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La Seguridad Nacional, Pilar Fundamental para la Estabilidad de un Estado

Una Guatemala Diferente Es Posible

La Seguridad Nacional, entendida como la capacidad del Estado para proteger su soberanía, integridad y el bienestar de sus ciudadanos frente a amenazas internas y externas, enfrenta en Guatemala desafíos particulares, entre los que destacan el narcotráfico, las estructuras criminales denominadas maras, y el crecimiento acelerado de los ciberdelitos, estas amenazas no sólo atentan contra la vida y la paz social, sino que socavan la gobernabilidad, la justicia y el desarrollo del país.  En el contexto guatemalteco, la Seguridad Nacional va más allá de la defensa militar, implica el resguardo de la institucionalidad democrática, el orden público y la protección de los ciudadanos frente a fenómenos complejos y persistentes; en ese sentido, debe de articularse con políticas de seguridad pública, justicia penal, inteligencia estratégica y cooperación internacional.

La política de Seguridad Nacional en Guatemala debe orientarse hacia una serie de objetivos fundamentales que respondan a las amenazas complejas y multifacéticas que enfrenta el país, entre los principales propósitos se encuentran:

1.- Desarticular las redes del narcotráfico, que han convertido el territorio guatemalteco en un corredor clave para el embodegamiento y tránsito de drogas hacia el norte del continente, afectando la soberanía y la estabilidad social.

2.- Confrontar el fenómeno criminal de las maras, estructuras que han evolucionado en redes delictivas con presencia regional, involucradas en actividades como la extorsión sistemática, el sicariato, el narcomenudeo, el tráfico ilícito de armas y la trata de personas.

3.- Atender el crecimiento sostenido de los delitos cibernéticos, los cuales van desde fraudes digitales y robos de identidad hasta ataques a sistemas institucionales, representando una amenaza cada vez más crítica para la seguridad económica y la gestión pública.

4.- Fortalecer el Estado de derecho y el funcionamiento de las instituciones responsables de la seguridad y la justicia, garantizando su independencia, transparencia y capacidad operativa frente al crimen organizado; así como proteger a la población asegurando que todas las personas, puedan ejercer sus derechos sin ser víctimas de la violencia, la coacción, la intimidación por parte de grupos ilegales.

5.- Enfrentar al Crimen Organizado en todas sus formas, incluyendo aquellas expresiones menos visibles, pero igualmente destructivas, como la depredación de los recursos naturales, el tráfico ilegal de especies silvestres, la extracción ilícita de jade y otros bienes patrimoniales; actividades que, además de dañar el medio ambiente y el patrimonio cultural, suelen estar vinculadas con estructuras criminales que financian otras operaciones ilegales.

La Seguridad Nacional en Guatemala, no puede seguir siendo concebida exclusivamente desde una lógica militar o reactiva, el país enfrenta amenazas complejas que requieren un enfoque integral, capaz de articular prevención social, fortalecimiento institucional, modernización tecnológica, y una cooperación internacional más eficaz; la protección del Estado y de sus ciudadanos debe abarcar no solo la defensa ante ataques armados, sino también, la lucha contra redes criminales que operan silenciosamente y corroen los cimientos de la democracia.

El fenómeno de las maras ha dejado una profunda huella de violencia en Guatemala, sólo en 2023 se registraron más de 6,000 denuncias por extorsión, casi en su totalidad vinculadas a estas pandillas, estas estructuras criminales también están relacionadas con asesinatos, robos y venta de drogas, afectando sobre todo, a comunidades pobres y jóvenes sin oportunidad; asimismo, el narcotráfico también representa una amenaza instalada, ya que Guatemala, por su posición geográfica, es un paso clave para el traslado de cocaína hacia los Estados Unidos.

En el ámbito digital, los ciberdelitos crecieron un 300% entre 2020 y 2023, muchos de estos delitos afectan a ciudadanos comunes y a instituciones del Estado que no cuentan con protección adecuada, lo que pone en riesgo la economía y la información pública. El crimen organizado también daña el ambiente al realizar actividades ilícitas como la tala ilegal, el tráfico de especies, y la extracción clandestina de jade porque no solo destruyen la naturaleza, sino que financian otras actividades criminales y aumentan la violencia rural.

Ante este panorama, el Estado debe actuar con firmeza y estrategia para recuperar el control del territorio, fortalecer sus instituciones y reestablecer la confianza ciudadana, la Seguridad Nacional no puede limitarse a respuestas policiales o militares, se debe trabajar con base en una política integral que proteja la vida, los derechos y las oportunidades de todos ya que asegurar la Seguridad Nacional es también proteger la democracia y el desarrollo, porque sin paz no hay estabilidad y sin estabilidad no hay desarrollo, inversión, empleo ni futuro posible; para lograrlo se necesita voluntad política, instituciones fuertes, justicia imparcial y acciones coordinadas que enfrenten a las maras, el narcotráfico, los ciberdelitos y en términos generales, el crimen organizado.

En definitiva, la Seguridad Nacional, no es un lujo, ni un discurso vacío, es una necesidad urgente y un compromiso ineludible con el futuro de Guatemala.

AL RESCATE DE GUATEMALA.

GUATEMALA NECESITA DE SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES.

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