Que Hacer
Antropos
DOLOR
Me duele,
Me duele
La miseria,
La pobreza
Cómo quisiera ser
Un pedazo de trapo
Y servir aunque sea
De remiendo.
Humberto Ak´abal, poeta guatemalteco.
Hace algún tiempo, en uno de mis artículos publicados en El Siglo, alrededor del tema acerca de la dignidad humana, hice mías las palabras del pensador Zygmunt Bauman, filósofo polaco-británico de familia judía, que nació el año de 1925 y murió en el 2017, a la edad de 91 años. Fue quien conceptúo la “modernidad líquida” como la “crisis de sentido, pérdida de confianza y de desorientación existencial”. Este pensador, profundiza en otros seis temas que se abordan tal y como lo explica el ensayista español Francisco Castro Guerra, en el escrito El pensamiento de Zygmunt Bauman en 15 ideas, acerca de la individualización siendo que es “la liberación del individuo de las ataduras colectivas y la asunción de una mayor responsabilidad sobre su propia vida”. Así como el consumismo, que “sostiene una forma de vida que se basa en la búsqueda constante de placeres efímeros e insustanciales”. O bien la globalización, explicada como la que “crea una lógica social, donde lo local y lo global se entrelazan y se influyen mutuamente”.
Otro de los temas definido por Bauman y del cual reflexiona Castro Guerra, se refiere a la sociedad red, “que implica una transformación de las formas de comunicación, organización y participación social. Es un nuevo modelo que surge de la globalización y la tecnología”. En cuanto al amor líquido, es el que se “vuelve más libre, pero también más frágil e inestable. Es un amor que no genera vínculos, ni confianza mutua, sino que genera dependencia emocional e indiferencia”. Y en cuanto al miedo, este “se manifiesta en fenómenos como la ansiedad, el estrés, la depresión, la violencia, el terrorismo, el racismo o la xenofobia. Es, indica Castro Guerra “el miedo que se origina en la incertidumbre, la vulnerabilidad y la falta de control sobre el futuro”.
Pues bien, en ese marco temático, hago referencia a otro libro de Zygmunt Bauman, titulado El Desafío ético de la globalización: en donde afirma que “cuando un ser humano sufre indignidad, pobreza o dolor, no podemos tener certeza de nuestra inocencia moral. No podemos declarar que no lo sabíamos, ni estar seguros de que no hay nada que cambiar en nuestra conducta para impedir o por lo menos aliviar la suerte del que sufre. Puede que individualmente seamos importantes, pero podríamos hacer algo unidos. Y esa unión está hecha de individuos por los individuos”.
Reflexionar acerca de estas palabras profundas dichas por uno de los sabios más grandes del siglo veinte, nos hace encaminar nuestra mirada, sentidos, y emociones, a nuestro alrededor. Vibra con tristeza el hecho de sentir en nuestro entorno, la pesadumbre existencial, ansiedad, aspiraciones, frustraciones, racismo, marginalidad, xenofobia, desprecio, terrorismo, guerras, hambre, desnutrición, migraciones que escapan de las injusticias sociales, ausencia de dignidad humana, ingobernabilidad, fraudes, mentiras, infidelidad, ingratitudes, miedos, muertes y otros etcéteras.
Sin embargo, gracias a Dios y a nuestra conciencia ciudadana, también logramos visualizar la otra cara de la moneda en donde emergen de las entrañas de la misma sociedad, la ilusión, luchas por la libertad y contra las afrentas de la dignidad, ideales que se construyen día con día en el fragor de la esperanza. Jóvenes que estudian y son felices en las aulas, en el campo o los centros de trabajo. Niñez que juega con sus corazones en las manos, el afecto y la alegría. Amores que se funden con el respeto y la felicidad de ambas personas. Padres que sueñan con sus hijos para que vivan contentos y saludables.
Por estas y miles de razones, hay mucho quehacer en este mundo en el cual nacimos para compartir lo que Dios, el esfuerzo de nuestros padres y maestros han cultivado en cada uno de nosotros.
Habrá que erradicar de tajo toda la escoria de los malos individuos que procuran con su poder y riqueza, vencer a través del miedo, el encanto de la vida y de la felicidad. Esto no lo podemos permitir, porque en eso consiste lo que debemos de hacer como seres humanos. Ni un paso atrás.

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