
¡Nunca Olvidemos a Nuestros Héroes! (Séptima Parte)
La Otra Cara
Los Frentes Guerrilleros del EGP
Para que mis lectores puedan conocer a los terroristas convertidos actualmente en “defensores de derechos humanos” ligados al grupo impuesto tras el fraude electoral del 2023, es muy importante conocer cómo se planifico la ofensiva terrorista con intención de tomar el poder local de las poblaciones del altiplano guatemalteco y se intentó someterlas a sangre y fuego. Miles de guatemaltecos fueron asesinados tras esta perversa planificación:
Los tres frentes terroristas más antiguos se estructuraron a partir de 1975. Para 1976 ya se había fundado uno nuevo en la zona selvática de Huehuetenango, denominado Frente Ernesto Guevara. En 1978 el autodenominado Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) enlazó sus acciones a las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) y al Partido Comunista PGT-ND (Núcleo de Dirección) conformando “La Tripartita” operativa entre los tres grupos armados. A partir de ese momento con distinguidos empresarios, funcionarios, y miles de ciudadanos fueron secuestrados y asesinados por esta amalgama terrorista. En 1979 el EGP la mayor y más sanguinaria de dichas organizaciones ya estaba implantado en diferentes regiones de nuestro país con zonas de control y una proyección para la conformación de un total de ocho frentes guerrilleros.
Su estrategia operativa
Al analizar a los integrantes de la Dirección Nacional del EGP se puede concluir que Mario Payeras Solares (Roque/Benedicto) fue el único que manejó con propiedad “Los Principios de la Guerra”, la estrategia y la táctica. Como parte de su formación estudió en la universidad de Leipzig en Alemania Oriental y como responsable militar de varios frentes guerrilleros intentó desentrañar la estrategia del Ejército de Guatemala. Según su opinión, lo que el Ejército hizo fue impedir que se produjera lo que el EGP pretendía, pues sus analistas de inteligencia tenían el cuadro perfectamente claro. Sabían que el objetivo fundamental del enemigo terrorista era dispersar sus fuerzas y desde esa lógica lo fundamental estratégicamente fue golpear a la guerrilla urbana para desarticular los denominados reductos guerrilleros o casas de seguridad y de esta forma interrumpir el trabajo logístico y simultáneamente les arrebató las armas de largo alcance que habían logrado introducir al país, dejando a la guerrilla solamente con las armas de infantería que tenían en mano sus unidades operativas y sus fuerzas irregulares locales FIL.
Además el EGP comprometió en forma deliberada a grandes grupos de indígenas y luego los abandonó a su suerte al ordenar la fuga de sus unidades militares permanentes hacia México y llevar a la fuerza a grandes cantidades de población organizada para usarlos como “Refugiados” y asentar como Comunidades de Población en Resistencia CPR a los que estaban lejos de la frontera. Miles de campesinos obligados a este desplazamiento forzoso fallecieron por enfermedades, hambre y frio, y actualmente son presentados por Ricardo Falla Sánchez y la DN del EGP como supuestas víctimas del Estado en casos montados en contra de Veteranos Militares mediante jueces Adhoc en tribunales de fuero especial, inconstitucionales, denominados de Mayor Riesgo.
En el momento cúspide del enfrentamiento se hicieron visibles sanguinarios dirigentes del EGP como Camilo, seudónimo utilizado por Carlos Enrique López Alvarado, Comandante del Frente Guerrillero Agusto César Sandino, que produjo miles de asesinatos en Chimaltenango, Sololá, Totonicapán y el Sur del Quiché. López Alvarado es padre de Juan Francisco Solórzano Foppa ex Superintendente de la SAT impuesto por Todd Robinson y USAID, y fue pareja de Silvia Solórzano Foppa, Comandante Rita, su segunda de abordo y madre de Juan Francisco.
Durante el año 1979 la dirigencia del EGP había concluido su fase de implantación y desarrollo e iniciaron la más feroz y sanguinaria campaña de asesinatos y masacres destinada a obtener el control territorial de los departamentos en donde operaban eliminando sistemáticamente a los representantes del poder local (alcaldes, funcionarios estatales, sacerdotes mayas, y comisionados militares) que se negaban a incorporarse a esa organización. La destrucción de infraestructura (edificios municipales, puentes, registros civiles, convoyes de la Dirección General de Caminos, Comisarías y Subestaciones de PN, gasolineras, torres de conducción eléctrica, etc. fue parte de la estrategia destinada a imponer a sangre y fuego su control territorial y poblacional.
La emboscada de Chemalá, Nebaj, 4 de febrero de 1980
Tras fracasar repetitivamente en atacar el destacamento militar de San Juan Cotzal, los terroristas estaban deseosos de demostrar a los cubanos que podían propinar un golpe impactante al Ejército. La credibilidad ante sus bases de apoyo se había visto disminuida por lo que deberían ser más cuidadosos en la planificación y eficaces en la operación. Durante meses hicieron inteligencia sobre todo movimiento del Ejército en el Triángulo Ixil mediante espías vestidos de civil, recorriendo las rutas y caminos principales con la finalidad de encontrar lugares adecuados para emboscadas.
Luego de cierto tiempo, la información del área de Nebaj era más fiable que la enviada de otros lugares y decidieron centrarse en esa opción. Disponían de 80 terroristas del Frente Guerrillero Ho Chi Min y más de 180 FIL experimentados. La información indicaba que aproximadamente cada 8 o 10 días provenientes de la base de patrullas ubicada cerca de Nebaj salían dos camiones con 20 o 30 elementos de tropa a cortar leña hacia el área cercana a la localidad de Xemal. El área era boscosa y quebrada y facilitaba las condiciones para una emboscada. Los camiones disponían de dos rutas de terracería para dirigirse a este lugar.
Colocaron dos puestos de vigilancia para establecer los puntos más adecuados para efectuar el ataque y tomada la decisión el agrupamiento guerrillero se movió hacia un campamento de paso ubicado a dos kilómetros del área seleccionada, estableciendo otro campamento para ser utilizado como punto de reorganización luego de finalizada la acción. Los capitanes Camilo, Morazán, y Chus fueron los encargados de efectuar las coordinaciones con las FIL que se sumaron para realizar la emboscada. Estos 180 terroristas se sumaron el 4 de febrero por la mañana y una de las dos patrullas de vigilancia dio aviso que habían pasado los dos camiones militares. Todos se movieron a los lugares asignados. A la una de la tarde escucharon el rugir del motor de los camiones que se aproximaban al área de la emboscada y esperaron que se aproximaran. El primer camión ingresó de lleno en el “área de muerte”. Los soldados iban sentados sobre la leña y como el área era peligrosa el segundo camión que marchaba 50 metros detrás detuvo su marcha dando tiempo a que el primero saliera de la curva que se encontraba en una pendiente. Un disparo fue la señal de ataque. El fuego de los fusiles G-3, M-16, y ametralladoras M-60 se dirigió hacia ambos vehículos y sus ocupantes.
Algunos soldados lograron tirarse de los camiones y buscar abrigo para contestar el fuego. El combate se generalizó y los gritos de los terroristas que llamaban a rendirse a la tropa eran contestados con fuego de fusilería. Durante el tiempo que duró la emboscada un par de soldados heridos lograron dirigirse a la base de patrullas de Nebaj, distante aproximadamente 8 kilómetros para dar aviso. Insistentemente los terroristas intentaron tomar por asalto ambos camiones siendo repelidos por los soldados y su Comandante Subteniente Leónidas Franco Sagastume, quien arengaba a sus subalternos a morir combatiendo, sabiendo que la mayoría se encontraban heridos.
El Subteniente Franco herido de gravedad contestaba el fuego hasta que agotó sus municiones y tomó algunas tolvas de los soldados fallecidos refugiándose debajo del primer camión y continuó combatiendo, sabiendo que ya solo él quedaba con vida mantuvo a raya a los terroristas y cuando agotó nuevamente las municiones de fusil hizo uso de su pistola .45 mm hasta que falleció. Antes de expirar metió dentro de su uniforme tres tolvas de fusil escondiéndolas para que no fueran robadas. Sabiendo que estaba por ingresar al “altar de los héroes”. Los soldados que habían escapado heridos informaron en la base de patrullaje sobre lo sucedido y varias patrullas salieron hacia el lugar a sabiendas que seguramente encontrarían grupos de contención de los terroristas que estaban aún en el área de la emboscada.
La base de patrullas informó a la Comandancia de la Zona Militar de Huehuetenango desde donde el Comandante Coronel Rodolfo Lobos Zamora y el Segundo Comandante Coronel Jorge Mario Morales Díaz dirigían operativos realizados en Playa Grande Ixcán en donde habían destruido dos campamentos terroristas. Sabiendo que a sus patrullas retornaban a bordo de aviones Arabá luego de finalizada la operación, dispusieron reaprovisionarlos de municiones y raciones y moverlos en los mismos aviones hacia la pista de aviación de Nebaj para retomar el control del área.
Cuando los aviones se aproximaron a la pista grupos terroristas se encontraban en uno de los extremos de esta por lo que a muy baja velocidad tocaron tierra y sin detener la marcha desembarcaron al personal, un avión a la vez, efectuando las patrullas un rápido descenso mientras las otras naves brindaban apoyo cercano orbitando sobre la pista. Las patrullas luego de ser reorganizadas tuvieron contacto con los terroristas que se batían en retirada infligiéndoles numerosas bajas y la persecución se prolongó hasta caída la noche.
Al reagruparse las patrullas de apoyo en el área de la emboscada encontraron un cuadro dantesco. Al cadáver del Subteniente Franco Sagastume los terroristas le habían deshecho la mano a golpes para robarle su anillo de graduación. El área estaba regada por la sangre de los soldados. A varios de ellos en forma sádica les fue arrancada con arma blanca la cubierta facial y a otros más el cuero cabelludo; acción cobarde generalizada por los terroristas, uno de ellos el capitán Peter, seudónimo de Juan Tuyuc, hermano de Rosalina Tuyuc también integrante del EGP ahora convertida en “defensora de derechos humanos”.
Como premio a su complicidad en la comisión de estos delitos de lesa humanidad Rosalina Tuyuc fue galardonada en El Japón por sus “actividades humanitarias”. Las bajas en combate de esta unidad orgánica de la Zona Militar General Aguilar Santa María agregada como apoyo a las operaciones de la Zona Militar Mariscal Gregorio Solares de Huehuetenango fueron: el Subteniente Leónidas Franco Sagastume, dos especialistas, dos Policías Militares Ambulantes y 12 soldados fallecidos. El resto de la tropa, 13 en total, resultaron gravemente heridos.
Continuará…

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