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El ocaso de un sindicato

Reflexiones

“Los niños y las niñas no solo son el futuro de la sociedad sino el futuro de las ideas”.
Nelson Mandela

Nelson Mandela nos sorprende con toda una serie de axiomas relacionados a la educación, lo que nos indica que es uno de tantos miles de pensadores que tienen la certeza de que la educación es la base del desarrollo integral de la persona humana y en consecuencia de la sociedad. El pensamiento: «El verdadero carácter de una sociedad se revela en el trato que da a su niñez» (Mandela), nos invita a reflexionar y a inferir que el carácter de Guatemala como nación, revela mezquindad y mediocridad al observar los indicadores de desarrollo de la niñez, que entre los más adversos se puede citar: a) desnutrición en un 50%, b) más de un millón sin cobertura escolar y c) casi un millón trabajando, la mayoría en el sector agrícola. 

En ese contexto podemos observar a los maestros sindicalizados y su actitud frente a la realidad de la educación nacional. Convengamos que le corresponde a los maestros, facilitar el desarrollo cognitivo, actitudinal y kinestésico de los estudiantes guatemaltecos y por lo tanto la responsabilidad de su progreso académico, que de acuerdo a los resultados en las distintas pruebas nacionales e internacionales realizadas, reflejan la mediocridad de su desempeño.

Canalla, ruin y despreciable es la mejor forma coloquial y peyorativa de describir a un sindicato magisterial con comportamientos poco éticos y morales, que ha traicionado los intereses de los estudiantes, los padres de familia y del país, considerando, que un país sin educación de calidad es un país sin futuro, como es el caso de la dirigencia del Sindicato de los Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), quienes sin ningún empacho han transado con los gobiernos criminales de la UNE, PATRIOTA, FCN y VAMOS para su beneficio personal en detrimento de la educación de los guatemaltecos.

La dirigencia del STEG se ha caracterizado por buscar beneficios propios (económicos, políticos y de gestión en el MINEDUC, etc.) por encima de los intereses de los estudiantes. La verdadera intención de la negociación del Pacto Colectivo es acceder a la toma de decisiones a lo interno del Ministerio de Educación (Junta Mixta y Mesa Técnica), lo que le garantiza “poder” frente a los maestros, ante las autoridades de los distintos niveles (desde la escuela hasta el despacho superior), así también, a los incrementos salariales que les permite manipular a sus afiliados.

La dirigencia del STEG se convirtió en una dictadura sindical, donde se perdieron las formas mínimas de la democracia participativa, claro ejemplo es haber renunciado a la alternancia en el poder, al entronizarse en la Secretaría General del Comité Ejecutivo, el profesor Joviel Acevedo, quien toma decisiones de manera autoritaria, discrecional y dictatorial desde hace 2 décadas. 

Otro ejemplo es la opacidad con la que se maneja el sindicato (secretividad en el Pacto Colectivo), sabedores que la Constitución Política establece la publicidad de los actos administrativos para que el pueblo pueda tener conocimiento de los mismos. Así también, al interior del STEG se prohíbe tácitamente la existencia de otros liderazgos, prevaleciendo el caudillismo dictatorial del secretario general, es por ello la disidencia tan grande en los últimos tiempos, la cual se evidencia en la conformación de otros sindicatos y asociaciones magisteriales y en los últimos días el fracaso a la convocatoria de asambleas permanentes.

La dirigencia del STEG se ha aprovechado de su posición como sindicato mayoritario (16 mil afiliados, de los 138 mil maestros trabajando para el MINEDUC), para obtener beneficios laborales inmorales, como lo es, estar liberados de sus funciones docentes durante todo el año, en el caso del profesor Acevedo y su cofradía de rufianes durante más de 25 años. 

¿Por qué los guatemaltecos tenemos que pagarle a más de 400 maestros con licencia sindical, salarios, prestaciones, vacaciones y bonos, si no trabajan? 

Entre otras aberraciones, muchos docentes 011 y 021 han denunciado exacciones ilegales para poder participar en los procesos de convocatoria para plazas vacantes, lo que evidencia la corrupción de estos pseudodirigentes. 

Por esas razones no es posible seguir soportando a un sindicato de maestros que han hecho del chantaje a los gobiernos, su modus operandi, para poder cogobernar en el MINEDUC. No se puede seguir soportando que los maestros del STEG suspendan clases por semanas y meses, liderados por el sindicalista dictador más sinvergüenza del gremio magisterial, que se ha valido de la incapacidad, falta de idoneidad, desconocimiento, complicidad y corrupción de las diferentes administraciones del Ministerio de Educación, para llevar a la educación del país a la crisis de calidad más grande de su historia.

No puede ser este sindicato más despreciable, si teniendo la oportunidad de favorecer a los tres millones de estudiantes del sector público, exigiéndole a todos sus afiliados trabajar en el aula con dedicación, compromiso y calidad, así como, cumplir con los 180 días de clases que determina el Reglamento vigente de la Ley de Educación Nacional en pro de la población guatemalteca, que ve en la educación la única oportunidad decente de movilidad social y de disminución de la brecha de pobreza, hay otras, pero son las menos ortodoxas, como viajar en busca del sueño americano o, ingresar al crimen organizado de las drogas, las extorsiones y el sicariato.

Convengamos en que son los maestros los responsables directos de la formación escolar a través del proceso de enseñanza aprendizaje en el cual se propician contenidos científicos, técnicos, social-humanísticos y culturales, que se traducen en competencias para una vida laboral y profesional exitosa. La forma en que un sindicato opta por el bienestar de los estudiantes de todas las modalidades y niveles, revela si valora la dignidad de todos sus miembros, sin importar su edad o condición socioeconómica. 

El país necesita de un sindicalismo proactivo, transparente, asertivo y propositivo para coadyuvar en la mejora continua y la excelencia, de la educación de los guatemaltecos. 

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