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La tiranía tecnológica impulsará un nuevo orden mundial

Barataria

Con la globalización vino el impulso de las nuevas tecnologías, aquella tímida interacción que el mundo tuvo con los ordenadores, el internet y las primeras redes sociales MySpace, Hi5, Messenger, ICQ y otras por el estilo que primeramente eran parte del uso privado, doméstico para comunicarse alrededor del mundo y conectarse con personas que ni siquiera conocíamos.  La importancia de las redes sociales es vital y no puede negarse que la caída del internet o de redes como WhatsApp, Facebook o X (Twitter), causa una gran zozobra a nivel mundial y, en muchos casos paraliza la rutina nacional.  Es allí en donde caemos en la cuenta que ni a nivel particular, ni a nivel comercial, ni a nivel industrial ni a nivel gubernamental se puede no se puede vivir sin internet ni las redes sociales, dicho en otras palabras todos dependen de la tecnología y redes sociales.  

Con un mundo interconectado tecnológicamente, en el que muchos trámites gubernamentales y comunicaciones de la actividad estatal son telemáticos y cuya masificación es patente llegando a la acreditación de documentos nacionales de identidad, permisos de conducir, medios de pago virtuales y, en dónde los gobernantes han visto la importancia de las redes sociales para informar o, como pasa cuando se mal utiliza, para desinformar. 

Los políticos ya han conocido y probado que las campañas a través de redes sociales son mucho más efectivas que las que antes se realizaban por meetings o anuncios televisivos porque las campañas a través de TikTok, X (Twitter), WhatsApp y otras redes se muestran más efectivas a la hora de influenciar a los votantes que en la mayoría de casos no repara la veracidad de muchas de las noticias ni las comprueba.  Es tal la importancia que le han dado los gobernantes al maridaje entre poder político y tecnología que no parece difícil entender por qué en la toma de posesión del señor Trump estuvieron presentes Mark Zuckerberg (Meta) y    Elon Musk (X o Twitter).  

Al final, estamos viendo que, a dónde se inclinen los gigantes tecnológicos, terminará de inclinarse el ejercicio del poder, porque los gigantes tecnológicos han crecido tanto que sobrepasan las capacidades de los gobiernos de limitarles.  Las limitaciones para operar, restricciones o imposición de multas son, en realidad, un espejismo de la limitación del poder.  El señor Trump, que quiso limitar la operación de Tik Tok, dentro de Estados Unidos, terminó por acordar más plazo y un posible acuerdo de participación estadounidense en la operación.   Es evidente que los políticos que hace años menospreciaron el poder de las redes sociales poco a poco se han dado cuenta que a través de estas se pueden no solo ganar elecciones sino que se pueden mantener en el poder tal y como ha sucedido en algunos países de latinoamerica.  Y por ello, una de las primeras decisiones de cualquier gobernante es destinar dinero público al programa oficial de comunicación, llegando en extremo de crear “netcenters” que no son precisamente medios de comunicación de las acciones del gobernante, sino que en muchos casos son un “escudo de defensa”, puesto que estos netcenters se encuentran al asecho para defender la figura pública en detrimento de la información.  Esto es precisamente uno de los aspectos que más a permeado en Guatemala, debido a que muchos políticos desde alcaldes pasando por funcionarios públicos han creado netcenters que se dedican a atacar a cualquier ciudadano que manifiesta su desacuerdo con las acciones públicas.

Este maridaje entre poder y tecnología no puede ser más catastrófico si se utiliza para mal, así lo demuestran los sistemas tecnológicos electorales  que, al parecer no han sido utilizados de una manera sana, de tal manera que ahora se les ha dado tanto énfasis e importancia que los datos y resultados se ponen arriba de las propias acciones humanas, como lo sucedido en Venezuela con el dictadorzuelo de Maduro cuyos resultados electorales de acuerdo a los datos extraidos del sistema tecnológico del órgano electoral se puso por encima de las actas de las mesas, de tal suerte que Maduro fue declarado presidente, si es que así se le puede llamar, a costa de nunca exhibir una sola acta que validaba su victoria.  

En esta globalización tecnológica, en donde tenemos internet, redes sociales y correo electrónico, se suma otra más la creciente influencia de la AI en todos los órdenes, con la AI en boga y permeando poco a poco los niveles gubernamentales y políticos, estamos frente a algo mucho más serio de lo que pensamos, En efecto, esta semana, vimos como Meta y Envidia perdieron el pulso ante el surgimiento de DeepSeek, que fue seguidamente amenazada por Qwen de Alí Baba, lo que supone que, en el campo de batalla tecnológica, no se ha dicho la última palabra,  pero sí que es verdad que el baile entre el poder y la tecnología está promoviendo fuertemente la unión de estos dos aspectos que van camino a imponer una dictadura tecnológica encaminándose a un nuevo orden mundial.

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Emilio Estrada

El Doctor Emilio Estrada, es abogado egresado de la Universidad de San Carlos de Guatemala, obtuvo su PhD en Sociología en la Universidad de Salamanca, España, es abogado litigante.