Humillación y Guerra
Los Estados deberán ser consecuentes con el combate de estas amenazas porque arrodillarse para conseguir que se vayan, que desaparezcan o que dejen de existir únicamente se logrará que superen las capacidades de los países y que, cuando en realidad nos demos cuenta habrán colmado tanto las instituciones que será imposible conseguir la paz y nos quedaremos, tal y como indicó Churchill, con la humillación y con la guerra misma que se podrá evitar por un tiempo, pero tarde o temprano surgirá.
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