OpiniónColumnas

Dos años perdidos, cuando el tiempo se va y el país se queda

Una Guatemala Diferente Es Posible

“El tiempo perdido hasta los santos lo lloran”, dice un refrán popular que hoy parece describir con exactitud el momento que atraviesa Guatemala, dos  ( 2 ) años después de haber asumido el poder Bernardo Arévalo, el gobierno de la República no ha logrado ofrecer resultados tangibles en los temas más básicos y urgentes que afectan la vida diaria de millones de guatemaltecos, no se trata de ideología, ni de narrativas políticas, sino de realidades concretas que golpean el bolsillo, la seguridad y la esperanza de la población.

Uno de los ejemplos mas evidentes de esta incapacidad es la infraestructura vial,  la red de carreteras del país, se encuentra en un estado crítico, con tramos colapsados, mantenimiento inexistente y proyectos inconclusos, esto no solo afecta el tránsito particular, afecta directamente la economía nacional, en Guatemala, mas del 90% del transporte de mercancías se realiza por carretera, al no existir un sistema ferroviario funcional ni alternativas logísticas modernas, cada bache, cada puente dañado y cada carretera abandonada se traduce en mayores costos, retrasos, perdida de competitividad y encarecimiento de productos básicos.

A este problema se suma la crisis estructural de los puertos, ampliamente documentada por el sector empresarial y organismos internacionales, la carga de importación puede tardar semanas, incluso hasta un mes, en salir del puerto, algo impensable en economías con las que Guatemala compite; estos cuellos de botella no solo afectan a los importadores y exportadores, sino que terminan impactando directamente al consumidor final, elevando precios y alimentando la inflación.

El panorama se agrava cuando se aborda el tema del contrabando y la defraudación aduanera; durante años, redes criminales han operado con la complicidad de funcionarios, permitiendo el ingreso ilegal de mercancías que destruyen la competencia formal y reducen la recaudación fiscal, a esto se suma el llamado “contrabando hormiga” en la frontera con México, que dejó de ser menor para convertirse en un fenómeno masivo y sistemático, el resultado es claro, menos ingresos para el Estado, mas informalidad y un golpe directo a la economía de los guatemaltecos honestos.

En materia de seguridad y violencia, los resultados son igualmente desalentadores, aunque es innegable el esfuerzo operativo de la Policía Nacional Civil, también es cierto que los homicidios continúan al alza  y la percepción de inseguridad se mantiene en todo el territorio nacional, durante estos dos años no se ejecutó ninguna reforma estructural en el sistema penitenciario, permitiendo que los centros de detención sigan siendo espacios dominados por estructuras criminales desde donde se ordenan extorsiones, asesinatos y otros delitos; sin control carcelario, no hay política de seguridad posible, como ejemplo: la fuga de reos altamente peligrosos, que hoy se encuentran en las calles del territorio nacional, liderando las estructuras criminales y aumentando los niveles de violencia, fuga que se dio con la complicidad de funcionarios que hoy se encuentran prófugos de la justicia.

Peor aún fue la confrontación innecesaria entre el Ministerio Publico y el Ejecutivo, un conflicto político que consumió tiempo, energía y recursos que debieron destinarse al combate real del crimen organizado, el resultado fue una investigación criminal debilitada, pocos casos relevantes y una sensación generalizada de impunidad.

En cuanto a la corrupción, si bien es cierto que no puede compararse con los niveles del gobierno de Alejandro Giammattei, también es innegable que la corrupción persiste, los guatemaltecos seguimos pagando impuestos que, en muchos casos, terminan engrosando los bolsillos de funcionarios inescrupulosos o financiando redes clientelares, cada acto de corrupción es una escuela que no se construye, una carretera que no se repara y un hospital que no se equipa. 

Al final estos dos (2) años han demostrado que las grandes narrativas, “pacto de corruptos versus buenos” “derecha versus izquierda”, han servido mas como cortinas de humo que como soluciones reales, mientras la población se divide en bandos, el país sigue estancado; la incapacidad en la conducción política, la falta de decisiones firmes, el deterioro de la seguridad y la economía estancada con un Presupuesto General de la Nación gigantesco con deudas y préstamos como nunca se habían dado en nuestro país, no son discursos, son hechos que dañan a toda una nación. 

Guatemala no necesita más relatos épicos ni enemigos imaginarios, necesita resultados, porque cuando el tiempo se pierde, no solo lo lloran los santos, lo paga todo un país.

AL RESCATE DE GUATEMALA.

GUATEMALA NECESITA DE SUS MEJORES HOMBRES Y MUJERES.

Area de Opinión
Libre emisión del pensamiento.

Le invitamos a leer más del autor:


Descubre más desde El Siglo

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Leave a Reply

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde El Siglo

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo