Y resucitó…
En realidad resulta una paradoja que un país que se considera con un alto índice de cristianos practicantes resulte ser un país tan corrupto, en donde casi todos los negocios del Estado que hemos visto por años se han visto opacados por actos de corrupción. Hemos tenido Presidentes, Ministros, Diputados, Magistrados y Jueces señalados por actos de corrupción, tráfico de influencias y otros delitos ello sin contar con los funcionarios públicos que a su modo, hacen exacciones ilegales. Y esto lo único que confirma es que en Guatemala existe un abismo muy grande entre la creencia y la práctica.
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