Josephine Baker

CulturaEditado para la historia

La diosa de ébano

Nuestra historia comienza en el vagón dormitorio del rey Gustavo Adolfo de Suecia. Noche fría de invierno. Sobre la cama un ser con un cuerpo de ensueño, completamente desnuda, mitad negra mitad apache, mitad pantera mitad mujer. El rey se acerca y le coloca en su muñeca derecha una pulsera de brillantes: – Para que no tengas frío, le dice. Ella mira atenta y prolongadamente los brillantes y mostrando la muñeca izquierda, desenfadada, responde: – Aquí también tengo frío. Fue una intensa relación que solo duró un mes. Estamos hablando de la maravillosa Josephine Baker.

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