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Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia

Desde La Ventana De Mi Alma

“Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia.”
(Marcel Proust.1871- 1922)

Desde el lugar donde estamos en esta patria, retumba en el espacio un lamento, y más que un llanto que hace eco, es un dolor inmenso de aquella madre que pierde un hijo, de los hijos que pierden a su padre, la esposa que pierde a su amado, y nosotros, espectadores impotentes, con elocuente y callada angustia, el puño cerrado.

Ante tanto lamento e injusticia sin respuesta, concluimos que discutir no alimenta y que socava nuestra mente, reclamar no resuelve nada, más el odio se incrementa, y la rabia o indignación nos ciega, porque la desesperación oscurece todo el panorama, nada trasluce y la tristeza a nada lleva.

Y sin darnos cuenta por donde quiera que nos encontremos, estamos llamados a ser el alma de ese lugar.

Tantas lágrimas que imparable fluyen aunque laven el alma, no sustituyen las ausencias, ni las irreparables pérdidas.

Se nos ha declarado una inminente lucha contra todo, hasta el punto que aunque escuches llorar a un niño no debes abrir la puerta, aunque a gritos digan tu nombre, recuerda que estamos en guerra.

Se ha perdido la cordura donde antes había prudencia,
Y los balcones antes floridos, tienen sus rosas muertas.
El pueblo gime de angustia, la historia tiene otras letras,
letras teñidas de sangre, de absurdas ironías y traiciones tan terribles como la lepra.

Y el colectivo se dispersa, porque la irritación del carácter intoxica la existencia.
¿Cómo desertar sin dolor de lo que queda de nuestra amada patria? ¡es nuestra herencia!

Cuándo será el momento en que desterraremos todos los males, necesitamos un medicamento de eficiencia.

Continuar en paz, poniéndonos en los zapatos del otro, procurar comprender sus motivos, ayudar a que todo cambie para bien aguardando la participación sabia del tiempo, con la seguridad de que lo que no será bueno para los otros, no será bueno para nosotros.

Es hora de entender que…
Personas heridas, hieren personas.
Personas curadas, curan personas.
Personas amadas, aman personas.
Personas transformadas, transforman personas.
Personas antipáticas, molestan personas.
Personas amargadas, amargan personas.
Personas santificadas, santifican personas.

Sin duda el cómo Soy Yo, influye en aquellos que están a mi alrededor, pero cuánto tiempo más pasará para que el colectivo lo entienda.

Por esto y por todo aunque intento ser indiferente, me duele el dolor del otro y reacciono; pero me cubro de gratitud, me lleno de amor y recomienzo, porque deseo días bonitos para mi descendencia en un futuro cuando el cielo que cubre mi país sea más azul, y los hombres y mujeres todos, miren el presente como una nueva oportunidad de vivir en auténtica libertad para elegir, pero sobre todas las cosas, que nuestras acciones buenas y no buenas, a todos nos afecta. Y como decía Marcel Proust Novelista y crítico Francés, “aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambiaEsta brillante frase nos recuerda la verdad que todo cambio que deseamos para que sea una realidad en lo externo, debe iniciar en lo más íntimo y profundo de nosotros mismos.

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Angie Lu

Lcda. en Ciencias de la Educación. Universidad Estatal.Guayaquil. Lcda. en Filosofía y Letras. Universidad Central del Ecuador. Columnista Periódico "EL SOL" Cartagena- COLOMBIA. Columnista Diario. La TRIBUNA. México. Articulista: Revista TOP MAGAZINE. Orlando-Florida Articulista Diario EXTRA. San José. Costa Rica. Articulista periódico Canarias Opina. Telde, Islas Canarias. ESPAÑA. Escribo por vocación para comunicar y por necesidad vital, creo que la palabra escrita es inmortal y es el acto libertario mas poderoso que existe y más aún podemos crear sinergia colectiva a través de la lectura. Escribo para divulgar mis emociones recogiendo metáforas simples o complejas, que me permitan meditar para existir y coexistir buscando la armonía con mis congéneres, y para celebrar con la palabra la belleza de la vida y el universo.

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