Me duelen los abandonados de mi patria
El corazón del ser humano ha perdido pulso; y, apenas sentimos por nada ni por nadie, se ha endurecido como una roca, y solo nos movemos para darnos pedradas unos a otros.
Read MoreEl corazón del ser humano ha perdido pulso; y, apenas sentimos por nada ni por nadie, se ha endurecido como una roca, y solo nos movemos para darnos pedradas unos a otros.
Read More