La importancia de hablar de y vivir en paz
Tanmi Tnam
Mucho se habla de la paz en las familias, en las comunidades y en los pueblos. Hay instituciones nacionales e internacionales que promueven la construcción y la vivencia de la paz como condición indispensable para la vida de la humanidad. La Organización de las Naciones Unidas ha señalado el 21 de septiembre de cada año como el Día Internacional de la Paz. Ese día y todos los días son adecuados para insistir en la vivencia de la paz desde el ambiente familiar, en las organizaciones e instituciones con que cuentan los pueblos. Cuando se habla de paz, nos estamos refiriendo a armonía, seguridad, bienestar y ausencia de conflictos. Se habla de paz cuando la persona siente alegría y autoestima, identifica y respeta a las demás personas, establece relaciones de confianza y solidaridad con otros pueblos y mantiene relaciones de respeto con los elementos de la naturaleza. Los teóricos acerca de la paz reconocen como factores que limitan la vivencia de la paz el estado de violencia, extrema pobreza y la falta de democracia. También abonan la ausencia de paz la imposición unilateral de las condiciones de vida, la marginación y el maltrato a los elementos de la naturaleza. Así mismo, limitan vivir en paz la injusticia, la impunidad y el racismo.
Solo con leer, escuchar y ver noticias que presentan hechos en el mundo actual, nos damos cuenta que la población está viviendo en problemas. Abundan las guerras entre pueblos y entre Estados, hay hambre, hay maltrato a la naturaleza, pueblos originarios marginados y sufriendo de los efectos del racismo, hay crisis de identidad, solo por mencionar algunos ejemplos de causas que generan ausencia de paz.
La población y los pueblos de Guatemala necesitamos vivir en paz. Es necesario posicionar y llevar a la práctica todo conocimiento, valores y procedimientos que fomentan la vivencia de la paz. Garantizar que las nuevas generaciones puedan vivir en paz es posible en la medida que la niñez y la juventud tome el liderazgo en hechos donde la participación es clave para asumir respuestas concretas a disminuir los factores que limitan la vivencia de la paz.
La Organización de las Naciones Unidas argumenta que la paz solamente es posible si hay, entre otras condiciones el respeto y vigencia plena de los derechos humanos, si hay oportunidades de educación para todos, el uso del diálogo para la solución pacífica de los conflictos, la justicia al alcance de todos y el respeto a la vida. También apuesta esta organización porque las personas y los pueblos del mundo aprendan a reconocer y comprender la diversidad cultural, la tolerancia, la cooperación y formas de comprender y vivir la vida.
Es importante hacer esfuerzos porque la niñez y la juventud de Guatemala aprenda a participar de las prácticas y valores que fomentan la paz y la armonía en las organizaciones locales y en las instituciones públicas. La escuela de todos los niveles tiene un rol primordial en ceder la palabra a todos, facilitar la participación, el trabajo grupal y el conocimiento de la diversidad cultural. Las religiones presentes deben educar para la paz y saber respetar al diferente porque todos tenemos derechos a vivir juntos y en armonía.
Guatemala necesita construir la paz con el esfuerzo y la participación de todas las personas, las organizaciones y los pueblos con el objetivo de alcanzar la justicia, la igualdad y el desarrollo que beneficien a todos. Necesitamos la democracia sobre la diversidad de pueblos y culturas que facilite el desarrollo político, económico y social que garanticen vivir en paz.

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