La fiabilidad del proceso electoral

Los procesos electorales en Guatemala, desde el inicio de la actual era democrática, han sido fiables por una razón muy sencilla: la integridad de los mismos descansa en los propios ciudadanos. Concretamente, son ciudadanos comunes quienes en una labor cívica de voluntariado integran las juntas receptoras de votos, juntas electorales municipales y departamentales. Para el tema específico de conteo de votos y cómputo para determinar los resultados oficiales, en resumen, el proceso se hace de la siguiente manera:

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Participación para el desarrollo

El ansiado desarrollo para las comunidades cada día está lejos debido a que las autoridades deciden de manera unilateral las actividades a ejecutar en las comunidades locales. 

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La revocación de mandato

El padrón es de más de 92 millones de posibles votantes, para que el ejercicio sea vinculante, es decir que cause sus efectos legales, debe contar con una participación mayor al 40 por ciento.

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Hacia el estado de derecho

La sociedad guatemalteca a partir de la actividad electoral, elegirá el próximo año, las autoridades del Estado a nivel de gobierno central, poder legislativo y alcaldes de los diferentes municipios del país.

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Formación en temas sobre política

No es fácil aportar a la práctica de la democracia y al ejercicio del poder en beneficio de los pueblos cuando se desconocen las profundidades de las intenciones de la política y de los partidos políticos.

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Educación y ciudadanía: un modelo democrático

La educación para la ciudadanía es un espacio para la discusión sobre la acción, y un espacio para la crítica, para el estudio de los valores democráticos, conceptos y habilidades para la acción para aprender a vivir entre iguales.

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Participación de los pueblos originarios

Un país que aprecia sus culturas y pueblos tiene posibilidades de generar proyectos políticos y económicos que sean para el bienestar de todos.

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Construyendo un nuevo mundo (PARTE 14)

Debemos buscar la unidad política no forzando a los seres humanos a someterse a un grupo de poder, sino mediante el conocimiento general y popular de nuestras similitudes espirituales y la conservación de nuestra autonomía local y nuestras diferencias culturales.

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Reconociendo los pilares de la democracia

Líderes, académicos, gente inquieta en el campo de la política y diversas instituciones, hablan de democracia en Guatemala donde hay tres pueblos plenamente identificados que todavía no tienen alguna forma de participación en la toma de decisiones.

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Prioridades en la reconstrucción del mundo

La hazaña de rescate del planeta demanda del esfuerzo colectivo, de la responsabilidad de cada ciudadano.

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Elecciones y participación consciente para el voto

Como ciudadanos debemos participar para mejorar el gobierno y a las autoridades del país, para que no se muera la democracia y así evitar que lleguemos a tener un gobierno dictatorial.

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El respeto al prójimo

Tenemos que hablar con la verdad, actuar con moralidad y responsabilidad. Lo que pensamos todos debemos respetarlo, aunque no estemos de acuerdo y eso no nos impide que seamos amigos entre guatemaltecos.

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No debemos permitir la manipulación

No debemos dejarnos manipular por partidos políticos electoreros y por socialistas del siglo XXI y sus aliados. Para que haya verdadera democracia en Latino América, como ciudadanos debemos valorarnos y no dejarnos manipular por partidos electoreros y por políticos socialistas del siglo XXI y sus aliados.

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La nueva LEPP

Las condiciones para modificar profunda, verdadera y realmente la Ley Electoral y de Partidos Políticos —LEPP— están dadas y son inmejorables. La nueva ley no debiera provenir de acuerdos entre el Congreso y el TSE, como hace tres años. El riesgo de que vuelvan a engañar a la población y que no haya cambios auténticos, es alto, demasiado alto.

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Ciudadanía política

Rechazar nuestra posible actividad política innovadora es renunciar a una de las fuentes de sentido de la existencia humana. Vivir como y entre ciudadanos libres enriquece nuestra condición humana, al aumentar los beneficios y responsabilidades que cada uno tiene de las instituciones y de las leyes. Es una garantía para la seguridad colectiva. Cuanto mayor es el equilibrio de una comunidad con justicia, reconocimiento a las demandas de sus miembros, y la diversidad de proyectos, es más seguro vivir en ella y hacer frente a las dificultades.

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