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Desafíos para los partidos políticos

Tanmi Tnam

Los partidos políticos que ha tenido nuestro país y los que van naciendo deben superar el uso de fundamentos, políticas y estrategias que sostienen con base a la visión de considerar a Guatemala como sinónimo de una cultura y una sola nación. Esta percepción reducida y de enfoque colonial inspiró la organización del Estado con visión monocultural, monolingüe trayendo como consecuencia desigualdad, injusticia, pobreza, desencuentro y otros conflictos en el ámbito nacional. Es tradición de los partidos políticos de Guatemala, desconocer llanamente la presencia de los pueblos originarios existentes y como consecuencia de este desconocimiento los partidos políticos y el liderazgo politiquero no sienten compromiso alguno para cambiar los problemas estructurales que viene padeciendo la población indígena de Guatemala. Nuestro país, es el ejemplo donde se habla de justicia y democracia, mientras que los poderes del Estado no reflejan estos valores para la diversidad cultural.

El liderazgo tradicional de los partidos políticos, debe superar el uso del engaño, las falsas promesas, las percepciones alejadas de la realidad, planes de gobierno llenos de ilusiones, ofrecimientos sin presupuesto para una realidad inexistente sin el reconocimiento de los pueblos originarios.  Abundan los partidos políticos sin claridad de pensamientos acerca de la interpretación de los problemas que vive la población guatemalteca y sin alternativas de solución porque la meta es solamente llegar al poder para que todo siga igual. Es elocuente el silencio de la cultura considerada nacional, de las entidades religiosas, de las entidades con que cuenta el sector económico, del sistema educativo nacional, entre otros actores, en el tema pueblos originarios.

Algunos partidos políticos acostumbran decir alguna idea en sus principios y objetivos que habla de pueblos indígenas, sin embargo, en la práctica nada es concreto para la solución de los problemas estructurales de la desigualdad en el país. Abundan discursos tan solo para captar apoyo de la ciudadanía del país. Mucho tiempo ha pasado, partidos políticos han llegado al poder y durante más de doscientos años los problemas de justicia, equidad y de desarrollo continúan vigentes.

Para construir democracia en Guatemala, los partidos políticos deben facilitar espacios de participación a los pueblos indígenas en la estructura organizativa del Estado de Guatemala y dar apertura a la representación de tales pueblos para discutir y encontrar juntos las soluciones que permitan el desarrollo pleno del país. 

Los partidos políticos existentes y los grupos que aspiran a fundar nuevos partidos políticos deberían de contar con propuestas de gobierno con políticas públicas que reconozcan a los pueblos originarios para llevar soluciones a los problemas de extrema pobreza, la falta de oportunidades para educación, salud y justicia. 

Integrar principios justos y democráticos para superar el racismo y la discriminación de los pueblos originarios. No más políticas asimilacionistas, de ladinización y de incorporación a los pueblos indígenas a la manera de la cultura dominante. Es necesario contar con partidos políticos con apertura a la representación equitativa de los pueblos originarios en los tres poderes del Estado que son el Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

Los programas oficiales de los ministerios responsables de educación, cultura, salud, agricultura y medio ambiente, entre otros, deben tener respuestas a las necesidades de los pueblos indígenas para apuntar acciones que generen el desarrollo de cada pueblo.

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