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Una miradita más

Tanmi Tnam

Es aconsejable fijar la mirada en las actividades que están realizando los partidos políticos en distintas partes del país por ser estas acciones que posteriormente ubican ideas para la construcción del país que todos deseamos. Al centrar la mirada acerca de la atención que prestan los partidos políticos al 42% de la población guatemalteca integrada por los pueblos indígenas que hay en el país, primero hay que afirmar que el pensamiento y práctica de los partidos políticos es la visión excluyente. Así ha sido desde la colonia hasta nuestros días.

Los partidos políticos sostienen la organización excluyente que da vida al Estado. La organización, el pensamiento y la práctica que encierra la democracia en Guatemala conserva con extremo cuidado ideas de la época colonial y actúa aplicando la marginación de los pueblos indígenas de las decisiones al más alto nivel y el poder en manos de un sector de la población ladina. Los pueblos indígenas no son identificables para la organización del poder ni para la planificación de los servicios públicos. Con o sin formación escolar, cualquier guatemalteco identifica en las instituciones presentes en los rincones alejados de los centros urbanos, que el idioma español es el medio de comunicación del gobernante a los gobernados, aunque no se entienda nada.

Los partidos políticos que ya ejecutan visitas a lugares con cierta importancia y con alta población indígena tienen el discurso sin referirse a desarrollo plural, no asoma para nada alguna idea acerca de la democracia para la participación y representación de todos los pueblos y lo peor, consideran que todo está bien, parece que perdieron sensibilidad para leer la realidad y no tienen conceptos para referirse al tratamiento de la transformación de esa cruda realidad excluyente. 

Las prácticas y discursos que se anticipan cada cuatro años: acabar con la pobreza, más bonos, más programas asistencialistas, la afiliación que tendrá tiempo específico, la presencia de líderes que asumen la representación de grupos de base, los turnos para hablar con grupos en las comunidades, promesas de nunca acabar.

Es interesante seguir de cerca de qué temas hablan los partidos políticos de todas las tendencias: que es necesario fortalecer lo que se tiene hasta ahora, más pobreza, más exclusión, continuidad del racismo, práctica monocultural de los servicios públicos y el asistencialismo para fomentar y conservar la pobreza.

Una mirada a algunos períodos vividos por nuestro país, nada cambió para los pueblos indígenas en 1821, en 1871, en 1944, en 1985 y en 1996. Han aparecido algunos intentos que no logran su concreción a pesar de ser resultados de algunos acuerdos para el progreso. En la actualidad en algún rincón del país continúa el saqueo, la expulsión de familias de las tierras que históricamente han venido ocupando, continúa la castellanización, la persecución de lideresas y líderes y el desplazamiento de los elementos culturales por los mismos servicios públicos.

Hay que reconocer algunas luces, los guatemaltecos de cada uno de los pueblos de Guatemala cuyos pensamientos, actitudes y propuestas tratarán de asumir algún contenido de las demandas de los pueblos que anhelan vivir en justicia, paz y democracia. Nuestro país entra a una etapa donde sus hijas e hijos presentarán las propuestas de cambio para el desarrollo. Hasta el momento, ya contamos con muchos partidos políticos que anticipan la complicación para reflexiones profundas de cambio. Es el momento oportuno de formar a la ciudadanía para la efectiva participación en actividades de partidos políticos.

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