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Retorno del liberalismo en su versión más dictatorial

Sueños…

El liberalismo fue una de las dos grandes doctrinas que se animaron a combatir el conservadurismo de las élites medievales y religiosas. Parecían alumbrar el triunfo de la razón, el premio al esfuerzo, la libertad individual y la convivencia entre naciones. Logró avances indiscutibles en la construcción de repúblicas democráticas en la quinta parte del planeta, y logro el avance de la ciencia, la cultura y el logro de algunos Estados democráticos. 

Parece que aquel avance se agotó. La confrontación de Estados democráticos-vs-Estados totalitarios culminó con la ilusión del triunfo de los primeros, pero fue solo eso una ilusión. Luego de la caída del muro de Berlín, la destrucción del Estado soviético y la mentira socialista, resurge una nueva batalla: el liberalismo autoritario en contra de los restos de una visión de libertad y bienestar compartido.

Al principio, las ideas liberales y progresistas, que marcaron aquel período histórico, señalaron que por medio de la competencia universal se obligó a todos los individuos a poner en tensión sus energías hasta el máximo. Que por medio del cambio tecnológico, la división del trabajo y el surgimiento de mercados se destruyó donde le fue posible la ideología, la religión, la moral, etc., y, donde no pudo hacerlo, las convirtió en una mentira palpable. Surgió por primera vez la historia universal, haciendo que toda nación civilizada y todo individuo, dentro de ella, dependiera del mundo entero para la satisfacción de sus necesidades y acabando con el exclusivismo natural y primitivo de naciones aisladas, que hasta aquel momento existía. Ahora todo está cambiando.

Por ejemplo, la página XTB, de inversiones internacionales , nos trae uno de los mejores resúmenes del momento actual[1]. Que los compartiremos brevemente con nuestros lectores. Según esta visionaria empresa en el año 2024 “el sector tecnológico continuó dominando, mientras que el mercado inmobiliario experimentó una notable corrección tras un período de sólido crecimiento. La alta inflación y la inestabilidad geopolítica siguieron siendo los principales factores de riesgo”. Podemos interpretar que para el 2025 se prevé una desaceleración económica global, y que las economías individuales que pueden sobrevivir son aquellas con capacidad de resiliencia y puedan aprovechar las oportunidades inesperadas. En un mundo tan dinámico e imprevisible los países que sobrevivan serán los que tengan mayor unidad nacional y estén preparados para diseñar políticas económicas y de alta tecnología.

El vaticinio general es que “la inestabilidad geopolítica, los avances tecnológicos y la evolución de las tendencias existentes darán forma al futuro de la economía”.

La inflación sigue siendo el indicador esencial para prever el futuro. La inflación genera una inestabilidad completa en todo el mundo. La inflación afecta en forma equitativa a todos los sectores sociales y políticos del mundo. La inflación provoca aumentos en los déficit fiscales, debilita a los gobiernos, disminuye el poder adquisitivo de los consumidores, afecta los planes de inversión y utilidades de las empresas y genera un ánimo de incertidumbre y perplejidad en todos los países.

El pronóstico en la principal economía del mundo es de riesgo.

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De acuerdo con esta expectativa, los bancos centrales no pueden perder de vista una política monetaria cautelosa, para no caer en el riesgo de un desastre inesperado.

En algunos casos se nota que la inflación se ha moderado.  Y, que los bancos centrales a nivel mundial han comenzado a flexibilizar la política monetaria, las perspectivas para el futuro con la nueva dirección imperial se han vuelto en extremo inciertas.

Sin duda la primer semana de Donald Trump en la Casa Blanca, con todo el poder en sus manos, genera un sentimiento de que hay que estar despiertos a todos los acontecimiento inesperados que vendrán. En especial, “los cambios en política exterior que ha propuesto, particularmente aquellos relacionados con comercio y relaciones económicas, han generado serias preocupaciones sobre una desaceleración en el crecimiento económico en regiones clave como China y Europa”. 

Trump no solo enfrenta una débil resistencia externa, sino además una resistencia creciente interna. El poder judicial ha sido tocado, y podría debilitar completamente la visión de un Estado de derecho ya muy debilitado por su sesgo favorable a los dueños de la riqueza y del poder político. Pero, las políticas de Trump debilitan, también a los organismos de comercio y finanzas internacionales, que son el poder esencial del gobierno de Estados Unidos y sus dos principales aliados. Además, Trump tendrá que debilitar y someter a sus deseos a la Reserva Federal, lo que podría debilitar el control del gasto público y la inflación.

Las restricciones del comercio y los elevados aranceles soñados por Trump, van a debilitar el poder adquisitivo de los gringos. Los aranceles serán fatales para México, Canadá y China, pero no solo para ellos, el resto de países latinoamericanos, en su amor regional, ya se soban las manos por la fantasía de creer que puedan sustituir los productos mexicanos con sus propios productos. Pues al momento, solo México y Colombia han respondido con dignidad. Y, obligatoriamente, Panamá.

Una parálisis parcial del comercio mundial generará escases e inflación en Estados Unidos, el gobierno puede reaccionar elevando el gasto público, mayor inflación obligará a la FED a realizar una política restrictiva mayor. En fin, Estados Unidos va rumbo a la recesión, con el único aliento de expandir su territorio en forma militar y rápida.

América latina tiene un panorama nublado

Según las calificadoras de riesgo, principalmente Fitch[2], como resultado del segundo mandato del zar Trump, así como problemas internos no resueltos y la pérdida de una visión estratégica de desarrollo. El analista de Bloomberg Carlos Rodríguez Salcedo nos dice que según Fitch, los países de América latina apenas superan en confianza a las economías de África. Así es, la región sigue limitada por un bajo crecimiento potencial (crece menos de lo que pudiera crecer con los recursos humanos y naturales que posee), ingresos per cápita reducidos (una baja productividad en un mundo cambiante), problemas de gobernanza (pocos gobiernos y políticos gozan de credibilidad y confianza entre los ciudadanos) y enfrentan presiones fiscales y de deuda constantes, resultado de gastos en consumo y corrupción, deuda sin invertirla, e ingresos extraviados.

Según los analistas, ante la catástrofe Argentina, de Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, solo Costa Rica y Jamaica han pasado a mejor categoría de riesgo. “Costa Rica ha sido “una historia de verdadera transformación”, pasando de la categoría B a la doble B, mientras que Jamaica también ha registrado mejoras significativas.”

Es hora de pasar página, es hora de olvidar los odios aunque sean justificables, es hora de empezar a construir antes de ser arrollados por el huracán que se viene encima.



[1] www.xtb.com, XTB. Perspectivas del mercado, 2025. Belice.

[2] https://www.bloomberglinea.com/mercados/las-razones-por-las-que-fitch-ve-un-panorama-nublado-para-america-latina-este-ano/?utm_source=piano-newsletter-la&utm_medium=email&utm_campaign=news-envio-especial&pnespid=u6s9V3taL6ADxaidojLrAZOJvEm3Ccd_fLLjwOpoq0Nm.rRtSfd0J9qSYUXUYKxIm5J2GJlG

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Cristobal Pérez-Jerez

Economista, con maestría en política económica y relaciones internacionales. Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica. Analista de problemas estratégicos, con una visión liberal democrática.

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