Formación Ciudadana
Antropos
¡Qué pobre, qué triste idea la del maestro-esclavo! La del maestro-amo es algo más: una idea miserable. Pues bien: el maestro revolucionario -no en el sangriento sentido del vocablo, sino en su más noble acepción- es lo que nosotros entendemos como el maestro de verdad.
Juan José Arévalo Bermejo.
Pensar y hacer democracia en nuestra sociedad, debe considerarse sobre la base del reconocimiento de la diversidad cultural, lo cual se traduce en un nuevo concepto de ciudadano en donde desde la diferencia, podamos tender los puentes de un proceso intercultural que nos abra el camino de un ideario ético, en el que se privilegie el diálogo, la solidaridad, la confianza y el respeto a nuestra propia humanidad. La interculturalidad es el reconocimiento de los otros en un país multicultural, que se traduce como una dimensión fundamental en la práctica de la cultura que tenemos como propia.
La educación intercultural debe incluir las demandas del reconocimiento de la diversidad cultural orientado a la formación de una ciudadanía con identidad nacional. En tal sentido, es necesario aprender a convivir porque la educación es fundamental para crear hábitos, costumbres, formar el carácter, virtudes cívicas, respeto y dignidad de la persona humana, amor a la patria, potenciar las inteligencias y la imaginación creadora. Siendo por lo tanto que la convivencia es una de las virtudes hoy más necesarias que se debe privilegiar en el sistema educativo nacional. Inculcarla es formar el carácter del ciudadano que está en manos, principalmente, del maestro revolucionario que señalaba Juan José Arévalo Bermejo.
Bajo el reconocimiento de lo que indica el diseño de la reforma educativa planteada en el año de 1998, en la cual expresa que “la reforma educativa reconoce en el ciudadano, su familia y su pueblo, la responsabilidad y el poder de decisión sobre una educación que respete y cultive la libertad propia del guatemalteco, el valor de su tradición cultural, el fortalecimiento de su identidad étnica y de su función activa en la política local, regional y nacional”. Por ello, en Guatemala para lograr el fortalecimiento y la institucionalización de relaciones sociales igualitarias no discriminatorias, que signifiquen democracia de calidad para todos y todas, se tienen que realizar procesos de educación ciudadana.
Con el propósito de alcanzar la convivencia social, es necesario convertir la enseñanza en un aprendizaje para la democracia, que promueva los ideales de un buen ciudadano o ciudadana, una sociedad justa y equitativa, así como un buen estilo de vida digna.
Un proyecto de sociedad que incorpore esos ideales como valores sociales, entendidos los principios de libertad, igualdad y solidaridad que se conviertan en guías para la acción social. Se trata de llevar a la práctica una educación para la democracia, para la educación ambiental, para la solidaridad y educación intercultural, educación para la paz, educación para la igualdad, y educación cívico vial.
En cuanto a la ciudadania e interculturalidad, debería de orientarse a la formación que motive la necesidad de establecer y fortalecer las bases políticas que requiere nuestro país, para hacer realidad un proyecto de nación incluyente acorde a sus características multiculturales.
Sin duda alguna, señala el sociólogo mexicano Rodolfo Stavenhagen “el mundo ha alcanzado ya madurez suficiente para ser capaz de suscitar una cultura cívica democrática, basada en los derechos de la persona humana, y alentar al mismo tiempo el respeto mutuo entre las culturas fundado en el reconocimiento de los derechos colectivos de todos los pueblos del planeta, grandes o pequeños, cada uno de los cuales tiene tantos méritos como los demás. Esa es la empresa que aguarda a la educación en el siglo XXI”
Significa que se debe de avanzar en la formación de ciudadanos para la democracia, con valores que sustenten la identidad cultural, justicia, pertinencia y equidad hacia la construcción de la paz con el propósito de potenciar la vida integral de la persona y la familia en una relación de armonía con la naturaleza.

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