Relato: Se volverán a ver solo en la imaginación
Todo es lo mismo. Éramos un grupo de cuatro o cinco reunidos después de clases. Todos los días volteábamos a ver cuándo pasábamos hacia la cuneta de enfrente, en donde los zapatos negros seguían embelleciendo la ventana de vidrio de la tienda de la muchacha de ojos color almibarados. Pasado un momento, según lo recuerdo, nos ubicamos en nuestro paso alrededor de la ventana de esa tienda y comenzamos, como de costumbre, a elogiar a las muchachas. Eso era diario durante el ciclo escolar. Después solamente quedaron esos maravillosos recuerdos y otros que se realizaron en otros estadios de la vida realista, ahora imaginada.
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