Bitácora de futuro: La invitación social macabra
Por un momento la máscara con que pretendía cubrirse el doctor corazón y su chofer, quedó pasmada, porque de súbito en el tiempo se captó la mueca de solemne agonía. Era un semblante regocijante con el rocío del viaje y la imperturbabilidad habitual, sin mostrar la más mínima perturbación en sus tonos de voces.
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