Llamados a rehacer el mundo
Tenemos las entretelas dañadas. Esto afecta a la salud mental. Caminamos tensos, con la incertidumbre en los labios del alma y el veneno del odio inmerso en casi todos los lenguajes. Vamos también cogidos a una atmósfera corrupta a más no poder, insensible a las lágrimas, con letargo en el espíritu, anemia en la voluntad y falta de coraje en el pulso. Así, bajo este contaminado aire, cuesta transformar algo.
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