La gesta del 2 de agosto de 1954. Los Cadetes Héroes (2a. Parte)
La Otra Cara
Mientras tanto en el mes de junio de 1954 se dieron varios sucesos que desdicen lo dicho por la izquierda chapina durante muchos años sobre el papel jugado por la Institución Armada en esa época. Es de considerar que durante el Gobierno de Árbenz no hubo un solo levantamiento militar en su contra a pesar de la franca oposición que la mayoría de los oficiales sostenía contra la manipulación ideológica que se había hecho de la Revolución de Octubre pues la posición del Ejército era francamente nacionalista y el rechazo hacia la injerencia gringa y de sus transnacionales era patente, como lo era también que se llevara al país a gravitar dentro de la órbita soviética.
Es importante resaltar que la imagen de Arévalo y Árbenz había caído ante los ojos de la sociedad y de los militares luego del asesinato del Coronel Francisco Javier Arana para apartarlo de la campaña presidencial la cual seguramente hubiera ganado en base a los sondeos de opinión efectuados socialmente, y las torpes explicaciones de ambos habían desnudado la perfidia de Árbenz y Arévalo, hechor y consentidor de tan cobarde crimen de Estado. Además los levantamientos militares efectuados en contra de Arévalo habían sido una reacción de quienes se sentían nuevamente utilizados por los políticos de turno que traicionaron la Revolución de Octubre y los intereses de la Patria.
Constantes fueron los llamados de atención que efectuó el Alto Mando a su ex colega, Presidente, sobre el giro de los acontecimientos debido a la radicalización ideológica de su gobierno y la injerencia del Partido Comunista que irresponsablemente jugaba a geopolítica sin estimar el contexto histórico en el cuál estaban inmersos. La previsible traición de los soviéticos que jamás entrarían en el riesgo de una confrontación nuclear (como lo reafirmaría la actuación de Nikita Krushev durante el bloqueo impuesto a Cuba en la crisis de los misiles en 1962) por defender a uno de sus alfiles sacrificable si las condiciones empeoraban y ponían en riesgo su estrategia global.
La intención de crear milicias populares y equiparlas con las armas traídas por el Vapor Alfhem que impulsaron los cercanos funcionarios a Árbenz creando un Estado Mayor paralelo al militar, designando al connotado marxista Leonardo Castillo Flores como comandante y al Mayor Alfonzo Martínez Estévez como segundo al mando provocaron que el 5 de junio en el preludio de la Invasión el Estado Mayor del Ejército dirigió a Árbenz un pliego de preguntas del Consejo Superior de la Defensa fijando el 7 de Junio como fecha para obtener respuesta; reunión a la que asistieron el Presidente, el Coronel Carlos Enrique Díaz Jefe de las Fuerzas Armadas, el Coronel José Ángel Sánchez Ministro de la Defensa Nacional, el Coronel Enrique Parinello Jefe del Estado Mayor del Ejército, el Coronel Rogelio Cruz Wer Director de la Guardia Civil, y el Coronel Jaime Rosenberg Jefe de la Policía Judicial.
Por parte del Ejército se leyeron las preguntas directas al jefe del Ejecutivo. El cuestionario fue en verdad un ultimátum, su texto era una dura crítica a la presencia de los comunistas en el círculo cercano a Árbenz y su gobierno, con la exigencia de que se pusiera fin a su injerencia. Por lo tanto el apoyo militar a Árbenz como Presidente quedo supeditado a su ruptura con los comunistas lo cual no cumplió y se refugió en el Palacio Nacional consciente de que sus actos lo habían llevado demasiado lejos y sin el apoyo militar y la correlación de fuerzas en el ámbito nacional e internacional en su contra, era solo cuestión de tiempo su caída.
Para los cadetes fue traumático escuchar la noche del 27 de junio el discurso de renuncia que José Manuel Fortuny Zea Secretario General del Partido Comunista elaboro para Árbenz, quien abatido dio lectura al documento. La voz de Jacobo Árbenz se escucho en la TGW y con ello finalizaba este capítulo de la historia nacional ante los incrédulos cadetes que se encontraron con la inquietante presencia en las calles de desconocidos que se pavoneaban uniformados con brazaletes con la Cruz Dagada. Así las cosas, el 2 de julio el Comandante de la Compañía, Mayor Rogelio Solares les anunció que debían preparar su uniforme de gala para marcha porque al día siguiente efectuarían honores en el aeropuerto Internacional La Aurora a la Junta militar que proveniente de El Salvador haría su arribo a nuestro país. Dentro de sus integrantes vendría el Coronel Carlos Castillo Armas. El 3 de Julio la Compañía fue formada frente a la pista de aterrizaje en las instalaciones de la FAG presidida por la bandera de la Escuela Politécnica y su escolta.
En el ambiente pesaba el rechazo a la actitud pomposa con que los supuestos oficiales de la Liberación se movían cerca a las filas de las unidades militares. Por ignorancia o provocación algunos paramilitares intentaron atravesar las filas de la Compañía de Cadetes ignorando que lo primero que se enseña a un recluta cuando principia su entrenamiento de orden cerrado es que las filas son sagradas y que por ningún motivo nadie puede osar atravesarlas pues se considera una falta de respeto a la unidad y al cuerpo del cual forma parte. La respuesta de los cadetes fue inmediata y fueron sacados del área a culatazos (parte trasera del fusil) provocando la inmediata protesta de los cadetes y sus oficiales instructores.
Los sinsabores para los cadetes se hicieron más frecuentes cuando por orden superior el Director Coronel Ernesto Paiz Novales fue relevado de su cargo por un oficial más nuevo y de menor grado públicamente relacionado con los liberacionistas, el mayor Jorge Medina Coronado, yen otro de los incidentes el cadete Jorge Mario Castillo y otros cadetes asistieron al cine Capítol y se encontraron al ex cadete Julio César Orellana quien lucía el uniforme e insignias de subteniente de la Liberación y en forma arrogante se acerco exigiéndoles subordinación por su supuesto grado. La respuesta fue contundente y Orellana y acompañantes sufrieron una marea de golpes que los cadetes les propinaron y como es tradición al formarse los cadetes luego de su regreso de franco al preguntar el Sargento Encargado de la Compañía si hubo novedad en la calle, Castillo y los cadetes que le acompañaban dieron una pisada al frente, e informaron de lo acontecido.
Estos reportes se hicieron constantes durante el resto del mes. Días después durante un jueves de visita se presento un personaje carnavalesco que había sido soldado y estado de alta como tropa en la Escuela Politécnica; este individuo que había sido ordenanza (quien hace mandados durante su turno), se presento arrogante portando el uniforme de los paramilitares y el grado de Teniente, llevando el brazalete la Cruz Dagada. Por la forma en que fue recibido tuvo que salir corriendo de las instalaciones del Alma Mater militar. Quedo demostrada una vez más la absurda pretensión que se pudiera aceptar la coexistencia de un Ejército y un grupo paramilitar.
Ignorando la crisis institucional que se vivía el Coronel Castillo Armas influenciado por los mandos paramilitares decidió que el 1 de agosto se efectuaría el Desfile de la Victoria, designando las instalaciones del campo de Marte como el lugar en donde culminaría el desfile. La Escuela Politécnica envió a los actos una delegación encabezada por el abanderado, Sargento Araneda y un pequeño grupo de cadetes dentro de los cuales se encontraban Joaquín Castro y Luis Henry. Luego de su discurso Castillo Armas llamo a un soldado y a un paramilitar para que frente al cuerpo diplomático se dieran un abrazo para sellar la fusión de ambas fuerzas. Como el Ejército aparecía ante los ojos de los cadetes rindiéndole honores a un grupo paramilitar que pronto se integraría a sus filas sin merecerlo, la decepción e ira fue patente ante el giro de los acontecimientos, sentimiento transmitido por los cadetes participantes a quienes los esperaban en las instalaciones de la Escuela, provocando gran agitación.
Sin embargo la mayoría de la compañía desconocía que desde semanas antes un grupo de cadetes se venía reuniendo para evaluar que tipo de respuesta podían dar como tales. Este grupo estaba compuesto por cadetes de cuarto año integrantes de la promoción 52; los cadetes Santizo, Barzanallana, Morales, Anderson (La Mula), Frenner, y Cóbar (El Pato) a los que luego se sumaron Emilio Cóbar, (hermano del Pato), Mario Enrique Paiz (el Macho Paiz) y Ricardo Méndez Ruiz Rohrmoser.
Continuará….

Le invitamos a leer más del autor: