OpiniónColumnas

El incumplimiento del Derecho a la Salud en Guatemala

Caduceo

El derecho a la salud, reconocido en la Constitución Política de la República de Guatemala —artículos 93, 94 y 95—, establece que la salud de los habitantes es un bien público y que todas las instituciones y personas están obligadas a velar por su conservación. Además, Guatemala ha ratificado tratados internacionales que refuerzan esta obligación. Sin embargo, el cumplimiento de este derecho enfrenta graves limitaciones debido a factores estructurales, económicos y sociales que afectan, principalmente, a los sectores más vulnerables.

Principales barreras al cumplimiento del derecho a la salud

1. Brechas en el acceso a servicios de salud

  • Desigualdad geográfica: Las áreas rurales concentran el 42% de la población, pero cuentan con una infraestructura sanitaria limitada, incluyendo clínicas mal equipadas y un número insuficiente de profesionales médicos.
  • Barreras culturales: Las comunidades indígenas, que representan el 41% de la población, enfrentan discriminación y falta de servicios adaptados a sus idiomas y tradiciones.
  • Limitaciones económicas: Una parte significativa de la población no puede costear consultas, medicamentos o transporte para acceder a los centros de salud.

2. Desigualdades en salud

  • Desnutrición crónica: Con un 46.5% de los niños menores de cinco años afectados, Guatemala presenta una de las tasas más altas de la región. En comunidades indígenas, esta cifra es aún mayor, lo que refleja las desigualdades estructurales.
  • Mortalidad materna e infantil: En 2021, la mortalidad materna se estimó en 95 por cada 100,000 nacidos vivos, con mayor prevalencia en áreas rurales. La falta de acceso a servicios obstétricos de emergencia agrava esta problemática.
  • Enfermedades prevenibles: Brotes recurrentes de enfermedades como el dengue, el zika y el chikungunya evidencian debilidades en la prevención y respuesta a emergencias.

3. Baja inversión en salud

  • Insuficiencia presupuestaria: Guatemala invierte menos del 3% de su PIB en salud, cifra que está por debajo del promedio regional. Esto limita no solo la calidad de los servicios, sino también su alcance.
  • Escasez de recursos: Las carencias de medicamentos, equipos médicos y personal capacitado son frecuentes, afectando principalmente a hospitales públicos y centros de salud rurales.

4. Problemas de coordinación y sostenibilidad

  • Descontinuidad de programas: Con cada cambio de gobierno, programas esenciales, como los dirigidos a combatir la desnutrición y mejorar la atención primaria, son abandonados o rediseñados sin un análisis técnico.
  • Visión de corto plazo: Las políticas de salud se diseñan para producir resultados inmediatos, pero carecen de estrategias sostenibles a largo plazo.

5. Fragmentación del sistema de salud

  • Estructura desarticulada: El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y los proveedores privados operan de manera independiente, sin un plan integrado.
  • Deficiencia en la atención continua: La falta de coordinación entre niveles de atención (primaria, secundaria y terciaria) genera discontinuidades en los tratamientos y afecta la calidad del servicio.

6. Políticas de salud  cortoplacistas 

El sistema de salud en Guatemala enfrenta limitaciones derivadas de políticas cortoplacistas, que priorizan  agendas políticas de los gobierno de turno y que se centran en medidas inmediatas y no sobre estrategias sostenibles a largo plazo. Este enfoque ha contribuido a la fragmentación y debilidad del sistema de salud, afectando particularmente a las poblaciones más vulnerables.

Medidas para superar las barreras

1. Incrementar la inversión en salud

  • Elevar el gasto público en salud al menos al 6% del PIB, conforme a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
  • Garantizar un presupuesto transparente y eficiente, priorizando servicios esenciales y la contratación de personal médico capacitado.

2. Fortalecer la infraestructura sanitaria

  • Construir y modernizar centros de salud en áreas rurales.
  • Asegurar el acceso a tecnologías médicas y medicamentos esenciales en todo el país.

3. Reducir las desigualdades en salud

  • Diseñar programas que aborden las necesidades específicas de las comunidades indígenas y rurales, incluyendo servicios de salud culturalmente adaptados.
  • Fortalecer programas de nutrición y educación en salud para reducir la desnutrición infantil y la mortalidad materna.

4. Integrar el sistema de salud

  • Desarrollar una estrategia nacional que coordine los esfuerzos entre el MSPAS, el IGSS y los proveedores privados.
  • Implementar un sistema único de referencia y contrarreferencia para garantizar una atención continua y efectiva.

5. Promover la sostenibilidad y continuidad de políticas

  • Establecer una agenda de salud de largo plazo, respaldada por un consenso nacional que trascienda los ciclos políticos.
  • Crear mecanismos de monitoreo y evaluación para garantizar la implementación efectiva de programas.

Conclusión

El incumplimiento del derecho a la salud en Guatemala no es solo una cuestión de recursos insuficientes, sino también de desigualdad estructural y fragmentación del sistema de salud. Abordar estas limitaciones requiere un compromiso integral que combine aumento de inversión, reformas estructurales y una agenda de salud que priorice la equidad y sostenibilidad. Solo mediante un enfoque colaborativo y de largo plazo será posible garantizar el derecho a la salud para toda la población guatemalteca, especialmente para aquellos que históricamente han sido marginados.

Area de Opinión
Libre emisión del pensamiento.

Le invitamos a leer más del autor:

Alfredo Moreno Quiñonez

Médico y Cirujano, Doctorado en Investigación Social. Facultad de Ciencias de la Comunicación, Programa de Estudios de Postgrado. Universidad Panamericana. Guatemala 2009-2010.