afirmaba que el socialismo o el liberalismo eran supremamente mejores. Al caer el muro el socialismo murió, las repúblicas soviéticas eran dictaduras de un capitalismo centralizado en el comité central; y el liberalismo al quedar solo no pudo construir un mundo global de democracias, todos sus ropajes de igualdad, equidad y libertad resultaron ser falsos. Cundió el ataque en contra de cualquiera que no reconociera el nuevo dogma. Se inventaron argumentos falaces para invadir y amedrentar a los pueblos que no reconocían la nueva palabra. Israel pasó de víctima a victimario, no ha sido capaz de construir un Estado laico, democrático, inclusivo. Se convirtió en lo que es un gigantesco ghetto, con un Estado confesional.
¿Será que ya no queda nada?, será que después del capitalismo solo queda la destrucción de los recursos naturales, la extinción de todas las especies y el exterminio de las condiciones de vida en la Tierra.
La forma de ser y actuar ya no nos ilusiona. Será que es el fin de la democracia y el liberalismo. Esperemos que en Centroamérica surja un nuevo paradigma, un nuevo sueño que impulse a los humanos hacia un futuro mejor.

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