OpiniónColumnas

La empatía murió en muchos

Relatividades Perspectivas

Arabia Saudita: juego mecanico impacta y luego se desploma al fracturarse. El punto de impacto parece ser entre personas y material de construcción. El impacto sobre el suelo también fue fuerte.

Comentarios:

«Que bien que no hubieron heridos: todos murieron». No es asertivo, ese comentario, pero la carencia de empatía casi psicopática me recuerda a cierto personaje que redacta acerca de temáticas que le resultan relevantes, en el pasado (ahora realizo comentarios «psicópatas» únicamente cuando son útiles para alcanzar una finalidad… ya sea enfoque mediante resaltamiento a través de contraposición, o mediante transmisión subconsciente de dramatismo para asegurar importancia.).

¿Murió gente?, pregunto alguien, y ante respuestas que no eran relativas a la interrogante, volvió a preguntar en varias ocasiones hasta que muchos tomaron la situación como juego: preguntaban: ¿Pero murió gente? (emoticón de risa) (no sé como ponerlos en editor de texto en laptop y me da flojera escribirlo en redes, copiarlo y pegarlo, ademas, en diario digital (que es para lo que redacto en primera instancia), no aparecería), ¿Murió gente o no? (emoticones de risa) y asi, sucesivamente.

La pobreza me salvo una vez más: iba a ir a una feria pero por situación económica, no pude ir.

Es curioso cómo cambia la mentalidad y la espiritualidad, pues yo, hace años (ante temáticas como natalidad inconsciente y los problemas que causa, creciente decadencia moral, etc.) seria incluso peor. Ahora, me parece una demostración de crueldad, pues entre esas personas, al ser numerosas, seguramente habían algunas o muchas, bondadosas – asertivas – lógicas, que no merecían sufrimiento o muerte.

Bromas asi, parecen ser comunes en redes sociales en distintas temáticas: Esposa con enfermedad seria: ya que no hay posibilidades para sanación, mejor invertir en las cariñosas. Situación económica en declive: notifican satíricamente cómo será su vida en relación a ciertos requerimientos.

Insto a la gente a verificar si las personas con afecciones o situaciones negativas son bondadosas – asertivas – lógicas y no merecen burlas (ustedes las efectúan en manera de divertimento inofensivo, pero para ellos podrían significar una profundización para sus dolencias pues ustedes no sufren las situaciones pero ellos si. Imaginemos estar en esas situaciones y como nos afectarían las burlas, bromas y demás proyecciones que realizamos. Una persona que experimenta situaciones adversas o estímulos negativos o difíciles, es sensible debido a dolencias existentes impulsadas por aun ausencia de soluciones).

En muchas ocasiones, las personas con afecciones se sienten solas debido a las re – acciones de comedia por parte de cosas poco empáticas. Yo bromeo mucho y en años lejanos fui un completo $%&/% en muchos casos, pero al conversar con una persona sensible que experimenta situación no tan agradable, he notado los efectos de lo que para uno es una simple broma o payasada sin relevancia. Pensemos en nuestros temas no – resueltos o que alguna vez nos afectaron. Luego, imaginemos o recordemos como nos haría sentir o cómo nos hizo sentir cuando alguien tomo nuestras afecciones en tonalidad de burla o sátira o como objeto de burlas o material para efectuar comentarios «cómicos».

He aquí otro factor, aparte de selectividad en cuanto a quien no merece «ataques sutiles» y quien podría merecerlos para efectuar cambios en si mismo y su perspectiva, mediante «concientización emocional drástica que despierte conciencia intelectual y espiritual»: … cuales son las razones por las que actuamos en esa manera? ¿Por qué disfrutamos burlarnos o bromear con temas serios o incluso, delicados? ¿Pretendemos aliviar ira, frustración, depresión, etc. mediante proyecciones a través de «ataques disimulados»? O ni siquiera comprendemos que una broma o burla hacia un asunto serio o delicado, ¿es un ataque sutil una expresión de ira para acallar frustraciones, asuntos no resueltos y mas? Nos sentimos liberados en cierto grado, al realizar bromas y burlas por la sensación subconsciente de superioridad que nos otorgan esos ataques que ni siquiera comprendemos que son ataques. Nuestras dolencias y asuntos son minimizados temporalmente al proyectar superioridad sobre otros: Realizamos burlas y bromas porque en lugar de comprender lo que le sucede a otros, nos situamos en aparente superioridad al punto de causar daños, menores o fuertes pero siempre efectivos en cierto grado, Sentimos que nuestros asuntos desaparecen mientras la alegría que causan las burlas y bromas, existe mientras los burlados y objetos de bromas son sumergidos leve o drásticamente en mayor agonía. Reímos y festejamos sin siquiera contemplar lo que posible o seguramente causamos en las víctimas de nuestras proyecciones «cómicas» y existen algunos que poseen conocimiento acerca de posibles efectos de sus burlas y bromas y aun asi, disfrutan o incluso se regocijan aun mas al saber que se sitúan por encima de otros, minimizándolos: y en realidad, es lo contrario. Las víctimas pueden utilizar negatividades para fortalecerse y ser mejores. Los atacantes se hunden en ilusión de superioridad y complacencia consigo mismos. Superioridad y complacencia que se desvanecen al retornar a la realidad de la que pronto buscaran disuadirse mediante otros ataques u otras tácticas, en un ciclo en manera de espiral descendente

Nota: ya se que me precipite hacia variación mas profunda de la temática inicial (suele suceder, porque redacto de corrido, no por momentos, y luego me da flojera separar temas o realizar cambios para acoplarlos, y en casos como este, diario digital me pide que mis redacciones no sean menores de 500 términos, lo cual me inspira a pensar mas y por ende, escribir mas). Disculpen el desvarío.

Area de Opinión
Libre emisión del pensamiento.

Le invitamos a leer más del autor:


Descubre más desde El Siglo

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde El Siglo

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo