La Diminuta que Desafió a los Dioses: Una escritora colombiana revive la guerra desde la fantasía
En un país que ha conocido tanto el fragor de las armas como la ternura de la resiliencia, surge la voz luminosa de Angélica María Velandia Villa, escritora, poeta y comunicadora colombiana, que ha decidido transformar la memoria de un pueblo herido en una historia donde la magia y la esperanza aún tienen cabida.
“Princesa Diminuta” no es solo una novela fantástica: es el eco de una Colombia que ha resistido la tormenta. En el Reino de las Aguilomas, la guerra parece interminable, como lo ha sido y sigue siendo en tantas regiones del país marcadas por el conflicto armado. Sin embargo, como en la vida misma, entre la oscuridad florece una luz.
Taliej, su protagonista, es pequeña pero poderosa. Su nombre resuena como el de tantas niñas invisibles: sobrevivientes de una historia que no eligieron, pero que enfrentaron con dignidad. En su narrativa, A. Velvilla —seudónimo con el que firma la autora— no solo crea mundos de dioses y hechiceros, sino que entre líneas reconstruye el alma de una nación herida.
Desde bosques encantados hasta tronos celestiales, su relato es una metáfora viva de Colombia: tierra de miedos profundos, pero también de amor inquebrantable; de sacrificios, pero también de redención. En su obra, lo diminuto —lo que muchas veces ignoramos— tiene el poder de transformar el destino de los reinos y de los corazones.
Una historia épica, profundamente humana, que aunque ambientada en la fantasía, respira con el aliento real y palpitante de una Colombia que sigue soñando en voz alta.
Cinco preguntas a la autora
- ¿Cómo influyó la historia reciente de Colombia en la creación del Reino de las Aguilomas y su conflicto ancestral?
He vivido la violencia muy de cerca: el secuestro de mi padre por el ELN en los años 90, las bombas en Bogotá, la zona de despeje en tiempos de Pastrana… Es imposible no impregnarse de esa realidad. Con esta novela intento canalizar esa historia trágica, para construir desde la adversidad. Colombia es un país resiliente. Mi utopía es el rey del reino de las Aguilomas: un gobernante que conoce el dolor de su pueblo porque lo ha vivido, y por eso trabaja genuinamente por su bienestar.
- ¿Taliej representa a alguien de nuestra realidad colombiana?
Taliej es la renovación.
Es la oportunidad que nace del clamor profundo. Representa a la niña, la víctima del conflicto, la voz silenciada que se reinventa. En nuestra realidad, no podemos esperar que un ser superior resuelva nuestros conflictos. La responsabilidad es nuestra.
- La novela habla de venganza y redención. ¿Qué papel tiene el perdón?
Hay quienes se hunden en el resentimiento, y hay quienes deciden parar y perdonar. No se trata de esperar arrepentimiento, sino de comprender que quien daña, lo hace porque también ha sido dañado. El perdón nace de la compasión. En Colombia, aunque el camino es difícil y los ideales están divididos, hay avances como la creación de la JEP, que ha permitido procesos de redención y confrontación real. Pero insisto: no necesitamos que el otro se arrepienta para perdonar.
- ¿Por qué la fantasía como medio para hablar de dolor, guerra y esperanza?
La fantasía es una forma de catarsis. Surge del diálogo interno del escritor. Permite abordar temas universales con un lenguaje que llega a todos: niños, adultos, ancianos. Porque aunque los personajes sean mágicos, sus emociones son profundamente humanas.
- En un país donde los pequeños suelen ser ignorados, ¿qué mensaje deja Taliej?
El poder no está en el tamaño, sino en la capacidad de amar, de ser leal, de entregarse al bien común. Taliej representa eso: la fuerza de lo aparentemente insignificante. Todos podemos hacer algo por los demás, desde nuestras posibilidades. Lo importante es hacerlo con entrega. Ese es el verdadero camino del alma.
Sobre la autora
Velvilla, seudónimo de Angélica María Velandia Villa, es escritora, poeta confesional y existencialista, periodista y comunicadora social. Fundadora del colectivo Inspiración Púrpura, ha promovido el arte como herramienta de resistencia y sanación. Su poesía ha sido musicalizada, publicada y reconocida internacionalmente. En Princesa Diminuta, su primera novela y el inicio de la trilogía KALIDION, entrelaza mundos mágicos con símbolos universales y una sensibilidad emocional que conmueve.
Cree firmemente en que «las letras me salvan» y que la imaginación es refugio, resistencia y revelación.
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