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El hombre que no vió a nadie

En el antiguo reino de Qi hubo una vez un hombre que tenía una sed insaciable de oro. Desafortunadamente era muy pobre y su trabajo no le permitía obtener grandes riquezas. Apenas contaba con lo justo para sobrevivir. Aún así, vivía completamente fascinado por la idea de obtener oro.

Este hombre sabía que en el mercado había varios comerciantes que ponían hermosas figuras de oro en sus puestos de venta. Tales objetos reposaban sobre un hermoso manto de terciopelo.  Los hombres ricos de la ciudad iban allí y los tomaban en sus manos para observarlos.  A veces los compraban y a veces no.

El hombre de nuestra historia ideó un plan para apoderarse de una de esas figurillas que brillaban bajo el sol. Así que un día se puso sus mejores ropas y sus mejores adornos.  Luego fue al mercado y fingió observar las piezas de oro. Después, sin pensarlo dos veces, tomó una de ellas y salió corriendo. No avanzó más de dos calles cuando fue atrapado.

Los guardias le preguntaron cómo se le había ocurrido robar el oro así, a plena luz del día y con cientos de testigos a su alrededor.  El hombre contestó que no había pensado en nada de eso. Solo pensó en el oro y no vio nada más. Esta es una de las fábulas chinas que nos habla sobre la ceguera que acompaña a la codicia.

Desde hace más de un año, en el País del Realismo Mágico, hemos observado a un hombre que surgió de la nada con la única ambición de apoderarse del guacamolón, junto a una secta de seguidores y apoyado por los emisarios del Nuevo Orden Mundial, cuyo único objetivo es llevar al redil del Gobierno Mundial a esta bella nación. Sin importarles un carajo la población guatemalteca.

Para alcanzar su objetivo, han desarrollado toda clase de marufias con la intención de dividirnos aún más de lo que ya estamos, además de demostrar su ESTULTICIA a ultranza para el manejo de la cosa pública, al extremo de no tener la capacidad para desarrollar y ejecutar absolutamente NADA.

La mejor prueba es lo ocurrido este fin de semana en el Km. 44 de la ruta Palín-Escuintla, parece ser que, no obstante, varias personas le advirtieron al señor ministro del CIV, que no es lo mismo rellenar una muela, que reparar una carretera, este, en su obcecación de llevárselas de Superman, hizo lo que se le dio la gana, he ahí el resultado, la reparación duró lo mismo que la presidencia de Samuel Pérez Álvarez.

La codicia demostrada por el actual gobierno, los hace impulsar un endeudamiento desmedido, una descarada búsqueda de financiamiento para sus fines y objetivos que ya rayan en el descaro por el enriquecimiento a costillas del erario, generando en vez de unidad nacional, divisionismo y haciendo creer a los que ellos creen, que han reducido los índices de violencia, aun cuando los reportes de los cuerpos de bomberos indican diariamente que hay más de 25 baleados en la ciudad de Guatemala y las principales cabeceras departamentales.

Cuando una nación está en riesgo, les toca a sus verdaderos hijos salir al rescate y gritar a los 4 vientos, LIBRE AL VIENTO TU HERMOSA BANDERA, A VENCER O A MORIR LLAMARÁ, QUE TU PUEBLO CON ÁNIMA FIERA, ANTES MUERTO QUE ESCLAVO SERÁ.

POR UNA NACIÓN LIBRE, JUSTA Y SOLIDARIA

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