El testigo del amor, Un Cuento de la sinfonía de amor
No sé, honestamente si han reencarnado Ruggiero y Angélica de Lope de Vega, Romeo y Julieta de Shakespeare, Camus y Casarés, Dante y Beatriz ó Anais Nin y Hugh Guile. Lo que sé es que soy testigo que los antiguos, tenían razón, que Horacio no se cofundió en su Égloga X: «Omnia vincit Amor; et nos cedamus Amori». («El amor lo vence todo, dejémonos vencer por él»).
Read More